La invitro resumida

Hace tiempo me referí a las chicas que estamos haciéndonos la invitro como las “gallinas de los huevos de oro” porque nos sale el óvulo producido más caro que el peso total de los ovarios en oro puro. Como no me quiero repetir, y seguro que hay mucha gente que no sabe nada de esto de la invitro, me gustaría al menos introducir algunas técnicas y conceptos que son totalmente extrañas, incluso para las que somos veteranas en estas vicisitudes. Lo primero es que mucha gente no tiene claro esto de la invitro, sólo oye noticias de famosas embarazadas con más años que Matusalén y todavía se creen ingenuamente que se hayan quedado embarazadas de forma natural. A ver señores pardillos, de forma natural sólo se queda una de cada cien, y eso si es menor de 45. A partir de esa edad, salvo milagros bíblicos, ninguna mujer se queda embarazada sin ayuda médica y muy posiblemente, necesite además óvulos de una donante joven. Como nadie dice nada, hay gente que ve un bombo y ya cree que aquello es “natural 100%”. No, señores, no hay nada natural 100% a partir de cierta edad y ciertas condiciones. Además, hasta artificial cuesta mucha pasta y muchos intentos. Dado que las chicas que estamos con invitro no nos tatúan una letra escarlata en el pecho, es posible que estemos rodeados de chicas de todas las edades y condiciones que se estén haciendo una invitro, pero no lo sepamos. Dicho esto, voy a explicar para los neófitos en el tema brevemente en que consiste una inseminación artificial, una invitro con óvulos propios y una invitro con óvulos donados, los tres tratamientos básicos que existen a día de hoy legales en España: - En la Inseminación artificial, la mujer debe pincharse hormonas dentro de lo que es su ciclo mensual habitual, y cuando entre uno y tres óvulos están a punto de caramelo, se debe pinchar una hormona especial para desencadenar la ovulación entorno al día y medio después. Seguidamente entonces va a la consulta en modo ambulatorio y de forma similar a como se pone un DIU, o sea usando la cánula intrauterina, se le administra un jeringuillazo con el esperma tratado de la pareja ( o de un donante de esperma si es preciso). A la mujer se le receta progesterona para mejorar el estado del útero y a las dos semanas se hace un test de embarazo. Se aconseja que durante esas dos semanas haga vida tranquila y sin esfuerzos. - Invitro de óvulos propios: Hay varios protocolos, o sea combinaciones de medicamentos en el tiempo, pero el procedimiento viene a ser similar: Pinchar muchas hormonas (cinco o seis veces más que para una inseminación), engordar todos los óvulos que la mujer sea capaz de producir, que viene a estar en promedio entre 6 y 16 con casos de menos (mala respuesta) y por encima de 16 (respuesta excesiva). Cuando están los óvulos a punto de caramelo, la mujer se pincha la hormona de ovulación y al día y medio va a quirófano en vez de a consulta porque tienen que dormirla para sacarle los óvulos, que se hace vía intrauterina pero con unas agujas largas que atraviesan la cavidad abdominal y succionan los óvulos del os ovarios. Obviamente, la mujer está muy dolorida después de esto y debe guardar cierto reposo después. Con el botecito del esperma del marido( o de un donante si es preciso), se intentan fecundar los óvulos en el laboratorio, y los que se consigan fecundar, se dejan unos días dependiendo de la calidad que tengan. De los que sobrevivan, se insertan en el útero vía cánula dos o tres, si es que hay tal cantidad buenos. El resto (si es que hay resto) se ve cómo evolucionan un par de días y si todo va bien se congelan para uso posterior de la pareja. El resto (progesterona) y esperar unas dos semanas viene a ser igual que en el caso anterior. Lo único que en este caso la mujer está más fastidiada y se le recomienda más reposo. - Invitro con óvulos donados: En este caso intervienen tres personas en vez de dos: La donante(que es una chica joven) a la que se le extraen los óvulos como en el caso anterior, la receptora, que es la paciente y a la que se implantarán los óvulos