Nuevo año chino

Dentro de poco será el nuevo año chino, creo que este año es el del conejo (o del gato, creo que de ambos), un animal que, según la mitología china, es mágico y ayuda a superar las dificultades que, con la situación económica que tenemos (hoy he leído la cifra de paro en España y es escalofriante) es muy necesario.
Personalmente vivo en una situación de prepararme para lo que se me avecina. En abril volveré a la carga con la invitro. Ahora mismo estoy adelgazando como una bellaca gracias a una dieta feroz llamada Dukan. Desde luego, si no fuera porque me hace falta realmente perder peso y no por estética sino por salud, iba a hacer esta dieta la tía del Dukan, porque es más estricta que la Srta. Rottenmayer (la institutriz de Heidi).
No voy a contar las miserias de esta dieta, os las podéis imaginar. Voy a contar cómo me ha ido el año, haciendo un resumen muy breve.
En lo laboral, he tenido trabajo para dar repartir y regalar. Pero la evaluación ha sido positiva y me han subido el sueldo algo, que para los tiempos que corren está más que bien. Además, están empezando a formarme para manager, cosa que se agradece aunque este año seguro que me caen más marrones, como si lo viera. De todos modos, se ve que yo soy masoca porque estaba ya “Ready for Action”. En fin, qué voy a contar…
En lo sentimental sigo con mi querido S, aunque hoy que he tenido un mal día, le he pegado cuatro gritos sin venir a cuento. El pobre está haciendo todo lo posible por hacerme feliz, que no es poco dada la vida que llevo. En fin, con él este año ha sido muy positivo porque hemos pasado más que baches auténticos socavones emocionales. El ha estado varios meses en el paro, por trabajos que le frustran un montón, luego lo del fracaso de los tratamientos de este año… Para volverse majara, si no fuera porque estamos formando un buen equipo, esto no habría quien lo soportara. La única pega que le veo es que no tiene la misma marcha en el cuerpo que yo, pero bueno, no todo en la vida se puede tener. Antes tenía un novio lleno de energía pero falto de compromiso y objetivos vitales compatibles. Si es que…
En el tema de amigos, digamos que ha sufrido un buen mullido el colchón. He recuperado a mis amigas del cole (sí, y no veáis qué sentimientos después de tantos años) y sin embargo, he perdido algunos amigos más recientes, que no han soportado que yo haya perdido mi “Moho” a causa de mis tratamientos de fertilidad y la falta de energía de mi novio. En fin, ellos se lo pierden, es lo único que digo.
También he hecho amigas nuevas en la clínica y he empezado a practicar el “marujing”, deporte que no practicaba desde los veinte años. Eso de quedar una purrela de chicas a cotillear y sacar nuestras intimidades, para ver que somos todas iguales, unas chicas deseosas de ser madres y a la vez profesionales incansables, amantes novias o esposas y sobre todo, mujeres. No sé si es por los jeringuillazos de hormonas o qué, pero este año estoy más orgullosa de ser mujer que antes, aunque me sobren quince kilos. Ya no soy la gata salvaje de antes y ahora no me duelen prendas porque me llamen señora o llevar la misma ropa que mi madre a mi edad.. Parece que me he dado cuenta de que estoy en otro ciclo vital.
También he retomado mi relación con las chicas del gimnasio, y casi lloro de alegría el primer día de clase cuando me saludaron efusivamente. Sentí pena por no estar embarazada y, consecuentemente, volver al grupo pero al menos ellas sabían por lo que había pasado y me daban todo su afecto. La vida es así, llena de tristezas y alegrías, en color gris…
En cuanto a mi salud pues lógicamente se ha resentido un poco, pero gracias a la acupuntura y la autodisciplina estoy logrando recuperarme antes de volver a la batalla. Como decía Napoleón, he perdido una batalla, pero no la guerra, y ahora toca el repliegue estratégico para reunir nuevos contingentes y planear mejor la siguiente batalla.
Idiomas y estudios, una de cal y otra de arena. Aprobé el examen del curro pero francés y alemán no, aunque este cuatrimestre he mejorado mucho, y eso que no tengo ni un gramo de glucosa para que mis neuronas piensen desde hace más de un mes. Dios, esto es un milagro…
Propósitos para este año: Ser mamá, ser buena profesional y no morir en el intento, mejorar mi relación con S, ser más sociable si eso es posible y aprobar mis idiomas para así dejar al año que viene esta vida machacada de tanto estudio.
Ah, y un último pensamiento para Leela, la conejita de mis hermanos, que está en el cielo, y este es su año. (Me he puesto triste, será que me tiene que bajar la regla, así que me iré a dar una vuelta que ya es hora hoy de hacer deporte).

S dice por aquí que no es cierto que haya perdido amigos porque tenga dos pies izquierdos o se quede dormido a las doce, sino por culpa de las circunstancias, pero que un día me va a sacar por ahí a bailar (a ver qué día, tengo que verlo).

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