BETADESESPERADA


Hoy me siento como la niña del “Laberinto del Fauno”, esperando que un Hada Madrina venga a salvarme y haga un milagro como que me llame una enfermera de la clínica y me diga: “Oh, perdón, me equivoqué y lo suyo es un positivo…”.
Pero la prima de Rusia, después de torturarme durante cinco días con la peor jaqueca desde hace cinco años, con subida de tensión incluida me ha visitado tímidamente el sábado y domingo (spotting nada más) pero hoy ya sin progesterona de suplemento me ha golpeado duramente.
Pero no me he tomado ni un mísero paracetamol, ya me da igual todo, hasta el dolor físico, lo que más me duelen son las esperanzas rotas, que yo creía que asegurándose de que ovulase bien y los bichines concentrados de mi pobre S, el milagro se obraría.
Pero no. Ni siquiera con una gráfica de temperatura basal que hubiera obtenido un diez entre las gráficas más estables. Yo, si esta gráfica no fuera mía hubiera jurado que la chica era afortunada y estaba embarazadísima, toda coqueta y trifásica la gráfica.
Pero no, un NEGATIVO como la copa de un pino. He llorado y pataleado y hasta me he peleado con mi chico.
Veréis, la pelea con él ha sido porque la visión de este tratamiento que tenemos es como la fábula del cerdo y la gallina:
Un cerdo, una vaca y una gallina deciden hacerle un regalo de cumpleaños al granjero que tan bien se ha portado con ellos todo el tiempo.
A la gallina se le ocurre que podrían hacerle un desayuno clásico: Huevos con baco y un gran vaso de leche.
La vaca acepta pero el cerdo no, a lo que tanto la gallina como la vaca lo acusan de insolidario y poco comprometido, a lo que el cerdo responde:
¿Qué sabéis vosotras de compromiso? En este desayuno el único comprometido soy yo, que pierdo una pata, vosotras sólo estáis “implicadas”.
Pues algo así, aunque me sabe muy mal decirlo, es el fundamento de la pelea con mi chico. A saber, que la comprometida con el tratamiento soy yo, que arriesgo mi salud, mi dinero y puede que hasta me cueste un disgusto laboral si ando cogiéndome bajas en un servicio en el que andamos más que justos de personal.
Por supuesto, él pone además del esperma, su trabajo en el asunto: Me trae, me lleva, me pide citas, me gestiona cosas, me sujeta el michelín mientras le meto la estocada, me aguanta los cambios de humor…
Por no hablar de que yo soy una tía que va a cumplir 41 años y me siento al borde del abismo de mi última oportunidad de ser madre, mientras que él con 43 todavía puede acabar siendo un Papuchi Iglesias … No es justo, la Naturaleza es una Madrastra y me tiene manía.
Por eso me gustaría librarme de esta madrastra con un Hada Madrina, un milagro, algo de suerte, no sé.
Sé que me he portado muy mal, que está desesperado buscando trabajo y que lo pasa mal y teme que me dé un Siroco de los míos y decida irme a vivir a Australia y sin él, pero jolín, ayer estaba harta de todo: Harta de mi mala suerte, de los médicos que tratan estos tratamientos como los mecánicos a mi coche, sin ápice de humanidad (no me ha llamado ningún médico de ayer para decirme nada, nada…).
Estoy harta de mi vida estresante, de trabajar mil horas para que luego el cliente se queje por la mayor chorrada, de salvar proyectos a costa de tener cero horas de vida privada, de que esto encima sea lo normal no sólo en mi empresa sino en cualquier empresa privada…
Estoy harta de que esta putocracia nos quite los derechos que los trabajadores hemos ido adquiriendo durante un siglo con la hipocresía que da el agitar una urna, carta blanca para cometer cualquier fechoría democrática.
Estoy harta de que a niñas borrachas y chavales unineuronales puedan acogerse al aborto libre y gratuito y a mí no me regalen ni las aspirinas para poder tener un bebé.
Estoy harta de todo, de la vida que he llevado, de la mitad de mi familia que viven sólo de aparentar: Mis primas, mis tíos… No saben siquiera quién era Beethoven pero como se han casado con un ingeniero de posibles ya van pomposas por la vida como si fueran las reinas de Saba… Me siento como el probre Harry Potter, esperando que alguien me lleve al andén 9 y tres cuartos…
Sobre todo y lo que le eché en cara a S, es que no quiero que seamos dos despojos juntaos, dos perdedores… Yo no soportaría vivir así el resto de mi vida, yo quiero alegría, magia, ilusión, vida…
De momento voy a contradecir a mis médicos y a todos los gines que he tenido y me voy a apuntar de nuevo al gimnasio. Me parece patético que el resultado de una inseminación se pueda malograr por pegar cuatro saltos y no por aplicar un protocolo de estimulación chapucero, por recuperar mal los espermas de mi chico o simplemente, jolín, porque estoy vieja y eso da igual que brinque o que no, no tiene remedio…
Bueno, chicos, os dejo, voy a por intendencia que la Prima de Rusia no me da tregua…
Joder, el viernes voy a cumplir 41 años al igual que mi chico, esperábamos con ilusión un regalo de la Naturaleza y nos ha metido un palo horroroso…

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