EL FANTASMA DE LAS NOCHEVIEJAS PASADAS
Como a Scrooge me asaltó hace
poco el fantasma de las Nocheviejas pasadas, y el de las Nocheviejas futuras,
pensando ya que como no me despabilase un poco iba directa a acabar en breve
pasándolas sola, en pijama, con batamanta, gato tragándome en Prime Time a José
Mota y decidí que este año iba a hacer algo distinto, así que me apunté a un
batiburrillo de fiestas en plan Rave NonStop. Y he conseguido sobrevivir al
reto. Con el hígado bien, sin mucha resaca, sin vomitonas, sin traerme a casa a
tíos raros, sin perder ropa, pendientes o dinero… Estoy súper contenta y
orgullosa por ello. Tenía miedo de que al no estar acostumbrada acabar muriendo
de como etílico o descuartizada por ahí…
No me miréis mal, hay gente que
hace retos absurdos y con cargo al erario público, como el chaval ese que se
estuvo tres días fuera de casa y sin móvil. Yo creo que para un chaval tan
joven el reto no estaba en dormir en la calle, sino en estar tres días sin
tocar el puñetero móvil.
Es importante mencionar que desde
el año 2007 no salía toda la nochevieja de fiesta.
Echando la vista atrás, el año
pasado me tocó con la peque, el anterior a ese en el 21 cené con una amiga y
para casa luego que estaba todo cerrado, el 20 fue el más soso de todos:
Nochevieja en casita con el (ex) marido ya en crisis la cosa, o sea a cara
perro y la peque chiquitina, viendo por la tele el desierto que era la Puerta
del Sol…
Del 2012 al 2019 siempre tocaba
en casa de la familia de mi ex, y cada año se juntaba mucha gente con algún
invitado exótico que no podía faltar: algún vecino que traía mi ex cuñado
recogido del bar y pasado de rosca,
algún compi de trabajo de mi ex cuñada, locuaz en modo chiste sesión Eugenio, algún
noviete de la sobrina de 0, también
raruno, aunque recuerdo uno que no sólo tenían conversación sino que preparada
buenos gintonics… Lástima, mi ex sobrina
lo echó a perder… Y casi siempre había bronca, mi ex suegra o mi ex cuñado
tenían mal beber y solían discutir siempre con alguien. El ex novio de mi ex
suegra era muy gracioso y contaba historias de su Argentina natal, algo así
como un abuelo cebolleta pero con tres whiskies era muy gracioso.
En el año 2011 aunque salí esa
nochevieja, ni podía beber ni me encontraba bien, acababa de sufrir un mini aborto, y aparte de no
tener cuerpo tampoco tenía ánimo.
En el año 2010 y 2009 estuve con
la familia de mi otro ex, S, y con los amigos de él. No salíamos de fiesta
nocturna porque el chaval no aguantaba despierto más allá de las uvas, pero el
tardeo se le daba de fábula y sus amigos eran gente maja. Lástima que falleció
uno de ellos, se casaron dos y la chupipandi aquella se disolvió.
La nochevieja del 2008 fue horrorosa.
Estaba mal con Z, hicimos la fiesta en casa con algunos amigos y encima se vino
a cenar una tía insoportable que no paraba de intentar ligar con mi novio de
entonces. No lo consiguió pero a punto estuve de ponerle cianuro en el cava. La
venganza es un plato que se sirve bien frío y
le di de su misma medicina meses después ya que fui yo la que me ligué a
su novio y me duró mucho más que a ella. Ahora mismo, S sigue siendo uno de mis
mejores amigos, pero de ella no sabemos ya nada.
La nochevieja del 2007 fue la de
las uvas de Cofrusa y la pasé con el famoso Z y amigos en un pub que bueno,
pelín abarrotado pero bien. La del 2006 la pasé fuera de Madrid, en Málaga, no
estuvo mal del todo pero nada memorable…2005, 2004, 2003 las pasé en
macrofiestas con Z, en ninguna recuerdo que me pasara mucho. Recuerdo con mucho
cariño la Nochevieja del año 2002, cuando vivía en un ático en Carabanchel.