fecundados de la donante, y la pareja de la paciente, que el hombre igual que en los dos casos anteriores, se limita a llenar el botecito de marras. La paciente debe medicarse antes de recibir los óvulos y después pero no pasa por la experiencia del quirófano y las molestias consiguientes. Se puede complicar más la cosa si en vez de la pareja masculina se tiene que recurrir a un donante de esperma, pero el procedimiento básicamente es el mismo. También en este caso (de que se precise todo donado) se puede recurrir a la adopción de embriones sobrantes en la clínica, pero la diferencia es que son embriones de personas que no tienen que parecerse físicamente (a diferencia de los donantes) y además son de pacientes, con lo que la calidad de los embriones está un poco en entredicho si han tenido que recurrir a la invitro para embarazarse. Esto es un resumen muy resumido. Lo claro de todo esto es que sea cual sea el origen de la infertilidad de la pareja, el hombre se limita en la mayoría de los casos a llenar el botecito con sus “guerreros” y sobre todo, a mimar y a acompañar a la pareja en tan duro trance que tiene que pasar. Hay mujeres que cada vez se plantean más en serio ser madres solteras (“madres solteras por elección” es la denominación). Hacen todo igual sólo que con donante masculino. Yo misma me lo he planteado numerosas veces pero el azar ha querido que diese con S primero y con O después, pero sinceramente, si O no estuviese en mi vida, estaría igualmente ahora en este trance. Lo único es que tengo una ilusión más en mi vida y eso no me lo proporcionaría un donante anónimo. Claro que posiblemente O se vaya a comer toda la mala leche que se me pondrá con el tratamiento como se la comió S, y eso a veces, también daña mucho la pareja. Por eso con O estoy haciendo un “contigo pero con cierta distancia” y es que algunas noches llego a casa que no tengo ganas ni de que me hablen, y dado que las banderillas me las pongo yo sin que intervenga O para nada, y soy bastante dura para necesitar mimos, pues intento darle respiros y días libres. Además, su trabajo tiene ciertas servidumbres (tiene que estar de guardia entre semana), que justifican el que no pase algunas noches conmigo. Y cuando las pasa en mi casa, acaba constipado porque duermo con la ventana abierta y sin taparme… Hecho este resumen, existen técnicas y protocolos de medicación que hasta a las veteranas nos parecen sorprendentes. Enumeraré y comentaré alguna de ellas y mi experiencia en particular con ellas. 1.- Anticonceptivos. Se recetan habitualmente uno o dos meses antes de empezar un ciclo de invitro. Parece una paradoja tomar anticonceptivos cuando estás intentando quedarte embarazada. Pero la explicación está en que es preciso domar a los ovarios y que reposen y vayan a la par. En mi anterior invitro no los tomé y mi resultado fue muy malo. En el primer ciclo los tomé dos semanas y fue un resultado regular (me refiero en números de óvulos conseguidos). Esta vez he tomado la caja entera de antibabies y no sé cuántos óvulos conseguiré en quirófano, pero de entrada ya estoy por 18 localizados por ecografía. 2.- Sustancias que te ponen en menopausia química (procrin, decapeptyl, synarel). Igual que en el caso anterior, pero más horroroso para la paciente. Te provocan una menopausia química para parar no sólo los ovarios sino cuanta hormona femenina aparezca en tu cuerpo, principalmente las que gobiernan el ciclo mensual. La idea es gobernar luego a golpe de inyección las que te ponen, sin que haya hormonas propias de la paciente luchando a contracorriente y jorobando el tema (eso me pasó en el ciclo anterior, que tenía estrógenos míos propios dando por saco y haciendo que las 300 unidades diarias de hormona de estimulación se la chupasen mis lorzas como si fuera agua del grifo y no los ovarios sin enterarse…) Como consecuencia de esto, te quedas como una señora de sesenta años, con sofocos, sudores e insomnio, pero no puedes tomar nada para paliarlo. Yo llevo así un mes y es horroroso. El prospecto con los efectos secundarios es en sí mismo el