¿Quiénes son los mercados?

Parece que pronto van a subir el IVA, y se rumorea que también el de los productos de primera necesidad. El argumento es que hay mucha economía sumergida y mediante el IRPF no recaudan más que una miseria. En vez de luchar contra la economía sumergida, pretenden sacar el dinero del consumo de los españoles, porque se han dado cuenta que, a pesar de la crisis y el paro galopante, se sigue consumiendo, no hay más que ir un sábado por la tarde a un centro comercial para ver salir a la gente con carros hasta arriba de comida. Bien. Seguro que el autónomo chanchullero que declara ingresos mileuristas mientras gana en negro cuatro o cinco mil euros, acabará pagando parte de esos euros inabarcables cuando vaya a echar gasolina o al supermercado. Pero, ¿qué pasará con los pensionistas, parados y asalariados mileuristas reales? Creo que a un empresario chanchullero que ahorra todos los meses tres o cuatro mil euros, que le pongan la docena de huevos a dos euros no le va a resultar muy traumático. En vez de pagar mil euros al mes en comida y productos de consumo pagará mil doscientos euros, y esos doscientos euros irán a la hucha del estado. Creo que el gobierno debe tener la idea de que los seis millones de parados actuales son, en realidad, empresarios en la sombra que defraudan sin escrúpulos. Pero la realidad es otra. Es más que posible que un millón de los parados actuales tenga ingresos de trabajo en negro o chapucillas, pero no creo que lleguen gastarse al mes mil euros en dinero negro. A lo más trescientos o cuatrocientos. Y en cuanto a autónomos chanchulleros hay unos cuantos, pero no blanquean el dinero en el supermercado precisamente. Luego, la economía sumergida no va a aflorar así. Por otra parte, pienso en el pensionista medio , que cobre entorno a mil euros. O en las parejas jóvenes de este país, sumidas en la hipoteca y viviendo de un solo sueldo (el otro está invertido en la casa). Echando cuentas, a mí me sale que una pareja de pensionistas o de jóvenes debe gastar aproximadamente quinientos euros al mes en la cesta de la compra. Si ahora suben brutalmente el IVA, los quinientos euros se van a convertir casi en seiscientos euros, lo justo para que los pensionistas no puedan ayudar a sus hijos en paro (paro real)o para que la pareja joven no pueda plantearse ni de lejos en traer un churumbel al mundo, irse de vacaciones, al cine o cualquier extra como una cenita fuera, porque se lo habrán comido los impuestos. ¿Y esto para qué? Para tener contentos a “los mercados”. Si no fuera porque es dramática la situación, era de risa. Yo por mercado entiendo el de mi barrio, que vende peras y galletas. Pero así en frío, un mercado financiero no es un alien de ocho cabezas que necesita devorar euros. No, aunque tal y como hablan de “los mercados” a todas horas, da la impresión de que son alienígenas que muestran su hambre voraz subiendo las primas de riesgo y escupiendo índices bursátiles. Para quien piense que los mercados son hombrecillos chiquititos orientales con gafas de culo de botella, se equivocan de medio a medio. Los alienígenas que forman “los mercados” no viven en Laponia en una gruta conectada a Internet manejando la herramienta de bróker paroxísticamente. No. Los culpables de nuestra miseria viven entre nosotros, pero no podemos verlos porque no llevan un sello en la frente que diga: “soy un cabrón especulador que me alimento de la miseria de la gente”. Yo siempre he pensado que no hay multimillonario inocente. Quien crea que Steve Job es canonizable o que Bill Gates obtuvo su enorme fortuna sólo con el sudor de su frente, es un pazguato de mucho cuidado. Proponed el nombre que propongáis, nadie ha conseguido juntar en veinte años más de doscientos mil euros ahorrando y currando como las personas honradas. Algunos diréis: “Hombre, una buena idea que se vendió estupendamente bien y se obtuvieron muchos beneficios que fueron a parar a la cuenta corriente del inventor extraordinario”. Mentira, mentira y gorda. No dudo que gente como Steve Jobs, Henry Ford, Bill Gates, etc. no tuvieran una mente brillante para producir ideas de negocio buenas y que merecieran ser recompensados por ellos. Pero… ¿Acaso escribió Bill Gates solito el código fuente de todos los programas de Windows? ¿Fue él el que se tiró en la oficina probando los miles de errores iniciales y echando más horas que un tonto? No dudo que a Bill Gates sus hijos y esposa sólo lo conozcan por la firma de sus cheques, pero aún así, tiene que haber alguien más detrás. Y