REY MIDAS

Este finde pasado ha sido un tanto accidentado. De hecho, he intentado recapacitar sobre mi reacción tan torpe ante urgencias, emergencias y todo lo que implique ir rápido y he salido un tanto malparada: El cuerpo magullado, un tobillo torcido, un brazo con distensión muscular fuerte, mi coche con un buen rayajo… Ay madre mía la que me espera!!!
También he tenido la ocasión de poner a prueba no intencionadamente, pero así ha sido, mi relación de pareja y si me apuran, hasta a mi entorno , porque ha sido una situación un tanto caótica, con discusión y todo por medio…En fin un caos. Y por si fuera poco, esta mañana, cargada con mi portátil, con el cuerpo dolorido por la caída que sufrí tan aparatosa (una torpeza mía por salir disparada con las prisas), encima un energúmeno que tendría prisa por colocarse el primero en la salida del autobús casi me arranca el brazo de cuajo y encima he podido comprobar lo cobarde que es la gente en general, porque nadie salió a defenderme y encima la bronca que tuve con el desgraciado este de turno, me la tuve que rumiar de camino al trabajo, porque a ver qué iba a hacer si no.
Me parece lamentable que estemos en una sociedad donde se fomente las denuncias en la pareja en cuanto surge la más mínima y luego en la calle te puedan avasallar y te tengas que aguantar y si encima te armas de valor, luchas por tus derechos como persona y le recriminas la actitud al mastuerzo de turno que te empuja sólo porque él es “el macho dominante”, van encima los demás y miran para otro lado, como si no fuera con ellos...
¿Es esto una sociedad igualitaria? ¿Dónde están ahora los imbéciles que en vez de resolver el paro se dedican a hacer crucigramas con los apellidos de una pareja? Yo creo que en vez de igualdad de sexos, lo que tendrían que hacer es poner policías de la buena educación, porque cada vez son más los cabestros y cabestras que van por la vida avasallando al prójimo y maltratando el patrimonio público impunemente, porque a todo comentario educador responden literalmente con dos yoyas.
Esta es la cultura de GH, OT, Sálvame y demás. La cultura del mono dominante de la manada, del mal gusto, la mala educación, la insensatez y la estupidez.
En fin, como no me quiero calentar más con estos temas, pasaré a la parte buena del finde, y es la comida con mis compañeras de la clínica de fertilidad, donde pude degustar una excelente compañía con el pretexto de un excelente menú y un excelente sitio.
Esto abunda más en la idea de que para protegerse del chaparrón de brutalidad del mundo actual hay que usar un paraguas muy caro, porque todo cuesta dinero.
En esto me estoy acordando de la clase del otro día de francés sobre la pregunta que me hizo la profesora sobre el proverbio: “El dinero no hace la felicidad”. A lo que yo respondo una frase que vi una vez escribir a unos graffiteros:
“El dinero no hace la felicidad, porque no le hace falta fabricarla, la compra ya hecha”.
Desde un punto de vista cínico, realmente las pocas cosas que no se compran generalmente con mucho dinero (y yo creo que todos tenemos un precio) sí que se ven afectadas de la carencia del mismo.
¿Salud? Ay, que tengas un problema gordo y no tengas dinero…
Con dinero es posible palmarla pero sin dinero incluso más rápido.
¿Amor? A ver quién se fija en un pobre de los de pedir limosna. Yo confieso que todavía no me he enamorado de ninguno, otra cosa es que no sea como una chica amiga de una ex amiga mía, que con el cuento que trabajaba en una gestoría, la “muy romántica” les ofrecía a todos los tíos con los que empezaba a salir, sus servicios gratuitos para hacerles la declaración de la renta y así “sutilmente” comprobar si el sujeto tenía la cuenta corriente tan atractiva como los bajos. Me consta que había tíos que picaban y todo.
¿Amigos? ¿Familia? Buff, me callo, hay de todo. Pero seguro me apuesto lo que queráis a que el día que me toque una buena primitiva van a aparecerme parientes y amigos hasta debajo de las piedras, esos mismos que sólo los ves y de tarde en tarde en eventos de cumplimento: velatorios y bbcs (bodas, bautizos y comuniones).
De todas maneras, no tendré dinero pero últimamente me siento como el rey Midas, pero en vez de oro, todas las chicas con las que trato de la clínica se acaban preñando en cuanto les echo las cartas y se lo confirmo ¡!!!
Aún hay más: En mi cocina, todo lo que puede germinar, germina de forma espontánea: Los ajos, las patatas, las cebollas, hasta el “alpiste” que come mi chico para el tránsito intestinal y que se le cae sobre la bayeta del fregadero…(Se llama lino dorado pero yo lo llamo alpiste porque es igualito igualito que el comía mi canario que en paz descanse).
