Reflexiones políticas
Pensábais ya que os había abandonado. Pero no es así.
Sólo que estoy pasando por una época dura en mi vida. Estoy dedicando demasiadas horas no sólo al trabajo (cosa habitual) sino también a otros temas personales que, si todo sale bien, ya os informaré más adelante (no quiero estropearos las sorpresas
ni las ganas de que os comáis el coco pensando qué es lo que me pasa).
Todo a su debido tiempo, paciencia.(No, no es un embarazo, aunque este punto está ahora mismo en un "que venga lo que quiera venir").
Se trata de otros objetivos vitales aunque todo tiene que ver con el tema "formar una familia y poder atenderla en tiempo y dinero".
Así que durante unos cuantos meses es posible que apenas tenga tiempo para escribir,
de hecho apenas tengo tiempo para descansar o dedicarme a mí. En fin, esto no es una novedad en mi vida, pero me da rabia acabar como una workaholic o cualquier cosa termina en aholic por muy respetable socialmente que parezca.
Ahora que se acerca el jueves día 29 (el día convocado para la huelga general) quería hacer un pequeño análisis de la situación actual que se está viviendo.
En general, están fomentando una actitud en las empresas del tipo "Battle Royal". Para los que no hayáis visto esta fabulosa película, os daré una pincela: Está basada en una novela de Takami, que aquí en España desconocemos mucho de esa maravillosa cultura (yo siento una profunda admiración por la cultura oriental porque creo que están mucho más evolucionados que nosotros).
En la película hay un colegio que es seleccionado por el estado para un cruel juego de rol, se trata de que tienen que matarse entre ellos hasta que sólo quede uno.
Al principio los chavales están todos flipados y piensan que no va en serio, aunque alguno bastante agresivo ya empieza haciendo de las suyas. Al poco tiempo, se van formando grupos que se apoyan y parece que, siendo como son buenos chicos, no se prestarán al juego pero...
A mí me recuerda también al "Señor de las Moscas" de William Golding, lectura obligada en primero de ética.
¿A dónde quiero llegar con todo este rodeo?
A que cuando las cosas no están muy feas, todos somos solidarios y combatidos contra el poder opresor, pero cuando empiezan ya a despedir gente y a meter el miedo en el cuerpo, en algunas empresas están ya los propios trabajadores ofreciendo carnaza a los tiburones, delatando las faltas de los compañeros o haciendo gala de un presentismo asqueroso para ser "los elegidos de los dioses" y quedarse a cubierto en cubierta mientras la tempestad se está llevando al agua al resto de compañeros.
¿Cuál es mi postura? Pues para empezar, no quiero hacerles el juego a los sindicatos, que parece que sólo se mueven cuando les tocan sus dineros, y no hace años cuando el paro empezó a dispararse. Pero tampoco estoy de acuerdo con este servilismo de los gobiernos al cuarto Reich de la nueva hitler que gobierna Europa. ¿Qué podemos hacer los trabajadores?
Yo creo que faltar un día al trabajo y perder unos cuantos dineros no es la solución. Lo siento por los sindicatos, pero no me han defendido en su día cuando los necesité, no creo que me vengan a defender ahora, me defiendo yo solita bastante bien sin ellos...
Por eso os dije arriba que ando mirando qué hacer con mi vida, pero no os voy a adelantar nada, punto en boca!!!
Hay por ahí voces que dicen que dejemos de consumir para hundir al gobierno. Bueno, si se desploma la demanda interna subirán los precios, se disparará la inflacción y empeorará la economía, si mal vamos ya como vamos, no creo que con siete millones de parados vayamos mejor.
Además, esto acabará como el chiste ese del que no le importa el precio de la
gasolina porque siempre echa treinta euros cada vez que va a la gasolinera...
Hay gente que se estruja bien el coco. Por ejemplo, en Euskadi están triunfando las cooperativas como forma de autoemplearse y conseguir participar de forma equitativa en los beneficios y responsabilizarse de los fracasos de la empresa.
