Las cosas que nunca pude decir

Hace ya muchos años escribí un post sobre el rincón de las cosas olvidadas y el significado que para mí tuvieron. Ahora me gustaría escribir sobre todo lo que habitualmente callamos y no nos atrevemos a contar, generalmente sentimientos que albergamos hacia personas que probablemente no tengan ninguna idea de lo que bulle por nuestra imaginación.

Ayer mientras merendaba con mi hija, vi una escena de una película que, básicamente, no me gusta. 

Se trata de "La boda de mi mejor amigo". No me gusta porque explota varios clichés:

  • Que las mujeres tenemos que renunciar a todo por amor. 
  • Que el amor implica siempre compromiso y boda. 
  • Que si no dices lo que sientes en el momento justo y preciso, se te pasa la ocasión y otro/otra viene que te arrebatará a tu amor. 
  • Que sólo nos damos cuenta de lo que tenemos cuando lo perdemos. 
  • Que las mujeres somos cobardes y retorcidas... 
  • Que después de casarse ya no pueden ser amigos íntimos un hombre y una mujer...

Una frase se me quedó grabada a fuego, la dice la "inocente" novia rubia, jovencísima y tontita a la que encarna Cameron Díaz a la exhuberante, pelirroja y más madurita eterna mejor amiga a la que encarna Julia Roberts: "El habla de ti a todas horas, todo son elogios, que si esto, que si lo otro... Pero, ¿sabes qué? A ti te tiene en un pedestal, sí, pero soy yo a la que tiene en sus brazos". 

Y la otra no le parte los dientes, paciencia, de verdad...

No me gustan las bodas, creo que hay mucha hipocresía y postureo, no hay cosa más mundana que pretender someter el amor a un contrato o anillar a los contrayentes a la fuerza como si fueran avutardas en cautividad. 

Yo, en el lugar de Julia Roberts, en vez de someterme al ritual de la "humillación" de la rival desbancada, le hubiera comprado un kit de cuchillos de cocina a tan ingrato hombre que te tiene nueve años en la "Friend Zone" (vale que la culpa fue de la chica, pero oye, vaya huevos tiene el sujeto restregándole que se ha tirado nueve años enamorado de ella y luego se cansa y se va con otra y flash, se casa de impulso, y encima la invita a la boda...).

Lo que ya no tiene desperdicio es la frase que le dice el "amigo" a su "mejor amiga del alma":

- " Es que si no dices las cosas cuando hay que decirlas, el momento pasa".

Vaya, ¿y cuándo es el momento oportuno para decirle a alguien que lo amas? ¿Después del primer polvo? ¿Antes del primer polvo? ¿Después de engendrar al cuarto hijo? ¿Cuando te tomas la primera cervecita/café/copa tras conocerlo? ¿Después del primer beso? ¿Cuando le das la tarjeta con tu contacto al presentarte?

La película no da más indicaciones. Y, viendo la literatura, te das cuenta de que vas a meter la pata lo digas cuando lo digas... Hasta cuando lo digas con cincuenta testigos y un cura por delante... Buff, siempre habrá un motivo para arrepentirse después, por ejemplo, cuando el otro reacciona de esta manera:

a) Te mira con cara de espanto,  se le cae la cerveza al suelo y te suelta que justo se acaba de acordar que se dejó el horno encendido y tiene que volver corriendo a casa. No esperes volver a verlo más, directamente.

b) Te dice que también te quiere mucho.... Pero sólo como amiga (ahí deseas que se te trague la tierra y no te vuelva a ver hasta la siguiente glaciación, pero el problema es que lo tendrás que volver a ver ochenta veces mas en cumpleaños, saraos, reuniones, etc. y todas las veces desearás haberte cortado la lengua con un machete afilado antes que soltarle algo de ese tipo...).

c) Te dice que le gustas mucho, os enrolláis y a los dos días te deja como un trapo por ahí, contando que eres una pardilla. Enhorabuena, acabas de entrar en el maravilloso mundo de las montañas rusas emocionales.

d) Te suelta que está comprometido pero que te pondrá la primera en su lista de espera (como si fueras la cliente de un restaurante exclusivo, su ego se hincha como un pavo real...).

