TAITODOS

La verdad es que el número 39 me gusta: Taitodos, en vez de taitantos. El miércoles fue mi cumple, y debo decir que no fue un mal día, salvo por una avería del metro, por lo demás, todo bien, o mejor que bien.

39 está muy próximo a 40, pero no es 40. No. Es Treinta y muchos, Treinta y todos, pero sigue siendo treinta y ...

Es como las rebajas, un jersey de 19’95 euros parece barato. Uno de 20 euros ya no aunque sólo se diferencien cinco miserable céntimos.

Me decía un compañero de trabajo el otro día que fue mi cumple: Ser un treintañero tiene un halo de éxito, vida agitada, experiencia y juventud todo en uno. Cuarentón sin embargo es algo ya despectivo, y no digamos ya si se aplica a una mujer, que lo más suave que se le puede aplicar con cuarenta es lo de madurita, como si de una manzanita se tratase...

Así que con 39 años tengo sólo un año de disfrutar de mi status de “single”. Al año que viene entraré en el status de “soltera sospechosa de lesbianismo” o “flor olvidada en un jarrón”.

Recuerdo hace tiempo a Gracita Morales – Aprovecho aquí para decir que fue una gran mujer incomprendida – Metida en el papel de chica soltera de buena familia que ve como pasa el tiempo y se está quedando solterona, que era la definición que había en el mismo año que nací yo para las mujeres que pasaban la treintena sin haberse casado.

La heroína de la historia, que se llama Laura, se dedica frenética a buscar novio tras hacerse con un amuleto, una estatuilla de San Antonio, que debe ser que tiene mano con esto, que ya sé de alguno que ha recurrido a él...Aunque luego no valen reclamaciones...Je,je.

El caso es que la chica se encuentra de repente con tres novios y tiene que decidirse por alguno de ellos...En fin, no os voy a chafar la película aunque es tan disparatada y a la vez tan filosófica, porque llega a la conclusión que a veces uno ya ha encontrado a su pareja ideal pero por inmadurez se desdeña y luego uno pasado el tiempo se da cuenta de que aquello sí era lo ideal aunque las circunstancias personales no lo fueran...

En mi caso no es que me haya dedicado estos días a buscarme un novio nuevo, sino a renovarme interiormente, a reflexionar un poquito sobre algunas cosas que me han pasado.

Ayer, sin ir más lejos, quedé con el “sector duro feminista” a tomar unas cañitas. Y héte aquí que me dejó sorprendida una de mis amigas a la que siempre habría créido Childfree total. Resulta que ahora se estaba planteando que ya tenía edad para tener hijos porque era ya cosa de tomarse el tema en serio... Sin palabras me quedé. Lo más sorprendente es lo que me dijo de Z, sobre que ella era así hace unos años y lo que le pasaba era solamente que le faltaban unos años para llegar a plantearse seriamente y con garantías ciertos hechos existenciales que hasta ahora no se había planteado...Así que me aconsejó tirar con lo de la clínica y que si Z vuelve algún día convencido de querer ser padre ...Claro que se quedó un poco muda cuando le dije: Pues entonces, ¿quién sería la madre de su hijo porque yo no podré entonces ? ¿No sería eso cruel para él? ¿Volver con él, restregarle mi niño exclusivamente mío y luego que el se de cuenta de quiere y que ya no puede?

A lo que me dijeron: “Más vale que se quede él sin poder tener hijos que te quedes tú.

Por cierto, y aunque no viene al caso, he descubierto un truco para mejorar mi acné: El autobronceador. Debe ser que la dihidroxiacetona que contienen o la tirosina que le agregan me dejan la cara suave, tersa y sin rastro ni de grasa ni de acné. Ver para creer. Los milagros existen. El caso es que me miro en el espejo y no tengo nada que ver con la chica desgraciadita, granosa y rollliza de hace dos meses.

Otra cosa: Lo del campamento en Cádiz descartado. Me iré a Valencia a remojarme un par de días con mi hermana pequeña y unos amigos. Y luego...¿Qué tal si me escapo a Santorini?

¿Quién ha dicho que cumplir años es malo?