Diario de una chica de taitantos

Este finde pasado ha sido un tanto accidentado. De hecho, he intentado recapacitar sobre mi reacción tan torpe ante urgencias, emergencias y todo lo que implique ir rápido y he salido un tanto malparada: El cuerpo magullado, un tobillo torcido, un brazo con distensión muscular fuerte, mi coche con un buen rayajo… Ay madre mía la que me espera!!! También he tenido la ocasión de poner a prueba no intencionadamente, pero así ha sido, mi relación de pareja y si me apuran, hasta a mi entorno , porque ha sido una situación un tanto caótica, con discusión y todo por medio…En fin un caos. Y por si fuera poco, esta mañana, cargada con mi portátil, con el cuerpo dolorido por la caída que sufrí tan aparatosa (una torpeza mía por salir disparada con las prisas), encima un energúmeno que tendría prisa por colocarse el primero en la salida del autobús casi me arranca el brazo de cuajo y encima he podido comprobar lo cobarde que es la gente en general, porque nadie salió a defenderme y encima la bro

Uff, me acabo de dar cuenta de lo abandonados que os tenía, casi un mes sin escribir nada. Podría poner como excusa lo liada que estado con el trabajo, los estudios de idiomas que he retomado, el gimnasio (a veces) y algunos compromisos ineludibles, algunos de ellos relativos a mi carrera profesional (cursos y esas cosas). Luego están las sesiones de acupuntura, que quieras que no, tiempo te quitan. Y los recados domésticos, otra buena tanda. Pero no me creeríais, porque normalmente soy como el chiste de la cerveza, que por encima de las piedras grandes (obligaciones ineludibles), piedras pequeñas (otros compromisos) y naderías (arenilla), siempre he encontrado cinco minutillos para escribir. Últimamente me encuentro un poco apática y bastante cansada, más psicológicamente que físicamente, la verdad, aunque con las lorzas que me gasto (todavía no he adelgazado lo suficiente), es normal que me cueste un poquito encontrar ganas de hablar de temas de actualizada. Y de temas personales me