Personalmente, creo que si todos fuéramos empresarios y trabajadores se acabarían tanto los jefes vampiros como los empleados pasotas y vagos redomados. Si todos recibiéramos en proporción al esfuerzo se acabarían los problemas. Pero claro, es fácil decirlo pero difícil ponerse al tema. Bueno, sólo os doy una pequeña idea. A mí me gustaría en un futuro no muy lejano montar algo, tener una experiencia empresaria, y sentir que mi estrés tiene un sentido, y no tan sólo para tener
contento al Massa John de turno.
En España hemos vivido muchos años de corrupción y pelotazo. Si fuera presidenta del gobierno, se acabarían los parásitos "hijos de" o faranduleros de la noche golfa, que viven a costa de la prensa rosa y de las cadenas de televisión que les pagan para hacer bufonadas. Se acabarían los intermediarios de los intermediarios, esos que sólo ganan dinero pasando bienes de mano en mano sin aportar valor alguno, sin función. Quitaría de enmedio a los traficantes de dinero, más peligrosos que los traficantes de armas y de droga, porque los segundos están estigmatizados y perseguidos por la ley, y se sabe el daño horrible que hacen en los países y en
las personas, pero... ¿Sabéis el daño que os hacen los traficantes de dinero, esos que juegan en bolsa y se llevan millones y millones
usando juego sucio, poniendo y deponiendo gobiernos a su antojo?
Los mercados no son anónimos. Tienen nombre y apellidos. En España, por ejemplo, tenemos familias ricas que tienen más poder que ningún político, y de ellos no se habla nunca, apenas salen en revista alguna, como mucho en la lista de Forbes o similar.
Decía el Apocalipsis según San Juan respecto al comienzo del fin del mundo:
"Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con dolores del parto y con el tormento de dar a luz.."
La UE no olvidemos, ahora tiene 27 miembros, pero su bandera sigue siendo una corona con doce estrellas. La mujer vestida de sol
es Angela Merckel. No olvidéis que este año se acaba el mundo...
En fin, esto es para que penséis un poco.
Sólo que estoy pasando por una época dura en mi vida. Estoy dedicando demasiadas horas no sólo al trabajo (cosa habitual) sino también a otros temas personales que, si todo sale bien, ya os informaré más adelante (no quiero estropearos las sorpresas
ni las ganas de que os comáis el coco pensando qué es lo que me pasa).
Todo a su debido tiempo, paciencia.(No, no es un embarazo, aunque este punto está ahora mismo en un "que venga lo que quiera venir").
Se trata de otros objetivos vitales aunque todo tiene que ver con el tema "formar una familia y poder atenderla en tiempo y dinero".
Así que durante unos cuantos meses es posible que apenas tenga tiempo para escribir,
de hecho apenas tengo tiempo para descansar o dedicarme a mí. En fin, esto no es una novedad en mi vida, pero me da rabia acabar como una workaholic o cualquier cosa termina en aholic por muy respetable socialmente que parezca.
Ahora que se acerca el jueves día 29 (el día convocado para la huelga general) quería hacer un pequeño análisis de la situación actual que se está viviendo.
En general, están fomentando una actitud en las empresas del tipo "Battle Royal". Para los que no hayáis visto esta fabulosa película, os daré una pincela: Está basada en una novela de Takami, que aquí en España desconocemos mucho de esa maravillosa cultura (yo siento una profunda admiración por la cultura oriental porque creo que están mucho más evolucionados que nosotros).
En la película hay un colegio que es seleccionado por el estado para un cruel juego de rol, se trata de que tienen que matarse entre ellos hasta que sólo quede uno.
Al principio los chavales están todos flipados y piensan que no va en serio, aunque alguno bastante agresivo ya empieza haciendo de las suyas. Al poco tiempo, se van formando grupos que se apoyan y parece que, siendo como son buenos chicos, no se prestarán al juego pero...
A mí me recuerda también al "Señor de las Moscas" de William Golding, lectura obligada en primero de ética.