Cené con mi compañera de piso y fuimos de pubs con amigos. En especial recuerdo
el buen rollo que traía mi amigo CJ, que en paz descanse (falleció hace ya casi
nueve años). En aquella época medio salía yo con Y, que era un novio nefasto
pero era muy divertido saliendo de copas. Y mis amigas de la época eran todas
majísimas, ahora están casadas y mutadas en señoronas o divorciadas y mutadas
en sofá con batamanta. Pero entonces bailábamos hasta desgastar los zapatos. Y
bebíamos hasta el agua de los floreros, y los ligues.. Bueno, éramos algo así
como las cuatro mosqueteras… Ya me entendéis.
En fin, la verdad que, como con
los hombres, la primera nochevieja se idealiza mucho pero es cierto que suele
ser la mejor. Mi primera macrofiesta de nochevieja ocurrió cuando tenía yo 20
años ya. Fue en la JJ Eslava, y estuvo muy bien, muy buena música, buen
ambiente, con amigos de la facultad y ligué con el amigo de uno de ellos. Salí
con él un par de meses pero era demasiado pijo él y demasiado plebeya entonces
yo. Lo de Pretty Woman es ciencia ficción y ha hecho mucho daño. Y entonces un
chico tan finolis con una chica todavía sin pulir (llevaba chupa de cuero,
vestido de piel sintética con apliques de tachuelas) y botas militares, no llegó a buen puerto. Ahora mismo que ya han
pasado más de treinta años y estoy cultivada y viajada no hubiera sido un
problema tan grande.
En fin, back to 2023, mi
calendario de fiestas ha sido desde el 30 por la noche:
-
Fiesta preuvas con mi grupo preferido de
singles, no estuve hasta muy tarde pero las cuatro copas cayeron. Llegué a casa
como a las 3. Como precalentamiento bien. Bailé bastante y no ligué, aunque no
iba con ese ánimo, ninguno de mi chorvoagenda iba a venir. Bailé bastante.
-
Fiesta vermuteo grupo pijito de Chueca: Desde las
12 hasta las 18h. Musicota, cuatro copas, conocí gente maja. Entre ellas, una
chica de mi edad más o menos y con Vibes similares. Este año me estoy
proponiendo reformular la girlband, para salir por ahí. Y es que para salir de
noche, hay que ir en pandilla, para evitar ser pasto de los lobos. Siempre
tiene que haber una amiga que te diga eso de “No es Brad Pitt, es que has
bebido mucho, anda tira y sal por la otra puerta ahora que no mira que si se te
pega, se convierte en tu desastre de novio número 27”.
-
Cena en un hotel repijo, pero no muy cara la
cena (eso sí, pillé el menú degustación que es como el que te dan a probar en
las bodas). Como iba prevenida ya, cené antes algo en casa, unos buenos
macarrones a la boloñesa que hacen fondo de estómago. Ahí estaba yo en casa
probándome la blusa que había pillado a la vuelta del vermuteo en el chino de
Embajadores, y que era básicamente un vestido burbuja de cava al que con un par
de arreglos exprés en casa lo transmuté en blusón molón. Me tocó al lado en el
grupo este de la cena a un italiano tan pedorro como petulante. Me cambié de
sitio echando leches al segundo tufo (la gente pija también se tira pedos). Y
fue peor, me tocó con un nuevo rico del norte que no paró de hablarme de su
fábrica de conservas de mariscos. Menos mal que no pillé entrada para la
discoteca cercana, aparte de cara no hubiera soportado a esa gente más de una
hora en el baile. Aun así tomé nota del organizador para que me ponga en la
lista de la fiesta de Reyes. Creo que fui la única no pija de que acabó sobria
tras las uvas y el exceso de cava. Las pijas cuando se emborrachan son como las
inglesas: Empiezan de tacón y muy peripuestas y acaban bailando descalzas y con
el sujetador por fuera. Bebí mucha agua, estaba muy rica, era de una marca
rara, y como entraba en el menú, me hinché. Buen punto, hay que hidratarse
mucho cuando bebes tanto.