e) Intenta venderte una suscripción a una herramienta antimalware o una dieta de Naturhouse... A mi edad estas cosas pasan, os lo juro...

f) Todo va perfecto, os casáis y un día que le preguntas por qué no te dice ya que te quiere, te suelta que eres muy pesadita con el tema, que no hace falta estar todo el día diciéndolo. Bueno, ahora que haces memoria, salvo el día de la boda y el peluche que te regaló el primer día que os enrollasteis, jamás ha verbalizado más sentimientos por ti, por lo que no entiendes por qué crees que eres tan pesadita, salvo claro está, que no te quiera o que nunca te haya querido...

g) Se hace el sueco y te suelta: "Anda no bebas más, mañana te reirás de lo que acabas de soltar" Te da calabazas y te llama borracha en un dos por uno, pero te da una honrosa salida para hacer como que no ha ocurrido y así olvidarlo todo.

Podría extenderme hasta la "z" y más, me han pasado cosas que si las cuento no las creería nadie. Claro que también se me han declarado de varias formas absurdas. Ahora mismo y a bote pronto recuerdo cuando tenía veinte años que un día un chico de la clase de al lado en la facultad me soltó así en crudo sin apenas haberlo visto que estaba loco por mí. Salí huyendo, ¿Sería un psicópata? Pobre chico, el caso es que no estaba mal...

¿Sabéis qué? El chico de la película mentía como un bellaco. Hubiera dicho lo que hubiera dicho Julia y cuando lo hubiese dicho, el final hubiera sido el mismo. No la quería, quería sólo una rubia idiota que le siguiera a todos lados, sin cabeza ni criterio.

Un chico que después de un tiempo razonable no muestra interés por ti, no es un chico tímido, ni es que te respete, ni haya hecho voto de castidad o sea mudo. Es que directamente no te quiere. Pierde la esperanza: Da igual lo que le digas, da igual lo que te pongas, da igual cómo vistas, da igual que tengas un cerebro de premio nobel, que tengas el corazón de Teresa de Calcuta, el humor de Eva Hache, el carisma de Obama, da igual lo que te pongas o lo que no te pongas, ya puedes aparecerte delante suyo en pelota picada, que por muy estupenda que seas... Pasará de ti.

No veas espejismos y no te creas lo mucho que te alabe o el buen rollo que tengas con él porque: No es para ti. Así de claro. 

Si eres masoca y quieres seguir siendo la eterna buena amiga, allá tú. Nunca lo tendrás. Y lo peor es que tendrás que aguantar toda la matraca de sus ligues, porque con otras no tiene ningún escrúpulo de de enrollarse la primera noche e incluso delante de tus narices si se tercia...

Vale, todo eso lo sé desde hace mil años. Afortunadamente, la experiencia es el peine que te da la vida cuando ya no te queda pelo. 

El problema es que a veces pensamos que esta vez será distinto, que esta vez sabré que hacer, pero no es así. Otras veces es que no puedes evitar enamorarte de alguien o el destino es cruel y te lo va acercando aunque no hagas nada por que se acerque. Puede ocurrir que decidas no verlo más y resulte que se apunta a tu gimnasio, a tu club de tenis, a grupo del coro, o hasta se viene a vivir a la casa de al lado...No sabes por qué pero es una especie de broma del destino. Me ha ocurrido esto y es algo horrible porque por un lado estás contenta de tenerlo cada vez más en tu mundo y por otra sufres muchísmo viendo como serás su eterna "buena vecinita", su eterna "coleguita" o la eterna "compañera de clase".

El amor va más allá del orgullo, a veces amas a alguien sin albergar ninguna esperanza y además, sabes que no es el momento de desaparecer, precisamente porque ese alguien necesita de ti y no puedes escabullirte. El nunca sabrá lo mal que lo estás pasando, ni llegará siquiera a sospecharlo, porque tú eres en apariencia como Elsa de Frozen, fría como un témpano.