¿A dónde quiero llegar con todo este rodeo?
A que cuando las cosas no están muy feas, todos somos solidarios y combatidos contra el poder opresor, pero cuando empiezan ya a despedir gente y a meter el miedo en el cuerpo, en algunas empresas están ya los propios trabajadores ofreciendo carnaza a los tiburones, delatando las faltas de los compañeros o haciendo gala de un presentismo asqueroso para ser "los elegidos de los dioses" y quedarse a cubierto en cubierta mientras la tempestad se está llevando al agua al resto de compañeros.
¿Cuál es mi postura? Pues para empezar, no quiero hacerles el juego a los sindicatos, que parece que sólo se mueven cuando les tocan sus dineros, y no hace años cuando el paro empezó a dispararse. Pero tampoco estoy de acuerdo con este servilismo de los gobiernos al cuarto Reich de la nueva hitler que gobierna Europa. ¿Qué podemos hacer los trabajadores?
Yo creo que faltar un día al trabajo y perder unos cuantos dineros no es la solución. Lo siento por los sindicatos, pero no me han defendido en su día cuando los necesité, no creo que me vengan a defender ahora, me defiendo yo solita bastante bien sin ellos...
Por eso os dije arriba que ando mirando qué hacer con mi vida, pero no os voy a adelantar nada, punto en boca!!!
Hay por ahí voces que dicen que dejemos de consumir para hundir al gobierno. Bueno, si se desploma la demanda interna subirán los precios, se disparará la inflacción y empeorará la economía, si mal vamos ya como vamos, no creo que con siete millones de parados vayamos mejor.
Además, esto acabará como el chiste ese del que no le importa el precio de la
gasolina porque siempre echa treinta euros cada vez que va a la gasolinera...
Hay gente que se estruja bien el coco. Por ejemplo, en Euskadi están triunfando las cooperativas como forma de autoemplearse y conseguir participar de forma equitativa en los beneficios y responsabilizarse de los fracasos de la empresa.
Personalmente, creo que si todos fuéramos empresarios y trabajadores se acabarían tanto los jefes vampiros como los empleados pasotas y vagos redomados. Si todos recibiéramos en proporción al esfuerzo se acabarían los problemas. Pero claro, es fácil decirlo pero difícil ponerse al tema. Bueno, sólo os doy una pequeña idea. A mí me gustaría en un futuro no muy lejano montar algo, tener una experiencia empresaria, y sentir que mi estrés tiene un sentido, y no tan sólo para tener
contento al Massa John de turno.
En España hemos vivido muchos años de corrupción y pelotazo. Si fuera presidenta del gobierno, se acabarían los parásitos "hijos de" o faranduleros de la noche golfa, que viven a costa de la prensa rosa y de las cadenas de televisión que les pagan para hacer bufonadas. Se acabarían los intermediarios de los intermediarios, esos que sólo ganan dinero pasando bienes de mano en mano sin aportar valor alguno, sin función. Quitaría de enmedio a los traficantes de dinero, más peligrosos que los traficantes de armas y de droga, porque los segundos están estigmatizados y perseguidos por la ley, y se sabe el daño horrible que hacen en los países y en
las personas, pero... ¿Sabéis el daño que os hacen los traficantes de dinero, esos que juegan en bolsa y se llevan millones y millones
usando juego sucio, poniendo y deponiendo gobiernos a su antojo?
Los mercados no son anónimos. Tienen nombre y apellidos. En España, por ejemplo, tenemos familias ricas que tienen más poder que ningún político, y de ellos no se habla nunca, apenas salen en revista alguna, como mucho en la lista de Forbes o similar.
Decía el Apocalipsis según San Juan respecto al comienzo del fin del mundo:
"Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con dolores del parto y con el tormento de dar a luz.."
La UE no olvidemos, ahora tiene 27 miembros, pero su bandera sigue siendo una corona con doce estrellas. La mujer vestida de sol
es Angela Merckel. No olvidéis que este año se acaba el mundo...
En fin, esto es para que penséis un poco.
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