Diario de una chica de taitantos

CALMA CHICHA Bien, estoy ya en celebración de Nocumpleaños y parece que la cosa no va mal del todo. He contabilizado las llamadas y mensajes de felicitación de estos días y resulta que a pesar de mis viajes y mi mutismo de los últimos meses todavía me queda gente que se acuerda de mí y de mi fecha de nacimiento. De hecho, debo decir que me sorprende sobre todo la felicitación de un ex compañero de trabajo de hace más de ocho años que todavía me envía el mail de felicitación desde México, a donde regresó hace ya tiempo. El problema de cumplir años en verano es que no queda ni Blas para celebrarlo. Qué pena. Luego también está la pereza de organizar algo multitudinario. Hace muchos años, cuando la pandilla de amigos teníamos diecinueve añitos, estábamos todos pelados y sin blanca, al igual que nuestros padres, y era más fácil coordinar el botellón en algún parque, además que por aquel entonces no estaba prohibido ni nada. Mi novio, que cumple años en septiembre, lo tiene más fácil para o...

CUMPLEAÑOS ACCIDENTADO Hoy he cumplido 38 años. Y, la verdad, no se puede decir que haya tenido un cumpleaños muy al uso. Y es que pasando de los cuatro añitos se puede decir que pocos cumpleaños felices he tenido. Bueno, sí, recuerdo uno con mucho cariño hace exactamente cuatro años cuando firmé las escrituras de mi nuevo piso y cogí las llaves del mismo. Parecía el anuncio ese de Movistar, el que se autoregala un pack y parece que se lo están regalando otros para que le haga más ilusión. Pues lo mismo me ocurrió a mí que me hacía tanta ilusión coger las llaves de mi nuevo piso como si fuera una concursante del antiguo 123 y me dieran las llaves del dichoso apartamento en Torrevieja, que creo yo que la mitad de los veraneantes de allí deben ser sufridores del Chicho y la Mayra. Ese día recuerdo también que salí tarde trabajar porque tuve que recuperar en el trabajo las horas del notario, pero luego quedé al anochecer con mi nuevo novio, que me citó en un sitio escondido del Retiro par...

MISSING IN ACTINO Mis amigos, parientes y conocidos ya me han empezado a llamar preocupados de mi desaparición de casi un mes. Barajaban hipótesis como que los marcianos me habían abducido o que me había casado con un rico millonario o enrolado en los marines. La verdad es que no he parado y todo por causas laborales. Primero hice un viaje corto a París donde pude comprobar estos dos puntos: 1) Es verdad que los niños vienen de París, pero de Eurodisney, también van a París, y dan un coñazo soberano, ellos y sus papaítos o acompañantes. En algunos momentos de los vuelos he deseado que viniera Herodes e hiciera una buena criba, porque me dejaban los oídos sordos y un fastidio infinito de tanto niño todo el rato p’arriba, p’abajo del avión para ir al baño o tres filas atrás con la abuelita, la mamá o el pederasta que a saber... 2) Las ruedas de los aviones de Iberia están peor que las de mi coche Genovevo. Un show cuando tuvieron que cambiar en pleno rodaje la dichosa rueda y un retraso...