Networking low-cost

El jueves pasado estuve en un evento de mi asociación de auditores. Me invitaron por haber colaborado durante el verano en COBIT5. No voy a entrar a explicar lo que es COBIT5 porque es como si Vettel se pusiera a explicarme la estrategia que tiene para la aplicación del KERS o de qué depende los tramos en los que el DRS está permitido (lo que se aprende cuando estás malita con fiebre y te quedas un domingo tirada en el sofá viendo la fórmula-1). Esto es igual, baste con decir que era un evento tipo congreso anual en el que además se cumplían los diez años de la asociación y la jornada tenía marcado carácter de proyección a futuro de la profesión de auditor de seguridad informática (ya os expliqué hace un año la diferencia que hay entre un hacker bueno y un hacker malo. Al primero se le llama auditor y se le paga una miseria por ello y al segundo se le llama hacktivista como los de Anonymous y pueden actuar gratis o bien pagados por algún grupo activista político, terrorista, etc.). Bueno, la idea no es exactamente así pero es para intentar ilustrar mi trabajo de una forma sencilla. Este tipo de eventos tienen dos puntos buenos a mi juicio: El primero es que no tienes que aguantar a tu jefe por un día. Tal y como está últimamente mi jefe de cascarrabias es de agradecer salir un día de ese “valle de lágrimas” que se está convirtiendo mi oficina en el cliente. El segundo punto positivo es el Networking. Esta palabreja, como no podría ser de otro modo, es un anglicismo para referirse al hecho de hacer contactos con colegas de la profesión que pueden ser interesantes desde el punto de vista profesional o personal. Normalmente, cuando pasas tanto tiempo como paso yo en cliente y con mi jefe de la consultora a la que pertenezco con un un control tan lejano de mi situación profesional, es preciso que yo misma tome conciencia de mi carrera profesional y a dónde quiero llegar y cómo. El a dónde creo que lo tengo más o menos claro, pero el cómo ciertamente ya me gustaría tenerlo cristalino, porque en los tiempos que corren ya nadie tiene claro cómo conseguir tener éxito profesional. La mayoría se dan por contentos con que no los echen y no les bajen el sueldo. Pretender mejores condiciones laborales es ser tremendamente utópica. Sin embargo, yo soy bastante cabezona. Ya lo habréis constatado con el tema de la invitro, que llevo ya años y años y no me rindo. Pues esto igual: Debe haber algo que yo pueda hacer para mejorar mi situación profesional. No obstante, el análisis DAFO (Debilidades-Amenazas-Fortalezas-Oportunidades) no es muy halagüeño. 43 años, mujer, intentando quedarme embarazada es más que una debilidad, una auténtica aluminosis en mis cimientos de la carrera profesional. El perfil promedio del animal de éxito en mi profesión viene a ser hombre y entorno a los 35 años para empezar a despegar. Así que creo que a menos que me cambie de sexo y falsifique mi DNI iba a ser un poquito difícil estar en el tipo de perfil que buscan los “Headhunters”. (Otro anglicismo: Cazadores de futuros gerentes). El tema amenazas con la crisis galopante está más que clara: El paro eterno pero también el pozo del juego de la oca. Esta situación se da cuando te quedas estancado varios años pero no puedes moverte porque fuera del pozo está todo lleno de tigres que te pueden devorar. Mal que te pese vivir en el pozo, afuera el riesgo es más alto. Una mierda clara, pero es lo que hay, hay gente que no tiene ni pozo y oyes los aullidos de cómo la están despedazando a lo vivo… Bueno, ahora viene la parte alegre de mi análisis: Fortalezas y Oportunidades. Bien, como Fortaleza voy a anotarme que soy persistente, luchadora y tengo bastante buena cabeza para enfrentarme a nuevos retos. Esta frase está muy manida, realmente, quiere decir, que puedo comerme marrones y digerirlos sin reventar de estreñimiento. Y me falta la parte de Oportunidades, pero claro, para conseguirlas, hay que salir de la rutina. Creo que oí el otro día entre las frase tipo “coaching” algo de que “No se puede repetir siempre las mismas acciones y esperar obtener diferente resultado”. Me eché a reír porque eso mismo es lo que hace las clínicas de fertilidad, y a algunas les funciona, así que debe haber algo en la Madre Naturaleza que hace diferente los numerosísimos intentos de invitro del mismo patrón que realizamos las pacientes mansamente. Se me ocurre que igual al octavo intento nos insertan embriones de verdad en vez de agua con azúcar y esa vez funciona (Es broma, no creo que las clínicas sean tan irresponsables, pero hay veces que mi cabecita paranoica llega a pensarlo). Bien, pues para generar nuevas oportunidades es por lo que asistí a pesar de mi catarro que se iba alimentando por momentos del aire acondicionado del salón de actos (es horrible esto de las salas de congresos, que ponen el aire acondicionado tan alto que podría morir hasta un pingüino congelado). He de decir que me divertí mucho y bueno, contactos nuevos he hecho aunque no sé hasta qué punto beneficiosos de cara a trampolinear a los niveles gerenciales. Me llamaron la atención tres personas, más bien diría dos, a saber: El vicepresidente de la asociación, con una performance de presentaciones que no tenía nada que envidiar al difunto Steve Jobs. El segundo que más me impactó fue un chaval, joven promesa de líder social para este siglo XXI, y con una inteligencia superior a la media a pesar de su corta edad (podría ser yo perfectamente su madre). Y por último, me llamó la atención el discurso directo