Fantasías muy reales

Esta noche he soñado que volvía el jueves al trabajo y había una abeja enorme esperándome, me picaba pero no me producía reacción (soy alérgica a las picaduras en la vida no onírica).
La abeja agonizaba en el suelo sin aguijón y yo seguía mi camino y mis tareas mirando sin entender cómo aquel aguijón había caído de mi piel sin envenenarlo.
Un sueño muy curioso, me gustaría ser Freud para analizarlo. ¿Es posible que algo que me preocupaba antes ya no me preocupa tanto? Parece que sí hay problemas en el trabajo, pero estoy ahora mismo ocupada en otras cosas (me estoy tomando unos días libres para mis asuntos particulares).
Yo creo que sí que me ha picado algo la noche de Halloween pero no ha sido una abeja sino otra cosa, que igualmente me hace producir adrenalina como reacción.
Esto me pasa por andar de noche cuando se supone que los espíritus y demonios se apoderan de los que andan por ahí deambulando de madrugada. Así que la bruja Brida (Paulo Coelho), se habrá colado bajo mi piel y me habrá impulsado a vivir experiencias mágicas nuevas o igual de tanto estudiar y poco dormir como a Don Quijote me ha entrado algún tipo de locura súbita.
Todo empezó con una conversación que no empecé yo sino una chica que estaba en la fiesta. Esta chica más mayor que yo está un tanto enconada con los hombres, que parece que los odia a todos, posiblemente con razón en su caso, pero y dijo algo así como que no creía en el amor, que no existe.
Yo no odio a los hombres, a diferencia de esta chica, no me han hecho tanto daño entre otras cosas porque me he sabido proteger de los “hombres malos” de tal modo que sólo he tenido malas experiencias con hombres inadecuados pero no malos en sí mismos. Estoy tan saturada que he llegado a pensar que mejor no volvía a enamorarme de nuevo para evitar más problemas, y mejor concentrarme sólo en lo de tener un niño sola y en mi carrera profesional, por eso respondí diciendo que la chica tenía razón, que el amor era una tontería, y que yo tampoco creía.
Añadí en plan de broma a partir de entonces me iba a buscar a un millonario alemán para que me dejara en herencia un museo, adoptara a mi futuro hijo sin padre, como hizo el difunto barón Thyssen y así algo sacaría de provecho de mis disgustos pasados con los hombres.
Un chico al que había visto varias veces por el sitio , al que llamaremos ya O porque empieza a tener entidad propia en mi vida , me dijo que le daba pena si pensaba así del amor.
Yo, enfadada, le dije que como siguiera diciendo que le daba pena le iba a meter un par de hostias (lo decía en broma obviamente, pero sí que me molestaba su comentario).
Lejos de enfadarnos, seguimos hablando. Dos horas más tarde y después de intercambiar nuestras teorías de la vida y contarle mi filosofía zen, me acompañó a casa.
Ayer me abrió su corazón en un programa de radio, así en directo, porque es bastante tímido en persona a pesar de sus mensajes. Me quedé sin palabras. Todavía estoy flotando con esta nueva historia.
Al rato de esta revelación, me llamó S para decirme que iba camino del hospital porque se encontraba muy mal y el médico ha decidido ingresarlo, debe ser que le está pasando factura la depresión y mi rechazo y desde hace tiempo está quedándose tan desmejorado que es alarmante.
Sé ahora que lo único que puedo hacer por S , que se encuentra bastante decaído, es apoyarle cuando necesite mi ayuda pero no debo involucrarme más emocionalmente porque ya no estoy enamorada de él , sólo siento una pena que me estaba agobiando, y no es bueno para mí sentir pena por alguien, como bien me di cuenta el otro día.
Ayer por la noche tuve sesión de coaching. No sé si os he contado que cada dos meses o así frecuento un grupo de coaching profesional. Se trata de mejorar mis relaciones tanto profesionales como personales, resolver problemas y enfocar objetivos. La persona que lleva las sesiones es conocida mía de cuando intenté resolver inútilmente mis conflictos con Z. Ahora se dedica a otras cosas más interesantes que mediar entre parejas conflictivas. Sin embargo, sigue existiendo la complicidad que da quien te ha visto en mitad de una disputa de pareja con temas tan delicados.
Os voy a resumir un trozo de mi conversación que es bastante golosa. Se trata de dónde está el límite de las fantasías y la realidad.
En la sesión de julio, le conté a esta chica que mi relación con S estaba tocada por su comportamiento y que la primera señal de que iba mal es que yo me había colgado platónica y absurdamente de mi médico, un joven y educado ginecólogo que no había hecho otra cosa que ser educado y delicado conmigo sin mostrarme ninguna intención oscura, ni por supuesto yo a él. Sin embargo, tal y como le comenté a mi coacher, el hecho de que tuviera el detalle de darme su contacto personal al abandonar la clínica e interesarse por cómo seguía el tratamiento me hicieron tener fantasías eróticas con él un tanto absurdas que no presagiaban nada bueno para mi vida de pareja con S. Me sentía estúpida por estar tan triste por la marcha de este chico con el que no había compartido más contacto físico que un apretón de manos cordial y unas exploraciones bastante dolorosas.
Lo demás cayó en el trascurso de diez días, como si mi “infidelidad virtual” hubiese disparado la alarma de S y empujado a su comportamiento posterior.
Una vez rompí con S, en mi mente han pasado por la cabeza las fantasías platónicas más absurdas, no voy a dar ejemplos. La imaginación se dispara en razón directamente proporcional al nivel hormonal. Obviamente no estoy tan loca como para lanzarme al cuello de alguien que no demuestra un mínimo de interés erótico en mí, y además las circunstancias también son importantes, hay momentos y sitios en los que hay que comportarse y estar al o que hay que estar y no al tonteo.
Ayer por la noche en el coaching mensual me cogió por banda T, y me preguntó que qué me ocurriría que estaba tan rara, tan ausente, le conté mis líos, lo de S, lo de O, los otros chicos que me gustan o les gusto y andamos con señales confusas, flirteos, idas y venidas, cual mariposas que van y vienen pero luego me digo que todo es humo. Pero de pronto, le conté la conversación con O en Halloween y sobre todo la historia del programa de radio y, ¿qué créeis que me dijo?
“Todo el mundo tiene varios líos platónicos y prácticamente nunca los lleva a la realidad. No les da problemas aunque estén casados. Es normal que te quedes flipada con tu ginecólogo joven y guapo, o con alguien al que has conocido en sitios que frecuentas habitualmente, en tus clases, en el gimnasio o en sitios así. Pero parece que tú tienes un don como Linda Fiorentino (la última seducción) para traspasar esa frontera imaginaria y llevarlos a la realidad casi sin pretenderlo”.
Pero no todo es malo, y generalmente cuando conoces a alguien nuevo todo es más fantasía que realidad, pero una vez está claro que no está sólo en tu mente, no es sólo tu fantasía de chica gótica soñando con un motero "Angel del Infierno".
De repente te ha saltado a la realidad tu fantasía, muy interesante, con un chico nuevo al que parece que sí le gustas mientras tú andabas pensando en volver a recluirte y buscarte un marido alemán y rico…
¿Sabes que lo realmente absurdo y doloroso era que pensaras que lo que tenías que hacer para ser feliz tuvieras que olvidarte de tus fantasías maravillosas y buscarte sin embargo un tipo rico y aburrido? ¿Sabes que lo te pasa es sólo miedo por encontrarte con un chico de carne y hueso que te guste así de repente? Pues lánzate y haz realidad tu fantasía, tienes todo mi permiso”.

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