EL PODER DEL VOLANTE


Hoy me gustaría hablar un poco de esos homicidas al volante que campan por nuestras calles y carreteras, la mayoría impunemente hasta que un fatídico día se llevan a alguien por delante o se matan ellos mismos.

Hay casos para todos los gustos: Desde el famoso Farruquito, que se llevó por delante a un señor, no paró para auxiliarle dejándole morir ahí tirado y encima diciendo que era su hermanito pequeño quien conducía...Obviamente el cantaor de marras no tenía permiso de conducir – Esto forma parte de la culturalidad de la etnia gitana – Pero sí dinero para comprarse un coche potente y bastante insensatez como para ir volado por las calles de Sevilla. A esto se le suman casos de carreras en plena ciudad, como el caso del año pasado en un polígono de Móstoles, donde falleció atropellado uno de los “Cheer-leaders” de la carrera. También tenemos un caso del año pasado donde un chico, apenas dieciochoaños y con muy poco tiempo de carné de conducir por tanto, le coge las llaves del coche de su padre y se estrella contra la marquesina de autobús en el metro de Campamento. Se supone que iba a más de 160 km/h en ese tramo. El chaval se mató y su acompañante salió herido. Por suerte ese día y a esa hora de la madrugada no había servicio de autobuses en esa parada y no mató a ningún viandante. Pero este caso no se dio el lunes por la tarde en Madrid, pues cerca de mi casa un coche que iba haciendo el loco por la Avenida de los Poblados se empotró contra una marquesina de autobús llevándose al otro barrio a una señora que por la acera pasaba en ese momento. También escuché el sábado en las noticias que en Vigo, dos coches que hacían una carrera ilegal por las calles del centro de la ciudad se llevaron por delante a un matrimonio que iba tranquilamente de regreso a su casa en su coche...

Es escalofriante comprobar como estos asesinos al volante truncan las vidas de personas que son ajenas a su mundo de insensatez y temeridad, pues raramente esta gente se mata ella solita.

Quizás, además de la penosa legislación que califica casi todos estos actos como de accidentes o normalmente como imprudencias sin casi consecuencias penales, la explicación hay que buscarla en la cultura del “Poder del volante”. Explicaré un poquito más en qué consiste esta cultura a la que aludo.

El otro día, yendo a llevar mi Genovevo a pasar la ITV, me comentó mi chico que le gustaría saber conducir para poder probar “El Poder del Volante”. Yo me quedé un tanto perpleja y pensativa y le contesté: ¿Pero qué es eso del Poder del Volante? ¿Es que te crees que esto que estoy conduciendo es un juguete? Esto no da sensación de poder, a mí me da sensación de responsabilidad, de respeto y de agobio, cuando me toca conducir por atascos, calles difíciles de Madrid o viajes largos nocturnos. ¿Qué es eso del poder del volante que yo nunca he sentido? Claro que soy mujer, estas cosas nosotras no las debemos valorar. Y tampoco es por casualidad que la mayoría de homicidios al volante los cometen jovenzuelos con la testosterona hasta las cejas…

Yo creo que si alguien quiere demostrar que tiene mucho poderío, mejor se apunte a un gimnasio y practique boxeo. Así, dándose de leches con un Punchinball de esos que demuestre que es una mula digna de admiración. Pero no poniendo su BMW trucado a 215 por una la Avenida principal de una ciudad llevándose al que se le ponga por delante…

En otro orden de cosas, conozco a muchos que “se pican” al volante. A mí la gente que me hace pirulas me genera odio, asco y sensación de injusticia, pero jamás de competición a ver quién es más insensato o llega antes a estrellarse contra la mediana de la M40 haciendo rallies.

Sí, las mujeres somos torponas conduciendo. No me incluyo en el tópico pero es cierto que no aparco a la primera en dos volantazos como alguno de mis amigos masculinos. Pero tampoco cojo un coche con siete cubatas encima ni me dedico a avergiguar si mi coche vibra al ponerlo a 225 por la A-3. Este tipo de cosas no me caben en la cabeza porque a mí conducir me parece simplemente una actividad que me permite desplazarme de un sitio a otro de modo más fácil que en transporte público. Y de hecho, en cuanto en transporte público me es más conveniente, dejo el coche en casa, porque yo no tengo que demostrar a nadie mi “Poderío”. Por eso, llevo un coche que tiene doce años y más rayajos que un código de barras. Pero no me importa, porque no soy Trazan rey de la selva. Por eso no me preocupa que Genovevo tiemble a más de 150 km/h si normalmente apenas paso de 120, entre otras cosas porque está prohibido y porque cada circunstancia tiene su velocidad adecuada, como me enseñaron en la autoescuela. Claro que los examinadores no tienen en cuenta si su examinado parece prudente, sino tan sólo si no se le cala el coche aparcando en cuesta… Por eso a una señora de 30 años como tenía yo cuando me saqué el carnet la miran con choteo y la dejan para el cuarto intento y a un yogurín imberbe de dieciocho que se va a comprar el coche para fardar con las nenas, le aprueban a la primera porque “va sobrao”. Así va el país. A mí lo de aparcar se me resolvió con la práctica pero al yogurín dudo que se le arregle la tontería, por lo menos no en menos tiempo que a mí lo de aparcar. Y al menos, por aparcar mal lo único que me puede ocurrir es que raye el parachoques, no que me empotre con otro vehículo y nos tengan que sacar a cachos los bomberos.

Pero parece ser que los que gobiernan sólo quieren maquillar cifras, porque siguen dejando emitir en la tele anuncios que exaltan como un semidios al que tiene el coche más potente y va por la carretera como si esta fuera la senda del Mago de Oz…Nada que ver con la cruda realidad.

Pero bueno, aunque yo no sienta el Poder del Volante, sí que tengo cariño por mi Genovevo, que pasó al fin la revisión anual.Uf, gracias a los cuidados y euros que he tenido que prodigarle. En eso sí que me parezco un poco a mis amigos masculinos, aunque yo no he llegado a tirarme un domingo entero encerando el coche. Eso sería más cosa de mi hermana pequeña que lava hasta el jabón…

Comentarios

Frederico Portela Santos ha dicho que…
Se puede ver lo que las personas son el la verdad, su intimo, por la manera como conducen!!!

Frederico, Lisboa, PT
Kujavi ha dicho que…
A las chicas le gustan que los hombres tengan buenos coches. Y nadie puede negar que hay un cambio sustancial de ir en bus a todos los sitios a tener tu propio coche. Yo desde que me compré el Ibiza ligo más. Es un hecho.

Pero comparto contigo que el coche principalmente es una herramienta para desplazarse... pero es más que eso.

Me gusta tu blog. Dices lo que piensas y eso es bueno.
Kujavi ha dicho que…
me parecio que acabo de dejar un comentario pero no estoy seguro

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