Betaespera que te desesperarás
Como me repito más que el ajo, no explicaré de nuevo que es esto de betaesperar. Para los que no hayáis leido mi blog desde hace mucho, sencillamente, el tiempo que va desde que recibes los embriones o te inseminan hasta que te toca hacerte el test de embarazo, en sangre en mi caso.
Suelen ser entre 12 y 16 días dependiendo de los casos, técnica utilizada, días de los embriones, etc. En el mío son 13 días de modo que cuando me haga el test, los embriones tendrán 16 días que si para entonces no han agarrado bien, no hay nada que hacer.
Me he propuesto esta vez, como ya os dije el otro día, no hacerme pipitest de ningún tipo ni tomarme temperatura ni nada que signifique observar de cerca el fenómeno de la implantación embrionaria en el útero. Intento estar tranquila y a menudo lo consigo, más que nada porque tengo tareas para hacer que me llenan el tiempo,
Pero es humano preguntarse si ese dolorcillo o esa molestia, mareo, antojo, manchita al limpiarse, etc son buen o mal síntoma.
Como soy veterana en estos temas y además, he estado embarazada que yo conozca con seguridad dos veces y fuera de tratamientos de fertilidad, os puedo decir que no hay nada que indique con claridad que hay embarazo. Bueno, en mi caso una sospecha poderosa de que lo estoy, que en ambos casos se confirmó. Una intuición de que me encuentro demasiado bien, que no tengo síntomas premenstruales, y para mí esas dos veces, la ausencia de los típicos malestares del SPM (dolor de cabeza, hinchazón, malestar estomacal, ansiedad, etc.) son síntomas de que algo distinto está ocurriendo.
Pero ahora con tanta medicación (llevo de todo, y en cantidades brutales) me nubla esa posible intuición ya que no es que no tenga síntomas SPM, es que no podría tenerlos, sería imposible porque hasta que no deje la medicación está todo sostenido de manera artificial por la cantidad de hormonas que me estoy metiendo. O sea: Es imposible saber salvo por un análisis de sangre si estoy embarazada o no en el momento actual, a falta de cuatro días para la análitica de rigor.
A menudo me he sentido como gato de Schrödinger , no sólo con el tema embarazo, sino cada vez que hacía exámenes y luego iba a mirar resultados. Pero no nos engañemos, que todos sabemos lo que hemos puesto en las hojas y aunque recemos y seamos muy positivos, no vamos a cambiar lo que hay ahí. Igual ocurre aquí. Confío en que tengo un 50% de probabilidad de quedarme embarazada, lo pone en la hoja de la clínica, intentaré creérmelo, o sea que estoy medio embarazada, ja,ja,ja. Las otras veces sólo un poquito embarazada (un 20%, un 15%, un 8%)... En fin. Me hace gracia estas estadísticas porque las que tengo yo son que hasta ahora he conseguido un 0% de éxito con tratamientos y un 6% de forma natural (aproximadamente 3 años y pico, 2 embarazos...). Pero el caso es que hemos cambiado de técnica y habrá que ver la nueva estadística.
En fin, que para las o los amantes de las supersticiones, la suerte está echada desde hace más de una semana, sólo que yo no lo sé, igual que cuando me examiné el año pasado del último examen, ahí estaba y ahí lo defendí. Estaba aprobada, pero todavía no lo sabía. Y sin embargo, todas las veces que aprobaba me enteraba por terceras personas. ¿Por qué? No sé, quizás pensaba que la ansiedad me traía mala suerte o sólo que no quería sufrir la angustia de otros años. Prefería sufrir una sola hora a sufrir cada vez que miraba la web de las notas esperando que se obrase el milagro. Porque tan malo como un suspenso o un negativo es estar todos los días mirando a ver si sale algo concluyente, como me pasaba a mí con los pipitest, era mortificarme. Vale que tenía razón, pero si al final lo iba a certificar un análisis de sangre, ¿a qué darme tanto disgusto anticipado? Pues eso, que esta vez sólo me haré el pipitest para verificar lo que salga en sangre cuando me lo digan, por si acaso se les traspapeló el resultado, pero nada más.
