El año nuevo

Como todos los años, me gusta hacer balance de todo lo acontecido pero siempre digo que espero para los propósitos hasta finales de enero o febrero, con el nuevo año chino.

El próximo año chino es de la cabra, y entrará en vigor un poquito tarde, el 19 de febrero.

Como cultura general para los que no lo sepáis, el año nuevo chino entra con la segunda luna nueva tras el solsticio de invierno, en el mes de febrero aproximadamente.

Aunque creamos que todas las culturas son como la occidental, cada una tiene distintas formas de celebrar el año nuevo. E incluso en la occidental del día 31 de diciembre, cada país tiene sus particularidades.

Antes de Julio César (y el calendario juliano) y el papa Gregorio ( y el calendario gregoriano que se sigue actualmente en el mundo occidental) el año nuevo romano empezaba el 1 de marzo, más o menos como los chinos, adaptándose a lo que se viene a llamar año nuevo astrológico, en el signo de aries.

Pero los cristianos lo desplazaron al 1 de enero, con el signo de Piscis. Hay muchas teorías que dicen que Jesús nació en septiembre, y ahí si cuadraría lo del anunciamiento del embarazo de la virgen en diciembre(una vez me echaron de la catequesis por decir que si le anuncia en el embarazo el día 8 y luego nace Jesús el día 24 mucho anunciamiento no iba a necesitar ya, el bombo sería inmenso para la fecha...).

Total, que sin irme por las ramas, el año nuevo actual es consecuencia de la unificación de una práctica pagana con una cristiana.

Los romanos celebraban unas fiestas invernales en honor del dios Saturno llamadas las saturnales en las que se recogían en las casas, y se dedicaban a comer y a beber como descosidos (a darle al fornicio imagino que también, que los romanos para eso no se cortaban ni un pelo).

El año nuevo judío se celebra en septiembre, ya van por el 5775 nada menos y lo celebraron el pasado 24 de septiembre (ellos cuentan desde cuando creen que se creó su mundo, allá por el Levítico).

Los musulmanes que también siguen calendario lunar llevan menos años contando, van por el 1436 (ellos cuentan desde Mahoma).

Los chinos, que no lo he mencionado antes,  llevan también muchos años contando, unos 4713 años. No recuerdo desde qué dinastía, pero está claro que el mundo civilizado lleva unos 5000 años de existencia y no los 2015 que contamos en Occidente.

Hay más pueblos que celebran el día en diferente fecha que los occidentales, pero los más relevantes son los tres que he comentado.

En cuanto a forma de celebrar el año nuevo en occidente, va por gustos. Lo de descorchar una botella de cava parece que es generalizado. Ahora bien, en Nueva York se vuelven locos con la inmensa bola de Times Square y ahí to Dios tiene que darse un buen morreo cuando baja la bolita. Imagino que una hora antes cada cual habrá tenido la precaución de fichar a su maromo/maroma, porque no me imagino el ascazo que debe dar que te babosee un anónimo réplica de Carmen de Mairena o Falete, por poner dos ejemplos significativos.

En Italia, que son de buen comer, se toman un plato de lentejas, así por las buenas. Los daneses, que parece que les sobra loza, se dedican a romper los platos, los japoneses por tocar las campanas de los templos y a los españoles nos da por atragantarnos con las uvas.

Lo de las uvas tiene su guasa, porque parece que fue introducida por unos viticultores catalanes allá por el año 1909 que les sobraban muchas uvas y lo de hacerlas pasas o mermelada o más vino siquiera no les atraía, así que se inventaron lo de que daba suerte (yo prefiero lo del beso de tornillo, es menos peligroso creo yo).

Volviendo a mi vida, ¿Qué planes tengo yo para estos días? Pues hacer muchas cosas, recados, gestiones, business vaya.

Otros años atrás me solía dar por irme fuera si ello era posible. Un fin de año hace ya más de veinte años lo pasé en Santiago tras hacer el Camino. Iba tan ciega que no recuerdo mucho de esa noche. Sólo que sobreviví, y que mi hígado no acabó de foigrás. Para lo que bebí, milagro.

Otro año lo pasé en Toledo (con mister X, mi segundo novio oficial), una fiesta en un hotel muy pijo y bailando en una discoteca que ya no existe.

Otro año no tomé las uvas allí pero estuve por Málaga en Navidades. Otro año en Cáceres, otro en Granada... En fin, que aprovechaba los pocos días de vacaciones que conseguía juntar para escapar de Madrid y conocer ambientes nuevos.

Este año me toca aquí, qué remedio, mi marido no puede cogerse días y yo estoy pelín pelada de pasta y no me puedo ir sola, y mira que hay un grupo de gente de clase que se van a esquiar estos días. Bueno, también influye, aparte de que no tengo un duro, que no sé esquiar, y que en el grupo de los que van no está George Clooney. Ya sé que está feo decirlo, pero hubiera sido un aliciente, qué sé yo.

Aunque ya lo comento en otro blog, el tema dieta estos días es pura ruina, como el tapiz de Penélope, lo que adelgazo un día lo engordo al siguiente. No hay manera de escaparse a las cenas, cubatas, etc. Y luego los gimnasios reducen horarios estos días, que es cuando más podría ir.

En otro orden de cosas voy a confesar que mi marido sería un poco más perfecto si le gustase bailar, y no digamos ya si bailase bien. Siempre encuentro gente para salir a bailar, pero, aunque me parto de risa, me molesta a veces el acoso de los buitres. De todos modos, es lo que tiene el mundo de la noche, yo ya lo conozco muy bien y no me incomoda en general, pero a veces es un poco cansino sacarse a algunos buitres de encima. No hablo de moscones, esos son benignos y enseguida que no les haces caso o les cuentas que el anillo que llevas en el dedo no es que seas un mochuelo estudiado por el Icona, se apartan. Pero hay otros que ni aún contándoles que tienes al marido al otro lado del bar y que les va a partir en dos con una motosierra como se arrimen un centímetro más, no dejan de ser cansinos. Menos mal que O ya se ha acostumbrado a salir con una auténtica vampiresa, y salvo casos muy contados, no se enfada con nadie. Y cuando salgo sola, ya sabe que me defiendo bien.

Bueno, os deseo a todos un Feliz Año. Yo aquí con unos cuantos kleenex porque tanto salir por ahí con estos fríos me está prodigando un resfriadín perpetuo, Menos mal que no me deja la nariz como el payaso fofó porque salir a bailar o agitar cócteles en semejantes condiciones sería imposible.














Comentarios

Entradas populares de este blog

LOS AMIGOS DE MIS AMIGAS SON MIS AMIGOS...

Aniversario del Divorcio

BENIDORM TOUJOURS MON AMOUR