del responsable de una asociación de hackers éticos. La cara de la moneda fue que me tuve que enfrentar a un exjefe que me caía como el culo que venía como ponente a mi sesión estrella (perdonad el lenguaje pero es así). Como sabe dónde estoy ahora y puede que piense que en su soberbia (porque fue eso, soberbia pero soberbia estupidez) que me alejó de una trayectoria profesional en su equipo, pero que conoce de mi actual trayectoria nada desdeñable, al final me saludó con su mejor sonrisa hipócrita. Pero al principio pude ver su cara de pasmo, o algo raro, no sé, como si hubiera visto a un fantasma… Hay que ver que si la hipocresía fuera veneno, algunos morirían envenenados. Lo bueno es que en su momento le hubiera mandado a la mierda con todas las letras cuando se acercó a saludarme, porque el ambiente laboral estuvo muy feo en aquella época, pero no, le saludé correctamente pero no me entretuve más de lo justo. Pero ahora que lo pienso bien, salir de su equipo de ejecutivos rancios es lo mejor que me pudo pasar en la vida. Además aprendí lo más que pude mientras estuve trabajando allí y no permanecer ni un minuto más de lo necesario. Dice el dicho: “El buey que te corneó a buen sitio te arrojó”. Yo creo que en mi caso fue cierto. Se nota la crisis en general en este tipo de eventos. Lo primero es en el sitio elegido, una discoteca de esas convertibles que lo mismo sirven para un concierto de música house que para la feria del ganado. Lo malo, como digo, el frío que hacía, madre mía, y yo con mi Rebequita… Otro efecto de la crisis es que ya no te dan de comer en condiciones, como antaño. Recuerdo yo en el año 2008 en un congreso que estuve que me tuve que ir a mitad de la comida con la excusa de que perdía el AVE pero lo que me ocurría en realidad es que estaba a punto de explotar de tanta comida, y ya no digamos copas de rioja que me pude tomar, buff. No, ahora las comidas se han reemplazado por un cóctel. Este tipo de comidas así consiguen varios objetivos para combatir la crisis: Economizan en el espacio, porque no ponen sillas y la gente está de pie, más apiñada que en una comida normal. Economizan en cubiertos, porque a lo más que llegas a usar es esa cuchara rara que me recuerda a la del jarabe de la tos. Economizan en comida, porque con tanto pedacito de comida, para comerte un entrecote de verdad te tendrías que haber zampado veinte canapés de carne, y claro, no te da tiempo a zamparlos ni se tiran tanto rato pasando bandejas. Y economizan en tiempo, porque al no estar sentado, en menos de una hora ha terminado lo que en otros tiempos duraba casi tres, con esas comidas de entrantes, primeros, segundos, postres, cafés, etc menos de dos horas no te las quitaba nadie. Pero bueno, como me invitaron diré eso de: "A caballo regalado no le mires el dentado" Mi problema con el cóctel no fue el hambre sino que fue otro: Que al estar tan apiñados y hablar con el canapé en la mano, un contertulio me soltó un trozo de canapé en el cuello del vestido. Aunque hubiera tenido cuidado, a menos que te pongas un babero, este tipo de cócteles de empresa parece que de lo que no se va a poder economizar es del uso de quitamanchas. Además, odio tener los dedos manchados de grasa y oliendo a croqueta todo el día. Yo votaría por poner platitos en mesas altas e ir sirviendo así. Además, serviría para que la gente estuviese un poquito quieta de vez en cuando en vez de pasar de un lado para otro manchando a todo el mundo. Pero bueno, en general mi impresión fue muy buena, y es como pintar con tiza una ventana en una pared de ladrillos. Sigues estando igualmente preso, pero parece que la idea de salir de tu cárcel al menos existe como concepto. En cuanto la información para mis queridas amigas del club “gallináceo” he de decir que no me tocará la lotería pero parece que soy la reina Midas de fertilidad, porque ya son varias con las que he quedado este año que se han quedado preñadas enseguida de verme. Lo malo es que conmigo misma no funciona, mecachís… Mi cuerpo además este mes anda muy raro, parece que en cuanto me dijeron de operarme del útero y empezar con la meriestra en cuanto me baje la regla , ha sido como algo revulsivo, porque la ovulación se me ha ido de farra y en vez de ovular religiosamente el día 14 de ciclo como está mandado, se me ha ido al día 21 o así. Lo bueno es que el palito-oráculo de la ovulación se ha puesto de un morado que rara vez lo he visto así, así que espero que aunque haya ovulado tarde, haya sido el óvulo de oro, ese que me va a dar el niño esperado. Lo curioso de todo esto es que tanto O como yo soñamos la misma noche que teníamos un bebé y ambos soñamos que era un niño. ¿Casualidad? ¿Deseo? Bueno, pues ahora me toca rehacer mis cálculos sobre cuándo me tocaría ir al quirófano. Lo malo es que como se me atrase la regla mucho, me cae la operación en Navidades y no me veo yo a mi médico quedándose sin vacaciones por esto, que los médicos de fertilidad tiene un puntito de señoritos casi casi como los cirujanos estéticos. Y es que yo creo que se hacen de oro a costa de nuestros sueños… También respecto al tema boda, deciros que va lento pero va. Este finde con trancazo y todo hemos ido a hacer la reserva del restaurante, que luego si lo dejamos pasar se nos pasan las oportunidades. Al final va a ser algo baratito pero aparente. Veremos a ver qué tal nos sale al final. Seguro que nos meterán langostinos congelados y whisky DYC pero es lo que tiene casarse en low-cost.

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