Se acabaron las navidades

Se acabaron las navidades y ni siquiera he tenido tiempo ni de poner el árbol o el Belén. Tengo la impresión de que este año se me ha pasado todo muy rápido y eso que he tenido cuatro días de vacaciones con los que no contaba. Pero también he tenido mil gestiones que hacer: Llevar el coche al taller, asistir al funeral del padre de un amigo, buscar regalos, chapuzas domésticas, etc. Al final sólo he podido visitar a mi prima y porque ha tenido una niña recientemente. Al resto de familiares y amigos creo que los veré en otra ocasión. Y es que uno se imagina que va a tener más tiempo pero al final los compromisos laborales y familiares, las compras y las mil gestiones que uno aparca acaban por comerme viva.
Lo que sí he aprovechado es a hacer algo más de ejercicio aunque con el tiempo tan espantoso que hace se ha reducido a ponerme música cañera en casa y bailar y luego sesión de abdominales y estiramientos. Algo ha surtido de efecto porque he sobrevivido a las fiestas con medio kilo menos que cuando empezaron, lo cual no es fácil.
No quiero hacer propósitos para el nuevo año, lo dejará para cuando llegue el nuevo año chino, pero algo que tengo claro es el priorizar y no agobiarme, sacrificar las pequeñas cosas para conseguir los objetivos más grandes, pero sin caer en el peligro de vaguear, porque el tener más tiempo libre a veces es un problema porque caes en la apatía.
Lo que sí tengo claro es algo que quiero para este año que empieza: Más diversión, pasármelo mejor, salir , divertirme y relajarme un poco porque hay días que estoy que muerdo.
El otro día al ver a mi prima y contarme que se enteró que estaba embarazada después de haberse machacado en una clase de spinning me hizo darme cuenta de lo obsesionada que estoy con cuidarme para mejorar mis probabilidades de ser madre. No he empezado todavía ningún tratamiento de fertilidad y ya me estoy atiborrando de vitaminas, reduciendo la cafeína y el alcohol, mirando con aversión la comida basura y obligando a mi chico a bajarse en pijama a fumar a la calle porque el humo además de náuseas me produce angustia. Angustia porque pienso que el humo me dañará la salud y en particular mi fertilidad y el desarrollo de mi futuro retoño. Y luego leo noticias como que una señora de cincuenta años fumadora empedernida y casi alcohólica da a luz a un niño más sano que una pera… Ah, pero eso son las excepciones, lo normal es que beber, fumar, comer grasas y dulces y no hacer deporte lleven a una menor fertilidad.
Estadísticas y más estadísticas. Ya dije una vez que decía Mark Twain que hay tres tipos de mentiras: Las piadosas, las grandes mentiras y las estadísticas. Pero a todos nos gusta regodearnos en ellas y parece que nuestra vida sólo se regodea en ellas.
No sé si os he dicho que últimamente estoy metiéndome más en la medicina alternativa, concretamente en la China, que no es incompatible con la occidental sino complementaria.
Al principio de leer términos tales como “Vacuidad de Qi” o “Estancamiento de la sangre” ganas me entraban de reírme a mandíbula batiente pero luego, cuando leo los síntomas, la explicación y el tratamiento, ya he empezado a reírme un poquito menos.
Hace poco leí que las verduras crudas y los cítricos, en concreto el pomelo, tienen muchos estrógenos y pueden interferir en la ovulación. Hace un año y medio sufrí un curioso episodio de anovulación que duró dos semanas más de lo habitual. Nunca me expliqué qué había pasado ni los médicos me dieron explicación pero he aquí que durante una semana estuve en Niza y en el hotel tenía jugo de pomelo natural y por las mañana me lo tomaba en el desayuno en cantidades industriales y por la tarde en forma de helado.
Cuando regresé a Madrid, se me antojó y recuerdo comprando un par de botellas de jugo de pomelo natural hasta que me aburrí del dichoso pomelo y dejé de tomarlo. Entonces ovulé… Jamás pensé que podrían tener relación una cosa con otra hasta que lo leí hace poco…
Así que cuando en TCM (Medicina tradicional China) te aconsejan que no comas ensaladas si, como yo, tienes el Qi un poco bajo y la sangre estancada, lejos de pensar en el mal que me puede hacer una inocente lechuga empiezo a pensar que todo tiene su por qué y que igual un inadvertido cambio de hábitos alimenticios, costumbres, etc hace que una pareja aparentemente estéril comience a embarazarse una y otra vez… A fin de cuentas, como decían en un famoso programa de la tele, somos lo que comemos… Y yo añadiría : Y lo que dormimos, pensamos, inhalamos, y nos movemos. Y donde vivimos también es importante.
Las dietas “sanas”, como ya dije una vez, no son tan sanas ni para todos los casos o situaciones de la vida. El marisco, por ejemplo, contiene mucho zinc y eso es bueno para la movilidad espermática y para ovular pero claramente es malísimo si se padecen de problemas renales, o si se tiene alergia … Lo mismo que el deporte. Un poco suele ser bueno pero a las chicas que pasan por la invitro no se lo recomiendan después de la transferencia embrionaria. O la menta por ejemplo es buenísima para el ardor de estómago pero en grandes cantidades puede ser hasta abortiva…
Como ya dije hace poco, casi toda la información que estoy empezando a recopilar bastaría para escribir todo un tratado de fertilidad pero las personas somos un mundo. Y el consejo general de relajarse viene bien cuando uno sólo tiene ese problema en concreto pero no sirve de nada si lo que se padece es de fallo ovárico prematuro. Aún así, claro está, ser feliz con lo que uno tiene encima no sirve para que los problemas se resuelvan, pero sí para que se sobrelleve mejor lo que tenga que venir.

Comentarios

Wilson ha dicho que…
Hola!

Aunque hace tiempo que no hago ningún comentario, que sepas que lo sigo atentamente y que me alegro mucho de que vayan bien las cosas con S :)

Un bso

W.

PD: quizás deberías quitar lo de "soltera" de tu descripción ;)

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