Positivo y Negativo

Aquí me encuentro hoy, día 29 de ciclo y 3 días después del comienzo del nuevo año chino, más de dos semanas que ovulé y la regla que no me baja, pero con el pipitest negativo.
Hace dos años me hubiera comido hasta las uñas de los pies, pero ahora, a fuerza de betadesesperar, ya ignoro los subterfugios de la malvada prima de rojo que me visita cuando yo no quiero y como yo no quiero y que, si la espero para hacer algún tratamiento, entonces se hace bien de rogar. Así que me he puesto a faenar con el portátil y estoy haciendo un alto para contaros algo, porque me he propuesto este año ser más comunicativa y compartir más cosas con vosotros. A fin de cuentas, si no digo lo que realmente pienso, ¿qué sentido tiene mantener un blog?
El tema de la regla tiene guasa. El médico me dijo que me revisaría el mes anterior al ciclo de invitro, o sea en marzo. La semana que viene tengo que llamar a la clínica para pedir hora calculando cuándo me bajará la regla en marzo, pero como no me ha venido la de febrero, tendré que esperar y luego veremos…
Tengo síntomas de que me va a bajar inminentemente la regla desde el miércoles pasado pero sin embargo, el síntoma estrella está siendo la diarrea y el dolor de cabeza y de ojos. Parece que en vez de la regla, me venga a dar la gripe A, esa gran olvidada.
Estoy un poco de mala hostia porque el otro día me enteré de que me tengo que operar un hombro por una caída tonta hace meses a la que no le di mayor importancia.
Por supuesto, las cosas se me complican y encajar la invitro, una artroscopia del hombro y mi trabajo, estudios, etc cada día se me hace más difícil.
El jueves, después de la consulta, me puse de muy, muy mala leche y lo peor es que lo pagué con S. Viviendo sola en casa, lo hubiera pagado con el microondas o le hubiera tirado una zapatilla a la tele cuando no cambia bien de canal (está un poco viejita) pero no, le eché en cara a S las menos responsabilidades que tiene en comparación que las mías y de paso saqué la artillería pesada y le eché en cara hasta que echa demasiado aceite a la ensalada…Bueno, sin comentarios.
Ayer quedé por la tarde con unas amigas del cole, a las que no veía desde hace veinte años por lo menos.
Poco a poco, nos vamos juntando todas de nuevo, como si no hubieran pasado tantísimo tiempo, ya sólo nos falta lograr que se apunten también los chicos y la profesora del último curso, a la que tenemos mucho cariño, y que ella nos recordará porque le regalamos una esclava de plata que ponía curso del 83.
Es increíble la alegría que me dio poder reconocer a mis amigas del cole, esas con las que me tirado horas saltando la goma, canturreando canciones absurdas, haciendo manualidades, comiendo pipas hasta quedárseme la boca seca y hablando como cotorras.
Y es como si el tiempo no hubiera pasado, ni para ellas ni para mí. La mayoría se han casado y han tenido hijos, menos una que, como yo, ninguna de las dos cosas pero fijaros por donde resulta que también está en tratamientos de fertilidad porque quiere ser madre tenga o no pareja, exactamente como pienso yo. ¿Es posible que compartir pupitre durante 8 años haga que al final pensemos igual de la vida y tomemos decisiones a la vez? Además, para mayor gracia, resulta que al final también fue a la universidad (muy pocas fuimos de la clase) y además trabaja a dos kilómetros de mi casa y conduce su propio coche (el resto no, no conducen, son más tradicionales o no tienen necesidad).
No, si el mundo es un pañuelo, desde luego que sí. Yo tantos años preguntándome qué habría sido de mi amiga C y resulta que estamos viviendo vidas similares. Bueno, quizás tenemos más diferencias pero comparadas con el resto somos las más parecidas salvo que yo tengo pareja ahora y ella no.
Cambiando de tema, hoy han venido a comer unos amigos míos que son muy majos pero están metidos en temas de iglesia. Tanto S como yo somos agnósticos pero dado que esta gente es muy maja, podemos vernos sin que el tema religión sea un problema. No obstante, se les nota su intención de que “entremos por el buen camino” porque nos comentan cosas tales como que igual como no estamos casados no tenemos la bendición de Dios, etc., etc. Teniendo en cuenta que S es divorciado, creo que el tema de Dios ya queda lejos de la idea de un matrimonio que podamos concebir ahora mismo. Esta tarde iban a una catequesis para parejas casadas. No me imagino qué les contarán allí, igual me equivoco, pero vamos, bastante lejos del coaching que hago yo con una terapeuta en un centro especializado, donde repasamos cómo va mi vida y me propone alternativas de mejora. Seguro que a ellos les aconsejan sobre qué posturas están bendecidas y cuáles no o que tienen rezar más antes de ir se a la camita.

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