argumento de una película de terror: Tres líneas para explicar para qué sirve y cómo se administra y cuatro páginas de efectos secundarios (os juro que es cierto). Entre los efectos secundarios destaco sólo algunos que sí padezco: Sudores, escalofríos, sofocos, jaqueca, depresión, dolores musculares, bajones de la tensión, sequedad de las mucosas, sed intensa, sensación febril e incluso fiebre ligera, dolor de garganta, sequedad y caída del cabello (no me he quedado calva pero pelo de estropajo sí que llevo), acné, sensibilidad al sol, dolor de mamas (los primeros días andaba mosqueada pensando que se me había reventado algún nódulo de los seis que tengo ahora mismo), irritabilidad, escozor en el sitio de la inyección (me han salido hasta ampollas, uff), hemorragias vaginales (doy fe de ello que hasta fui a urgencias hace un mes), fatiga (hombre sí, pero más que nada porque el resto de síntomas no te dejan dormir y te quedas hecha una pasa), bajón de la líbido (normal, es como pasar un gripazo pero sin moquear como un troll), trastornos gastrointestinales (pues sí, el otro día me levanté como si hubiera estado toda la noche de juerga, y tuviera resaca), y bueno, hay más efectos secundarios en el prospecto pero por suerte no los he experimentado, a saber: Intentos de suicidio, ictus, infarto, sangre en la orina, impotencia, inflamación de los testículos, hemorragia gastrointestinal, pólipos rectales (aunque un poco como de almorranas sí que tengo, ahora que caigo, pero es por el spinnig más bien, yo creo)… No sigo porque como digo, de un prospecto de cinco hojas, más de cuatro son de efectos secundarios. Sólo falta añadir como efecto secundario el que te salgan ocho ojos, seis cabezas o te conviertas súbitamente a la secta del zumbao (aunque practico baile zumba últimamente). 3.- Testosterona. Sí, como lo habéis oído: Testosterona, pero se la ponen las mujeres. La última moda de los tratamientos. Se ponen unos parches la semana antes de comenzar a chutarse las hormonas que engordan los óvulos y se supone que con la testosterona mejora la calidad y cantidad de los óvulos. Eso sí, nadie te indica los efectos secundarios: Hambre de lobo, ganas de hacer deporte a tope (se considera dopaje el uso de testosterona), mala hostia que unida a la terapia 2 (menopausia inducida), puede hacer que tengas ganas reales de matar a alguien. Yo aconsejo a las chicas que se ponen estos parches que dejen las pesas del gimnasio a un lado y opten por ejercicios aeróbicos o sacarán los bíceps de Conan el Bárbaro, y hombre, todo sea por conseguir a nuestro retoño pero no es muy femenino la verdad… De momento llevo cuatro días con los parches y no veo que me salga vello por las nalgas ni que se me ponga la voz de Constantino, pero bueno, veremos de aquí al lunes cómo acabo, si todo sale mal siempre me puedo buscar curro de lanzadora de martillo por Ucrania en las próximas olimpiadas… 4-. Viagra(el mismo que usan los hombre, pero para las chicas de invitro). Sí, cómo lo oís. A mí no me lo han recetado pero a chicas en el tratamiento de donación de óvulos les han recetado esto para mejorar el endometrio. Yo sin comentarios, si me lo recetan alguna vez os cuento si es cierto lo de las luces con halo y lo de notar que te sube la sangre de golpe a la cara (como los sofocos del procrin, pero más fuerte todavía)… 5.- Vacunas. Sí, vacunas hechas con los glóbulos blancos del pariente. Se supone que es para evitar que se rechace el embrión por estar hecho de células ajenas a las de la madre. Esto es algo dudoso, hay clínicas que lo recomiendan en caso de fallos de implantación repetidos y otras que pasan del tema. Esto es igual que el resto de asuntos de tipo inmunológico como las Natural Killers, etc. 6.