Por eso Julia no huye y se queda al lado de su mejor amigo a sabiendas de que va a sufrir un calvario y de que se casará con la otra. Lo sabe desde que empieza la película. Y lo sabemos todos los espectadores. Parece que la novia abnegada es la otra que renuncia a sus estudios y trabajo por seguir a su futuro maridito y que la amiga despechada hace cosas muy locas en un último intento por reconquistarle... Pero en cierto sentido, la desesperación es muy mala. Hay algunas mujeres como yo que lloramos nuestras penas de amor con la almohada,  a solas y luego el antiojeras lo borra todo...pero hay otras que hacen cosas muy locas. Y siempre está el ... ¿Y sí? Al final se mete la pata hasta el fondo. Es humano. A menos que tengas una fortaleza sobrehumana y entiendas qué te va a pasar y por qué.

La única manera de sobrevivir a un cuelgue de los buenos es haciendo cosas muy locas como apuntarte a una expedición a Marte. Cojo el móvil y leo el post de un amigo que está muy triste porque le han dado calabazas. Al menos él lo ha intentado. Yo no he sido capaz nunca...

¿Y por qué no lo he hecho? No ha sido cobardía, ha sido un exceso de...¿Qué?... ¿Sensatez?¿Saber estar?¿Sentido de la realidad?¿Miedo a perder la amistad o lo que sea?

No, la razón es el respeto y amor sincero a la persona a la que no quiero poner en una situación incómoda (porque ya sé la respuesta de sobra), y miedo a hacer sufrir a terceros totalmente inocentes al tema. Hay que sopesar todo cuidadosamente.Y hay que estar preparados no sólo para la negativa que esperamos sino para el problema (sí, el problema) que puede sobrevenir si somos correspondidos (es raro pero puede ocurrir que realmente al otro le ocurra lo mismo). Te desaloja de tu vida. Te saca de tu zona de confort. Cuando no tienes nada que perder puedes dedicarte a explorar, cuando tienes un nido al que tienes que volver con un mamut cada noche, no te puedes arriesgar con "amores no destinados a la supervivencia de la especie".

Mención ya aparte están los  "amores prohibidos". Pongo ejemplos:

- El tiene veinte años más que tú y tú no tienes edad ni para votar ni para abrir una cuenta corriente, además se va a casar en breve, y de él depende tu nota de una asignatura... Mejor no enredar, puedes acabar con algo peor que el corazón roto:  Con un suspenso que baje tu media para la selectividad.... Punto extra si resulta que él es el padre de tu mejor amigo. Descubrirte sentada en las rodillas de su padre lo puede traumatizar de por vida.

- Es de tu mismo sexo y no es ni homo ni bisexual. Normalmente la gente no descubre su inclinación sexual de la noche a la mañana. Lo más probable es que se aleje e incluso hasta borre tu número de teléfono.

- Tienes edad para ser su abuela y es alumno tuyo. Tú además tienes hijos, hipoteca... Mal asunto. Le prepararás colacaos, harás los deberes con él por las tardes, y a menos que militéis en un partido político para gobernar Madrid, ese chico sólo te llamará cuando se le atraganten los logaritmos neperianos.

- Vive a cinco mil kilómetros y es de otra religión en la que las mujeres no abren la boca, a ti te gusta hablar por los codos. Punto extra si le gusta montar explosivos. Si no te gustan los burkas ni las telenovelas de Nova, olvídate de él totalmente.

- Se está muriendo y  lo conociste en la sala compartiendo la sesión de quimioterapia. Resulta que es de otra dimensión, o estáis separados por el espacio-tiempo. Esto da para un par de películas con Richard Gere o Keanu Reeves como protagonistas.

- Es un bicho raro a lo Sheldom Cooper  y piensa que el sexo es malo, su visión del amor es la de leer a Walt Whitman bebiendo té helado y tocando sonatas al piano. Mala idea si tu cuerpo es más ardiente que el de Jennifer López hasta arriba de Éxtasis.

Podría seguir enumerando, me han pasado todos estos casos y alguno más rocambolesco...

No hay que desanimarse, no todos los amores imposibles acaban mal: Macrón se enamoró siendo un adolescente de Brigitte, su profesora del instituto, casada y con hijos, veinte años mayor que él. No paró hasta que se casó con él, ella le apoyó y ahora es la primera dama del Elíseo.

¿Qué hacer si te quedas atrapad@ en un amor platónico imposible? No hay solución, hay que dejar pasar el tiempo, y nada más, como se pasa el sarampión, las almorranas, la obsesión por el vocalista de Depeche o la adicción GoT... Con tiempo y paciencia.








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