lo ahí: Miles y miles de trabajadores del primer mundo, del segundo mundo y lo que es peor… Del tercer mundo. Los primeros puede que no estén tan mal pagados y que a pesar de echar mil horas, puedan haber ganado lo suficiente para mantener a sus familias cómodamente. Los del segundo mundo (España, Grecia, etc.) han sacado lo justo para vivir con unos mínimos de comodidades (la clase media habitual). Pero los terceros (India, Pakistan, Corea, Taiwan, etc.) han sido compensados con limosnas nada más. Pensad en los pobres programadores hindúes trabajando doce horas al día para ganar apenas doscientos dólares o en factoría de Apple en Taiwan, que parece más bien un campo de concentración. ¿Es gracias a eso por lo que Gates, Jobs, etc. son multimillonarios? A buen seguro que sí. Pensemos en España. ¿Quiénes son los mercados? Pues sinceramente, quien tiene mucha pasta para invertir arriesgadamente. Así que yo no soy parte de “Los mercados”. En España hay un montón de gente que han amasado una fortuna espectacular y, como digo, no tengo pruebas, pero sospecho que detrás de esas fortunas está la miseria de otras personas. El hombre más rico de España según Forbes es Amancio Ortega, el dueño de Zara. Creo que pocas veces he sido estafada por esta marca de ropa, más que nada porque odio soltar sesenta euros por un cacho de trapo, nada más que por eso. Pasaros un días por cualquier tienda. A mí me da dentera: Un cacho de tela diminuto lleno de adornitos raros pero más fina que la loncha de salami que me ponen de tapa en mi barrio. Ese trapajo diminuto cuesta sesenta euros, lo mismo que llenar un depósito de gasolina. Pero las chicas pagan y hasta se matan por ese trapajo, que a los pocos meses estará roto, deshilachado o pasado de moda, y vuelta a empezar. Yo he tenido amigas que se dejaban medio sueldo en ropa. Hay series que parece que lo incitan, como la de Sexo en Nueva York, con una descerebrada Carrie pagando cuatrocientos dólares (más de trescientos euros) por unos Manolos. Si pensamos que con ese dinero vive una familia entera en Méjico, es para echarse a llorar. Pero no sólo timan a las o a los tontos que pagan barbaridades por “el diseño”. El problema es que esta gente, cuando junta suficientes beneficios, en vez de mejorar sus productos, se dedican a patrocinar la corrupción y el derroche de los gobiernos, eso que se disfraza con el nombre de “déficit público”. O sea que los gobiernos piden dinero prestado con intereses de aúpa a estos usureros modernos. Y lo hacen impunemente sin pedir permiso y menos consultar al ciudadano de a pie, que mejor no se entere de nada. De vez en cuando salen algunos escándalos a la luz, pero la gente, que no sabe sumar, no se da cuenta de que el robo de Cachuli y su panda en Marbella, por aquello de la “globalidad” la acabamos pagando los madrileños o los gallegos, y eso da igual que hayas votado o no a semejante personaje amigo de las bolsas de basura. Para rematar el cachondeo, encima la camarilla del IV Reich, en vez de compadecerse de los pobres españoles, griegos y similares que tenemos a una panda de bandoleros por dirigentes, les dicen a éstos últimos que los ciudadanos hemos sido “niños malos derrochones” y que nos tienen que subir los impuestos y quitarnos cualquier servicio público. En conclusión: Si sois inteligentes, absteneros de derrochar el dinero en los establecimientos de los cabeza de lista de “los mercados” en España y Europa. Así evitaréis que acumulen más dineros con los que comprar deuda Española y envalentonarse a especular. ¿Qué tal si aprendemos todos a coser, cocinar y nos compramos una caja fuerte? Por cierto y ante la subida de IVA, voy a ir pensando en hacer acopio de cosas que van subir un montón y se puedan comprar para varios meses. Daré una pensada, pero más que por ahorrar dinero, es por jorobar a estos “listos”. Creo que más que ir a Sol a hacer caceroladas, tenemos que darles donde más les duele, que es en el dinero, que es el arma que esgrimen contra nosotros. En Grecia ya hay gente que va con el coche a comprar directamente a los agricultores, para saltarse intermediaros, IVA y cochinadas varias. ¿Quién tiene por ahí un pueblecito para ir hacer la compra con un camioncito? Ya me voy al gobierno poniendo policías en la carretera, no para vigilar que llevemos el cinto atado o respetemos las señales, sino para evitar que carguemos el maletero con jamones, chorizos , aceite, patata y esas cosas que la gente se traía antiguamente de los pueblos.

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