Veranito movidito
Os comentaba en el anterior post que estaba pasando por una fase de calma chicha laboral. De repente, a primeros de julio se dio el pistoletazo de salida cual colonos en Kansas para elegir destino y en cuatro días hábiles tuvimos los aprobados que decidir sobre nuestro futuro destino (las cosas de la burocracia son así). Como conclusión es que al mes que viene estaré ya incorporada a mi nueva plaza y a ver qué me depara todo. Os iré contando.
Efectos colaterales de este paroxismo súbito es que se fastidiaron un poco las vacaciones previstas con mi marido, pues tuvimos que acortarlas y posponerlas. Al mismo tiempo, tenía que visitar a un especialista en úteros en Valencia. Y sé que en mi ciudad hay buenos médicos, pero ahora se trata de ir rápido y bien, ambas cosas, tengo ya 46 años y no puedo perder más tiempo con intentos y más intentos.
De este modo, me han planificado una operación en septiembre. Y no hay garantías de que tras la operación pueda concebir. Mi útero dista a día de hoy mucho de ser un vergel. Más bien es un páramo yermo lleno de chapapote, pues la enfermedad que me han localizado en él se comporta como el alquitrán que donde toca deja muerte a su alrededor.
Después de tantos disgustos médicos me estoy haciendo un corazón de roca marmólea. Ahora ya no me da por llorar o por clamar al cielo pidiendo explicaciones. Me he vuelto una mujer muy práctica y veo el proyecto Bebé como un proyecto con su alcance, hitos y recursos. Debe ser la mentalidad de ser PMP lo que me está haciendo desensibilizarme un poco. Pero es preciso que no me deje llevar por los miedos, porque ahora necesito mi energía en luchar y en planificar.
Ahora en unos días me iré a la playita a terminar de broncearme (en Valencia pasé el finde cogiendo tono cangrejo), pero eché de menos el karaoke y el Toro Loco. Lo siento pero para mí no son vacaciones si no hago esas dos cosas. Y bailar hasta que me sangren los pies. Así que hice unas gestiones y para allá que me voy este finde.
En otro post os contaré más cosas, parece mi blog un tanto descafeinado pero la verdad es que paro poco delante del ordenador, la culpa la tiene el whatsapp, porque ahora lo que llevo a todos lados es el móvil y claro, ya no me da por escribir a salto de mata y menos un blog, a lo sumo responder brevemente a un correo.
Tengo que retomar el escribir, no puede ser que lo último que haya escrito sea un manual informático o una traducción de procedimientos. Tengo que volver a ser la Bridget que escribe sobre todo de forma sarcástica y aguda. Y tengo temas y más temas sobre los que hablar, no me falta material. Lo que me falta es oportunidad. Igual que tengo en mi rutina ir al gimnasio, debería dedicar todos los días que esté en casa veinte minutos a escribir. Ahora que ya he cumplido años, debería ponérmelo como deberes y buenos propósitos, que no pase semana sin que escriba algo interesante y no sólo resúmenes de mi vida para amigos y conocidos que me siguen.
Efectos colaterales de este paroxismo súbito es que se fastidiaron un poco las vacaciones previstas con mi marido, pues tuvimos que acortarlas y posponerlas. Al mismo tiempo, tenía que visitar a un especialista en úteros en Valencia. Y sé que en mi ciudad hay buenos médicos, pero ahora se trata de ir rápido y bien, ambas cosas, tengo ya 46 años y no puedo perder más tiempo con intentos y más intentos.
De este modo, me han planificado una operación en septiembre. Y no hay garantías de que tras la operación pueda concebir. Mi útero dista a día de hoy mucho de ser un vergel. Más bien es un páramo yermo lleno de chapapote, pues la enfermedad que me han localizado en él se comporta como el alquitrán que donde toca deja muerte a su alrededor.
Después de tantos disgustos médicos me estoy haciendo un corazón de roca marmólea. Ahora ya no me da por llorar o por clamar al cielo pidiendo explicaciones. Me he vuelto una mujer muy práctica y veo el proyecto Bebé como un proyecto con su alcance, hitos y recursos. Debe ser la mentalidad de ser PMP lo que me está haciendo desensibilizarme un poco. Pero es preciso que no me deje llevar por los miedos, porque ahora necesito mi energía en luchar y en planificar.
Ahora en unos días me iré a la playita a terminar de broncearme (en Valencia pasé el finde cogiendo tono cangrejo), pero eché de menos el karaoke y el Toro Loco. Lo siento pero para mí no son vacaciones si no hago esas dos cosas. Y bailar hasta que me sangren los pies. Así que hice unas gestiones y para allá que me voy este finde.
En otro post os contaré más cosas, parece mi blog un tanto descafeinado pero la verdad es que paro poco delante del ordenador, la culpa la tiene el whatsapp, porque ahora lo que llevo a todos lados es el móvil y claro, ya no me da por escribir a salto de mata y menos un blog, a lo sumo responder brevemente a un correo.
Tengo que retomar el escribir, no puede ser que lo último que haya escrito sea un manual informático o una traducción de procedimientos. Tengo que volver a ser la Bridget que escribe sobre todo de forma sarcástica y aguda. Y tengo temas y más temas sobre los que hablar, no me falta material. Lo que me falta es oportunidad. Igual que tengo en mi rutina ir al gimnasio, debería dedicar todos los días que esté en casa veinte minutos a escribir. Ahora que ya he cumplido años, debería ponérmelo como deberes y buenos propósitos, que no pase semana sin que escriba algo interesante y no sólo resúmenes de mi vida para amigos y conocidos que me siguen.
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