Retorno a la rutina

Pensabais que me había fugado al extranjero con un millonario alemán, ¿a que sí? Pues no, sencillamente he estado tan sumergida en la rutina y en el trabajo que cuando llegaba a casa no me apetecía ni abrir el ordenador. Digamos que me he tomado “unas vacaciones tecnológicas”. Se han sumado varios factores: Uno es que ya no tenía que hacer tareas con el ordenador después del trabajo. Allí obviamente no me pongo a escribir para mi blog, bastante tengo con llegar a cumplir con la montaña de tareas que tiene esclavizada casi doce horas al día. Luego está el segundo factor, y es que con el verano, la luz y el buen tiempo, después del trabajo y sin tareas extra lo que te pide el cuerpo es pasear, sobre todo ahora que tengo que perder los kilos acumulados en el invierno. El tercer factor, indudablemente, es O. Como le he tenido muy abandonado, ahora lo compenso yendo a su casa a menudo, y allí se me ocurren cosas mejores que hacer con él que escribir un post a medias. De todos modos, y para que me podáis ir siguiendo, os voy a contar un poco dónde ando últimamente: En el tema laboral, he pasado por un par de meses de incertidumbre supina, sin saber si mi cliente iba adjudicarnos el nuevo contrato, porque aunque seamos buenos, los recortes podían hacer que se lo adjudicasen a otros más barato o directamente, suprimieran el servicio de consultoría de seguridad. Total, la seguridad es lo que menos se ve mientras no haya problemas… Menos mal que al final todo ha ido bien y aunque todavía no hemos firmado el nuevo contrato, ya nos han dicho que nos renuevan. No es un chollo mi cliente, todo lo contrario, es una esclavitud. Pero la alternativa de volver a mi oficina a estar literalmente “como puta por rastrojo” a cualquier tarea que surgiese o cualquier cliente nacional o internacional, no me apetecía demasiado ahora que mi relación con O se afianza. Bien es cierto que si las cosas hubieran sido de otra manera, un añito fuera de España no me hubiera importado, pero intentando montar una familia, estar fuera no es lo más adecuado, digo yo, más que nada porque si para cada “pinchito” con probabilidades de embarazo hay que echar doce horas de avión y gastar medio sueldo, me sale más caro el embarazo que un chalet en Pozuelo. Con O estoy entrando en una fase de dulce rutina jalonada por pequeñas alegrías/tristezas. Alegrías como un finde fuera de relax, un regalito inesperado, una tarde de chapoteo en la piscina, una tarde juntos en una nueva actividad de mi gimnasio, etc. Tristezas como que no podremos ir juntos de vacaciones por temas de agenda laboral, problemas de fertilidad que nos traen de cabeza o la rotura de una tubería en su casa que está retrasando mi mudanza a su casa. Luego están los amigos y la familia. En el tema amigos hay que destacar que se está agravando el problema de S, ahora que rompió con la novia que se había echado este invierno. Es muy triste ver cómo destroza su vida más y más y cómo pierde el norte totalmente. Hace poco anduvo rondando a una chica de la pandilla. E sta chica, llamémosla d, no se caracteriza por salir con hombres como S. Sí que es cierto que d, a pesar de ser joven y guapa, atrae a una serie de hombres que no tiene desperdicio, mayormente fóbicos al compromiso, cuando no “muchomorristas” y gandules. Paradójicamente, tiene a su alrededor unos cuantos moscones buenas personas, pero por alguna razón siempre se fija en los más guapos y chulitos, que suelen ser los más inconvenientes. En el caso de S, tal y como está, tampoco es de los hombres que le convendría y parecía que durante unas semanas, algo de caso sí que le hizo, al menos tonteó con él bastante, pero luego encontró a un adonis “chulitopijo”, y le dejó de lado a S, lo cual hizo que se hundiera más y se dedicase más a castigarse el hígado. El otro día protagonizó un hecho lamentable y es que desapareció totalmente y sin avisar y su madre me llamó asustada porque iba a denunciar su desaparición en comisaría. Yo ya me imaginaba a S ahogado en el fondo del Manzanares en plena borrachera, cual inglés de veinte años de vacaciones destroyer. Pero no, no hubo que vaciar el río para encontrarle, menos mal. Pero por desgracia, su cabeza tiene ideas muy negras y temo que un día u otro acabe como el personaje de Nicholas Cage en Leaving las Vegas. Sin embargo, yo ya vi el año pasado que jamás encajaría en el papel de prostituta de lujo compasiva y cooperante de un suicidio lento y planeado. No quiero poner a nadie triste, ya hay bastante pesimismo en el mundo con esto de la falsa crisis económica. Lo cierto es que la presión económica y sobre todo psicológica que están poniendo sobre todos nosotros favorecerá en un futuro no muy cercano sucesos como el de S, de caída en la marginalidad con tendencias suicidas.

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