El amor en los tiempos de la gripe A
Ayer tuve una conversación muy interesante con una persona que me comentó algo que ya sabía: Que en la vida no hay nada 100% seguro y que la vida en sí misma es riesgo, a lo que cada uno tiene que decidir qué hacer y a qué apostar, que las relaciones y las personas no son medibles como lo son los sistemas informáticos y que debía emplear otro tipo de estrategia para enfrentarme a según qué tipo de problemas y decisiones. Yo, que me considero buena analista de riesgos en temas de proyectos y en tecnología en general, siempre he sopesado el factor psicológico como variable a tener en cuenta a la hora de elaborar un informe con recomendaciones para un cliente. No obstante, como soy de ciencias, intento justificar mis decisiones con números, con costes y con probabilidades. Pero el intentar medir todo es imposible y genera un estrés y una paranoia tremenda. Yo le llamo el síndrome del gato de Schöringer o el del observador que altera lo observado. Fijémonos por ejemplo en esa gente que va ...