Espejismo de normalidad


Comenzaré con un chiste de Eugenio el chiste es algo así cómo…
“¿Saben aquel que diu que va un fulano al médico y le pregunta doctor qué tengo que me encuentro tan mal?… Y el galeno le responde: Es un cáncer de páncreas terminal, le quedan tres meses de vida.  Y el hombre aterrorizado le dice llorando, pero doctor… ¿No hay nada que pueda hacer para ganar más tiempo de vida? Y le responde: Bueno, deje de beber, de tomar el aperitivo, de fumar, de tener relaciones, de salir con los amigos, de comer dulces, salados, grasas… Y nada de trabajar, ni de estudiar ni de de ver la tele incluso, ah y nada de deporte, ni playa ni pasear, ni compras, o sea nada de nada, sólo puede estar tumbado viendo telediarios o haciendo crucigramas…
Y el hombre todo lloroso dice… ¿Pero con todo eso viviré más entonces? El médico responde: No, pero se le van a hacer los tres meses que le quedan como siglos…
Pues eso es lo que se me asemeja la “Nueva Normalidad” que nos han aconsejado.  Siento muchísimo la gente que ha muerto, y sé que este virus no es ninguna broma porque ya lo he pasado y encima es posible que lo pueda volver a pillar e incluso de forma más grave. Ya sé que esto no es una gripecita y que hay que andar con mucho ojo, todo eso lo sé, pero es que…
Todas las medidas, la mitad me parecen que vienen ya a toro pasado y la otra mitad son incongruentes, absurdas y no tienen fundamento y las que tienen fundamento no las toman porque no les da la gana (hacer test) o directamente prefieren tener a la gente aborregada con paguitas de 700 euros en vez de usar ese dinero para hacer cuatro o cinco pruebas que servirían para aislar a la gente que está contagiada, que es lo que se supone que funciona.
Voy a poner un símil real: Compro un saco de patatas en la tienda, parece que tienen buena pinta pero algunas patatas, pongamos tres de las treinta, tienen gorgojo dentro, o sea bicho. En unos días esas patatas se van a echar a perder, van a oler mal y van a infectar a las que están alrededor.
No sé bien la solución para curar el saco, pero desde luego no se me ocurre hacer esto:
·         Sellar el saco con patatas sanas y no sanas y dejarlo ahí un par de semanas para que no huela (se pudren todas), esto es lo que se hizo a primeros de años, ignorar el tema y no sacar noticias hasta que el saco empezó ya a chorrear por fuera y olía bien.
·         Sacar las patatas y sin examinarlas, envolverlas en papel absorbente (ergo, poner mascarillas). Esto vale temporalmente para que las patatas pochas no contagien a las sanas, pero el liquidillo de la podredumbre va a más y traspasa tarde o temprano (rebrotes y más contagios).
Lo que hago normalmente es que saco las patatas, las examino una por una, tiro las que estén pochas, las dudosas las abro, no suelo errar, pero si fallo, tiro una patata sana, se siente, pero más vale tirar tres sanas que no treinta. Una vez saneado el tema, tiro el saco, uso una bolsa limpia nueva de tela y meto las patatas que se han salvado. Y ya, fin del tema, de treinta patatas se me estropean seis o siete, salvo las tres cuartas partes. De otro modo se estropean todas. A buen entendedor…
No hace falta ser un experto en pandemias para saber que hay que hacer test y poner aparte los sospechosos, pero no mezclar a la gente sin saber quién está pocho o no. La mascarilla no es la solución, está bien puntualmente pero no se puede vivir toda la vida y más ahora con cuarenta grados con la mascarilla por ahí y pretender hacer vida normal, porque normal no es.
Y, ¿qué consecuencia tiene el que estés por ahí agobiado, incómodo? Que harás lo mínimo imprescindible, pero no lo que hacías antes, que es lo que genera la economía. No te merece la pena. La gente va a comprar por subsistencia, pero va de compras por ocio y se suele gastar más dinero cuando va de compras que cuando va a comprar con lista y carrito al súper.
Ir de compras en la gente que tiene capacidad económica es quedar con las amigas/familia y tomarte cafetitos, echar risas, probarte ropitas, tocar todo, llevar a los niños… Y eso no se puede hacer ya.
Ir de vacaciones con niños no es ir de museos, es soltar a los niños para que campen en la piscina o playa sin medirles dos metros ni enchufarles mascarillas o atarles a una mesa. Ni que decir que haya que hacer cola hasta para comprar un helado o que no tengas donde comer porque han cerrado los buffets … Se te quitan las ganas de vivir, en serio. Al final decides quedarte en casa con el Netflix, HBO o lo que sea y un bol de palomitas al microondas y que le den por saco al ocio de la “Nueva Normalidad”.
Esta “Nueva Normalidad”, si se hace correctamente implica:
·         No salir con niños, no hay nada que puedas hacer con niños pequeños por ahí mínimamente cómodo. Los niños tienen que jugar con niños y, ¿vas a ir al arenero del parque con un palo de 2m empujando a los otros niños para que no se te junten con el tuyo? ¿No van a compartir juguetes? Y nade de ocio infantil, ya no hay parques de bolas, ni ludotecas ni guarderías de centros comerciales, a tomar por saco los padres cuando tengamos que dejar el niño mientras hacemos compras o cualquier recado… Ni que decir que nos hemos tirado todo el confinamiento sin colegios, intentando trabajar con el niño en el cogote… De traca, y ahora que han abierto los campamentos de verano para niños (algunos), entra mi hija más aséptica que un cirujano al quirófano…Y esto es un lujo que abrieron hace poco, a ver lo que dura
·         No conocer a nadie nuevo, nada. A tomar por saco el Tinder, venga a chatear tres meses y todos los chavalotes en berrea, pero salen del desconfinamiento y… ¿Van a quedar con chicas con mascarilla y a dos metros? No me extraña que se agotaran las existencias de papel higiénico, ahora empiezo a entenderlo…
·         No divertirse, no bailar, no cantar, no nada… A ver, tienes veinte años y sales un sábado por la noche, ¿para qué? ¿Para ir a ver la colección de cuadros de Monet? ¿Para visitarel Jardín Botánico? Como dice la vieja del visillo: Ay, llévanos señor.
·         Ir a la piscina o a la playa con “burkini”. Porque prácticamente, a mí que me digan cómo se puede tomar el sol con mascarilla y bañarse espantando gente. ¿Y nada de ligar en el chiringuito? Adiós Benidorm, sniff. Menos mal que ya tengo pareja, me cortaría las venas si estuviera sola.. Pero me molaba ese ambientito de bailoteo y hacer amigos…
·         Conciertos de rock que parecen ahora las animaciones del sábado noche de un geriátrico…Llévanos señor, llévanos.
·         Viajar como si fueras un preso.  Tomas un tren 4 horas con mascarilla sin poder usar el móvil ni comer ni beber ni nada…
·         Por supuesto adiós a las verbenas, Sanfermines, ferias… De nuevo, adiós a las zonas donde ligan los preadolescentes, nada de coches de choque y montañas rusas de esas itinerantes… Y el Parque de Atracciones, por Dios, con mascarilla!!! Echas la pota en el twister y te ahogas en tu propio vómito ¡!!