- Aspirina en baja dosis: Sí esa que se toman los yayos para el corazón. Pues se supone que la recetan a las que tienen problemas de coagulación de la sangre y mutaciones en factores de trombofilias donde aplica su uso. A veces se sustituye o acompaña de heparina y ácido fólico metabolizado y vitaminas de grupo B. Lo normal en las personas humanas que no se hacen invitros, es no saber si uno tiene este tipo de problemas de coagulación tan raros. Normalmente en la mayoría de los reconocimientos médicos sólo te hacen una analítica de plaquetas y protombina, y para de contar. Así hay de gente que muere por infarto o por ictus a los cuarenta o cincuenta años y se supone que no estaban enfermos del corazón. Me gustaría saber cuántos de estos tenían los niveles de homocisteína (una proteína de la sangre) por las nubes. Pero nada, siempre echan la culpa al pobre colesterol, y por extensión, las grasas del cerdo. Así nos luce… Y si la persona era delgada y sólo se alimentaba de tofu, la otra excusa es el estrés. Yo siempre digo que el colesterol, el tabaco y el estrés son las excusas que siempre ponen los malos médicos cuando no saben qué diagnosticar ni cómo curarte. Es como decir que la culpa de que estés enfermo es que respiras aire y es dañino para los pulmones… Este tipo de cosas (mutaciones de factores de coagulación y su relación con abortos y accidentes vasculares) te enteras cuando nadie tiene ni puñetera idea de por qué no te quedas embarazada después de mil intentos y se les ocurre pedirte estas pruebas. Normalmente no sirven de gran ayuda el adiro y la heparina, y te quedas embarazada sólo si el embrión es de buenísima calidad, pero en algunos casos concretos sí supone la diferencia esencial entre que agarre el embrión o que no. Yo no entiendo por qué no piden estas pruebas al principio, ya que la aspirina vale un euro, la heparina cincuenta y hacerse cuatro invitros cuesta veinte mil euros. Ah, igual es por eso mismo, para hacer caja primero. Listos, que son unos listos los de las clínicas. Además, estas pruebas van de boca en boca entre las pacientes y los médicos las hacen muy reticentemente… 7.- Antidiabéticos. Sí, aunque no tengas diabetes declarada ni te sobren apenas kilos, te recetan la misma dosis de metformina que a tu padre, con casi ochenta años, que pesa más de noventa kilos y no para de meterse churros con chocolate. ¿Y por qué? Por un asunto llamado Síndrome del Ovario Poliquístico que es una enfermedad a la que por fin se le la llama por su nombre. Antiguamente era algo vago, difuso e impreciso. Si tenías quistes gordos malos, te los operaban, si no, te dejaban en tu miseria y toda la culpa es porque eras una tía rara, gordita, con granos en la cara y con cierto bigotillo bajo el labio. Si no eres un clon de Carla Bruni, ningún ginecólogo te toma en serio. El caso es que este síndrome tiene varios síntomas, uno de ellos es que el cuerpo se comporta mal con los hidratos de carbono, y no sube el azúcar sino la insulina, que estorba a las hormonas de los ovarios, provocándoles problemas, que acaban en malas ovulaciones, malos embriones y abortos o infertilidad completa (además de engordar, salirte vello y acné). En mi caso llevo controlando la insulina desde junio y creo que han acertado. Me cuesta mucho menos adelgazar y mis ovarios parece que están respondiendo como campeones. Lo del vello y acné pues bueno, lo sobrellevaba ya con productos cosméticos y pinzas de depilar. Aparte de estas curiosidades, habría que explicar también de dónde sacan las hormonas que nos “chutamos” bajo la piel o nos metemos como supositorios vaginales: Pis de menopáusica (tratado en laboratorio, claro), ñame salvaje (es como el boniato), del que saca la progesterona en crema natural, y lo más exótico: ovarios de ratón chino hecho polvito (os juro que no me lo estoy inventando, es cierto). En el prospecto de las inyecciones de Gonal pone lo siguiente en su composición “La folitropina alfa es hormona foliculoestimulante humana recombinante (r-hFSH) producida en células de ovario de hámster chino (CHO) mediante tecnología de ADN recombinante “. O sea, que han usado ratones chinos para producir esta hormona!!!. En vez de llamar Amanda a mi futura hija creo que debería irle llamando “Minnie Shu”. No sé cómo se dice “pis de menopáusica” en chino pero supongo que es mucho más largo y difícil de recordar.

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