LAS CENIZAS DE "ANGELA"

 

Me desperté el día 1 de enero feliz y contenta. Como me tocaba con la peque, no me emborraché, pero si estuvimos celebrándolo en casa, bailando y bebiendo ella champín y yo un cava fresquito, pero sin pasarme.

Nada más despertar,  disfruté en la tele del concierto de Año Nuevo. Tengo un sueño secreto que es el de ir un año a Viena a escuchar a la Filarmónica y bailar valses con un rubio germánico. Esto me viene un poco por mi madre (que en paz descanse), muy fan de las películas de Sisi Emperatriz.

Estaba contenta y augurando un buen 2025 cuando,  a eso de la media tarde,  me empiezan a bombardear mensajes atropellados de mis primos mayores.

Tras descifrar el caos y la cadena de reenvíos de unos a otros deduzco que mi tía la mayor, de noventa y tantos y que además tiene mi mismo nombre de pila, está muy enferma. No vive cerca ni donde estaba ingresada dejarían ir con mi hija, que es muy pequeñita. Total, la familia que está de normal muy dispersa, empieza a juntarse para irse preparando para lo peor. No pude visitar a mi tía porque estaba sufriendo una neumonía, y en la UCI sólo dejaban a los familiares más cercanos. Aun así, estaba gestionando cómo poder disponer de un día libre para acercarme a visitarla, pero no dio tiempo: El día libre lo tuve que usar para asistir al velatorio y entierro.

Ya lo dije hace años, con una familia tan dispersa geográficamente, sólo nos juntamos para bodas y funerales, y cada vez parece que más de lo segundo que de lo primero. Al final, acabamos haciendo una comida sencilla después de enterrar a mi tía. Que, por cierto, me recorrió un escalofrío cuando vi que su nombre compartía todo conmigo menos uno de los apellidos. Es como que algo de mí estaba ahí muerto, pero es una tontería, creo yo. Además, tuve un sueño (el subconsciente es muy ingenioso) en el que me despedía de mi tía, que estaba acompañada de mi difunta madre que la venía a buscar.

Mi tía fue una mujer muy alegre y creo que tuvo una buena vida en general, aunque también sufrió varias desgracias. Se le murió una bebé a los pocos meses de nacer, y su hija pequeña sufrió primero una larga enfermedad que la tuvo esclava unos quince años hasta que la muchacha falleció.

El marido de mi tía la quería mucho y era un buen mozo que siempre estuvo a su lado. Sus hijos la querían todos muchísimo y sus nietos igual. Mi tía falleció de una infección respiratoria pero estuvo apenas una semana en ese trance y al final, la sedaron para que no sufriera demasiado. Creo que tuvo una vida y una muerte más que aceptable, si es que se puede decir tal cosa.

En la comida familiar, estuvimos intentado recordar los buenos momentos, cuando mi abuelo vivía todavía y cual patriarca de un clan organizaba comidas familiares en eventos señalados. Recuerdo en especial su 75 cumpleaños, donde ya era bisabuelo. Era yo muy pequeña y pasábamos muchas penurias pero éramos una familia bastante bien unida. Luego cada uno tiró por un lado, nos dispersamos, nos distanciamos y es una pena. No soy una excepción, a la mayoría cuando crecemos nos queda menos gente cerca de cuando éramos pequeños porque se van muriendo los abuelos, los tíos y los padres y con ello se van los nexos que nos unen al subárbol correspondiente. Tengo primos a los que no había visto desde que murió mi madre y a mi hija ni la conocían.

Estas Navidades vi con mi hija dos cortometrajes para niños basados en el libro “Las cenizas de Ángela” del escritor irlandés Frank McCourt. Tengo ese libro en casa dedicado por el propio autor. Me gustó mucho porque es un libro intimista, donde recuerda las pequeñas anécdotas de su madre y la vida en un pequeño pueblo. Son las pequeñas anécdotas y los pequeños recuerdos los que al final nos hacen tener vivos a nuestros parientes difuntos. Por eso creo que fue todo un acierto quedarme a comer con mis primos.

Perdonad que en este post no haga ninguna broma o comentario divertido. No es que esté inmensamente triste, es sólo que quería hacer una dedicatoria aparte a mi tía y a mi familia. Si algo ha tenido de positivo esta muerte, es que espero que mantengamos algo más el contacto. Me gustaría que los buenos propósitos de quedar más adelante sin ningún motivo importante, sólo para celebrar la vida, no queden agua de borrajas.

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