O sea, ocio se acabó, ocio malo, ni fiestas, ni bailes, ni ligues, ni cantar, ni bañarse, ni chiringuito, ni conciertos, ni fiestas populares...

Ah, pero puedes ir a trabajar, eso sí, los niños lo dejas en casa a saber con quién, igual con tu madre, tu abuela para que se contagie bien, no sé… Ahí ya en el metro puedes ir a reventar, eso no lo ven mal, pero como llevas mascarilla no pasa nada… Está la mascarilla empapada de sudor, y te está echando el aliento en el cogote un tipejo con pinta de tener mil cosas peores que el virus de moda, pero no pasa nada, porque claro, tienes que ir a producir por la patria, que se arruina la economía…
Ah, y para que no se arruine tienes que salir y consumir, aunque no tengas ni puñeteras ganas…. Mensajes contradictorios totalmente.
Pues qué quieren que les diga… Una cosa es que se limpien más los transportes públicos (bueno, realmente que se limpien alguna vez) y  los bares (Todavía me acuerdo cuando no podíamos ver de qué color era el suelo del bar porque iba tapizado  de cabezas de gambas y otros desperdicios, la ensaladilla rusa ahí en la barra sin tapar y sin refrigerar) y otra bien distinta es que vayamos a hacer actividades de ocio vestidos como si fuéramos a operarnos a corazón abierto… No sé por qué pero a mí diversión, felicidad, alegría con mascarilla, guantes y gel limpiador como que mentalmente no los asocio…