¿Serán los sobres de Inositol que tomo últimamente que se esparcen por la cocina sus restos y que impregnan todo lo que tocan? (Inositol es para mejorar la calidad de los ovocitos aunque yo creo que lo deberían vender mejor como laxante, porque cada vez que lo tomo, me falta tiempo para salir por patas al baño).
¿Será mi energía, el famoso “Chi” que se está esparciendo fuera de mí e impregnando todo a mi alrededor? ¿Y por qué no se queda conmigo y consigo de una vez quedarme preñi?
Haciendo cuentas, hace ya dos años y medio que dejé de tomar la píldora, y más de un año que mi querido S y yo decidimos ponernos activamente a buscar nuestro pequeñín.
Pero la cigüeña nos esquiva vilmente, no lo entiendo.
Quizás la diferencia entre los ajos, el alpiste y yo es que un ajo no necesita otro ajo de diferente sexo para reproducirse como un grano de lino dorado no necesita contacto sexual para germinar, pero claro, una hembra humana sí y ahí es donde empieza la complicación (porque esto de la reproducción humana es complicado, vaya que sí).
Para empezar, hay que “tener temita”. Pero S y yo llegamos a las mil a casa…
“E Cuando arribo a casa, echo… “mi adorable novio está momificado en su batín de cuello vuelto frente a la tele, roncando como un hipopótamo. Tan dormido que alguna vez que no le oía roncar he tenido que poner la oreja en su pecho para comprobar que estaba vivo…
Así que de este modo, entre semana la cosa está un poco chunga… Siempre están los fines de semana y las “ocasiones especiales” pero claro, los malditos óvulos, por muchas tiras que me saque de test, no van a salir precisamente el día que nos apetece marchita…Así que esto es una lotería, porque lo primero que hay que hacer es acertar a tener relaciones el día anterior a la ovulación, para que los bichines se vayan adaptando al medio, y además el medio no debe ser hostil (¿y cómo saberlo?), además, el bichín más espabilado tiene que entrar de cabeza al óvulo que debe estar a mi edad más duro que las lentejas de marca blanca del súper.
Pero luego de fecundarlo, todavía queda una odisea para el óvulo fecundado: Atravesar la llanura de las trompas de Falopio hasta el útero y, por si no fuera poco, anidar en el útero.
Cualquier alteración, obstrucción, enfermedad, tóxico o mala leche pueden dar al traste con el asunto.
Sin embargo, el otro día un chico de mi curro que se parece al mago Tamarit, con el pelo canosísimo y un parecido a George Clooney sólo en la marca de café que le gusta, resulta que acaba de ser papá con casi cincuenta tacos.
Toma ya!!! O sea que… ¿El problema es que la mujer tiene que ser joven, sea cual sea la piltrafa de espermatozoide que llegue al óvulo? ¿O es que este tío tiene encantados a los óvulos con la serpiente Margarita?
O es que el supremo Hacedor ha decidido que como tiene tantos informáticos ya en el mundo, mejor que se reproduzca un espécimen único, como es este sujeto.
Puestas así las cosas, decido no pensar mucho en el tema y, como he retomado “mi vida normal” gastar mi mal humor en el gimnasio, al que he vuelto pero como tengo tanto curro y tantos recados que hacer, al final sólo voy una vez por semana. Pero algo es algo, y poco a poco ya he conseguido agacharme a atarme las zapatillas de deporte sin que me estorbe el gran michelín de la barriguita.
También he conseguido ya recobrar mi cintura, que antes parecía de obispo, y aunque ahora no sea de avispa (el chiste no es mío), al menos se empieza ya a diferenciar del morcillito de las caderas.
Lo primero que estoy intentando es obviar el comportamiento compulsivo de S, que en vez de cenar distendido, engulle la cena y sale pitando a echarse el cigarrito a la calle (en casa está vetado el cigarro). Como ya le tengo dicho, menos mal que no estamos en tiempos de Jesucristo, porque si hubiera sido un invitado a la última cena, se habría perdido lo mejor de su sobremesa, porque hubiera estado echando el cigarrito : El beso de Judas y la bendición de Jesús, el lavado de pies de la Magdalena…
En fin. Si el otro día estaba perplejo porque la comida con mis amigas de la clínica estaba durando más de tres horas y mira que se lo avisé que no me importunara porque la sobremesa iba a ser larga ¡!!
De todos modos y volviendo al tema de perder lorzas, creo que me saldría más a cuenta una lipoescultura que macharme horas y horas en el gimnasio durante unos diez meses, que es el tiempo que me podría llevar a este ritmo perder diez kilos de grasita de forma que no comprometa mi salud ni un posible embarazo.
Pero el problema es que ese dinero de ser para algo, será para la próxima invitro.
En fin, espero tener la suerte de Slumdog Millonaire y acertar una primitiva o sacar una oposición al estado, más o menos es la misma probabilidad a día de hoy porque ya no salen ni plazas…

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