Suelen ser entre 12 y 16 días dependiendo de los casos, técnica utilizada, días de los embriones, etc. En el mío son 13 días de modo que cuando me haga el test, los embriones tendrán 16 días que si para entonces no han agarrado bien, no hay nada que hacer.
Me he propuesto esta vez, como ya os dije el otro día, no hacerme pipitest de ningún tipo ni tomarme temperatura ni nada que signifique observar de cerca el fenómeno de la implantación embrionaria en el útero. Intento estar tranquila y a menudo lo consigo, más que nada porque tengo tareas para hacer que me llenan el tiempo,
Pero es humano preguntarse si ese dolorcillo o esa molestia, mareo, antojo, manchita al limpiarse, etc son buen o mal síntoma.
Como soy veterana en estos temas y además, he estado embarazada que yo conozca con seguridad dos veces y fuera de tratamientos de fertilidad, os puedo decir que no hay nada que indique con claridad que hay embarazo. Bueno, en mi caso una sospecha poderosa de que lo estoy, que en ambos casos se confirmó. Una intuición de que me encuentro demasiado bien, que no tengo síntomas premenstruales, y para mí esas dos veces, la ausencia de los típicos malestares del SPM (dolor de cabeza, hinchazón, malestar estomacal, ansiedad, etc.) son síntomas de que algo distinto está ocurriendo.
Pero ahora con tanta medicación (llevo de todo, y en cantidades brutales) me nubla esa posible intuición ya que no es que no tenga síntomas SPM, es que no podría tenerlos, sería imposible porque hasta que no deje la medicación está todo sostenido de manera artificial por la cantidad de hormonas que me estoy metiendo. O sea: Es imposible saber salvo por un análisis de sangre si estoy embarazada o no en el momento actual, a falta de cuatro días para la análitica de rigor.
A menudo me he sentido como gato de Schrödinger , no sólo con el tema embarazo, sino cada vez que hacía exámenes y luego iba a mirar resultados. Pero no nos engañemos, que todos sabemos lo que hemos puesto en las hojas y aunque recemos y seamos muy positivos, no vamos a cambiar lo que hay ahí. Igual ocurre aquí. Confío en que tengo un 50% de probabilidad de quedarme embarazada, lo pone en la hoja de la clínica, intentaré creérmelo, o sea que estoy medio embarazada, ja,ja,ja. Las otras veces sólo un poquito embarazada (un 20%, un 15%, un 8%)... En fin. Me hace gracia estas estadísticas porque las que tengo yo son que hasta ahora he conseguido un 0% de éxito con tratamientos y un 6% de forma natural (aproximadamente 3 años y pico, 2 embarazos...). Pero el caso es que hemos cambiado de técnica y habrá que ver la nueva estadística.
En fin, que para las o los amantes de las supersticiones, la suerte está echada desde hace más de una semana, sólo que yo no lo sé, igual que cuando me examiné el año pasado del último examen, ahí estaba y ahí lo defendí. Estaba aprobada, pero todavía no lo sabía. Y sin embargo, todas las veces que aprobaba me enteraba por terceras personas. ¿Por qué? No sé, quizás pensaba que la ansiedad me traía mala suerte o sólo que no quería sufrir la angustia de otros años. Prefería sufrir una sola hora a sufrir cada vez que miraba la web de las notas esperando que se obrase el milagro. Porque tan malo como un suspenso o un negativo es estar todos los días mirando a ver si sale algo concluyente, como me pasaba a mí con los pipitest, era mortificarme. Vale que tenía razón, pero si al final lo iba a certificar un análisis de sangre, ¿a qué darme tanto disgusto anticipado? Pues eso, que esta vez sólo me haré el pipitest para verificar lo que salga en sangre cuando me lo digan, por si acaso se les traspapeló el resultado, pero nada más.
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