Lo siento, me pongo la mascarilla porque es obligatorio, no quiero que me multen ni soltar virus por ahí, pero veo tantas cosas mal hechas que se me quitan las ganas de “portarme bien”… Gente que se pone guantes y mascarilla embutida, insulta a todo el que no la lleve, aunque sea a mi niña de tres años que está más sana que una pera y además no le toca por ley, y luego ese mismo aprendiz de agente de la stazi va tocando todo y luego se toca la cara o incluso se bajan la  mascarilla para toser ¡!!! Gente que se baja la mascarilla para hablar por el móvil que lo deja bien fino de salivazos y luego lo toquetea con las mismas manos guantes con los que luego se llevarán a la boca las patatas fritas del bar… Vamos, de traca. Y los fumadores que hay gente que fuma tanto que la mascarilla la llevan de collar nada más.

A ver, si la gente no entiende las más mínimas reglas de la higiene lo de llevar mascarilla, guantes o gel limpiador es inútil, lo siento pero es así de claro.  

Hay que ducharse, lavar la ropa, si sudas ducharte y cambiarte de ropa y no andar por ahí dejando cercos y charcos en las sillas de los bares o del metro. Y desde luego, los mocos no se escupen o se hacen bolitas sino que se limpian con pañuelos desechables. Y por desechable se entiende que se vayan a tirar a una papelera y no que se guarden en el bolsillo y se reutilicen hasta que se hagan pelotillas de papel…
Hay gente muy guarrilla, gente que va al baño y no tira de la cadena, que se mea por todos lados, que orina o hace caca y no se lava las manos luego, que se limpia el culo con unas uñas como las de Rosalía pero llenas de restitos más que hediondos… Ah, y gente que separa o cuenta hojas de papel se chupa los dedos, dejando los libros llenos de saliva… Madre mía, cualquiera va ahora a por un libro a la biblioteca, pero como si nada…En vez de hacer préstamos en formatos libros electrónicos, yendo tú con con tu lector de e-books, nada, a la biblioteca a sobar libros…
Dios, si todos eso no nos lo cuentan, que nada de llevar uñarras de águila, nada de llevar pelos largos y sucios, soltando pelánganos por todos lados soltando cual Chubaca, nada de llevar barbas como el profeta jeremías sin limpiar ni asear… Pues si todo eso no se cuenta, lo de la mascarilla no es más que un intento patético de imitar a países que nos llevan años luz en higiene personal, como por ejemplo Japón. Ahí no verás a la gente entrando en las casas pisando con zapatos que han pasado por encima de cacas de perro, chicles mascados, aguas de dudosa procedencia, vómitos secos… No, ahí la gente deja los zapatos fuera. Y tienen baños que olé ya los quisiéramos aquí. Casualidades, Japón y Corea son de los países menos afectados. Esto no va de un virus, va de cultura y buenas costumbres. Quizás ser un poco más pulcros y pensar más en el prójimo.

Luego está el tema de ir enfermo al trabajo. Aquí en España lo de ir con gripe a trabajar se tiene a gala de buen trabajador y no de asesino en serie que sería lo que realmente es. Ha tenido que venir una pandemia para que se empiece a reflexionar, y esto además es problema de las empresas que explotan lo indecible y no se resignan a perder gente por indisposición más de dos días al año cuando todo el mundo sabe que una buena gripe te lleva dos semanas en curarte.

Por no hacer una crónica tan negra voy a hablar de las ventajas que le he encontrado a lo del confinamiento y la “Nueva Normalidad”, para que veáis que no soy tan pesimista:

-          Ahorro dinero en gasolina/transporte, porque ya no voy a tanto a trabajar presencialmente ni a hacer gestiones presenciales, ni compritas, ni ocio.
-          No hay masificaciones en los sitios. A mí me ha agobiado siempre no tener espacio vital, tener gente encima, necesito espacio vital, y no soy además de estar todo el día abrazando gente, soy un poco como mi madre, que decía que eso de estarse todo el día intercambiando microbios no iba con ella (sufrió una tuberculosos de joven y se quedó ya con la copla).
-          No gasto en pintalabios ni casi en maquillaje, me maquillo mucho menos.
-          No gasto en ropa, con el tema del teletrabajo con cualquier chándal me vale.
-          No tomo tanto café malo de la máquina.
-          No tengo que cruzarme con algún compi de trabajo un tanto desagradable.
-          Puedo poner lavadoras mientras hago informes.

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