-
Y ya lo que es la macrofiesta: En un pub por la
zona del Viaducto. El pub en sí nada del otro mundo, chiquito, pero buena
acústica. Pinchaba uno del grupo de singles. Una pena, porque el tío lo conozco
de las fiestas con niños y está bastante potable. Pero no hubo manera, no salía
de la cabina. Aun así intenté charlar un poco. Pero ya había otra más joven y
delgada que yo dándole charleta…Um... Nota mental para el año que viene:
Adelgazar y hacerme algún estiramiento o lo que sea. No puede ser que se me
escapen los únicos hombres con pelo y dientes (y buenos modales) cuando salgo
de fiesta.
Total: Me ventilé una botella
entera de gintonic, porque cada vez que veía objetivo masculino en la barra
para allá que me iba. Pero me había traído picoteos en el bolso (mi mini bolso
de fiesta es una caja de sorpresas). He descubierto que el mazapán evita que me
dé la vomitona y con los gintonics me cuadra bien. Además si veo a algún macizo
le suelto uno para retenerle un ratito a mi lado.
Bailé hasta desgastar los
zapatos, conocí gente muy maja y bueno, se me pegó un chaval con el que tonteé
un poco para no perder la costumbre, pero vamos, no voy a quedar con él ni para
tomar café, ya os digo, porque ahora que soy yo la pija, me parece el chaval un
patán como mi ex marido y por ahí no paso. Ya me conozco yo el rollo este de
chavalote guapete de clase paria pegado a señora de clase media para ganarse un
sueldo Nescafé y no estoy para la labor. Lo bueno que como había barra libre no
tuve que invitarle a copas. Ja. Bien jugado.
Volví en búho, pasando por lo más
sórdido del lugar. Pero por suerte estaban todos borrachos, y yo por suerte no,
así que iba ligerita para casa. Y no me puse tacones, que una ya es perra vieja.
Bueno, un poco de resaca, nada
que con un ibuprofeno no se resolviera, y al rato duchita, vaqueros y a ver a
mis hermanas, que por fin se han recuperado del COVID y prepararon una paella
para la comida familiar. Me atiborraron de chupitos de licores raros, pero ahí
aguanté el tipo.
Regreso a Madrid a las 21h. En la camita a la medianoche. Me levanté a las
6 como una rosa.
Eso sí, quiero adelgazar,
necesito adelgazar ya, y arreglarme estos pelos de bruja que llevo. El jueves
iré a la pelu y estos días sin niña a caminar a base de bien para bajar los
excesos de las Navidades.
Pero este año no ha sido negativo
ni mucho menos, hago balance:
-
He ligado algo, he rematado poco pero no ha estado
mal.
-
He tenido vacaciones en Benidorm y eso me da la
vida.
-
Sobre todo, he conocido mucha gente nueva, y muy
interesante. Y para mí esto es muy positivo, porque el sexo está muy
sobrevalorado, y ya es hora de poner en primer plano la amistad, que dura más.
-
No me ha liado nadie en serio, he sobrevivido a
los hombres “serpiente” y cada vez pienso más que enamorarse es un estado de
locura transitoria que sólo se sobrelleva porque hay que reproducirse. Pero a
mi edad es una desventaja. No soy de nadie ni quiero serlo.
-
El trabajo sigue, que no es poco.
-
No he pillado el covid ni nada virulento en todo
el año. Sólo he pasado dos días realmente malos, uno sangrando en plan vaca
degollada y otro con bastante fiebre, con lo del riñón, cólico y esas cosas, pero
sólo han sido dos días. Y no me impidieron trabajar.
-
Mi hija está bien, y es lo que importa.
Y para el año próximo ya no
vuelvo a pedir lo de encontrar pareja, ya desisto del amor y esas
complicaciones. Sólo pido tener buenas vacaciones, algún que otro rollete para
no amojamarme, que no me reviente algún órgano vital y que no me muerda un zombi, cosas realistas.
Si puedo perder algún kilito, no estaría del todo mal.
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