CARPE DIEM


Lo primero antes de seguir con mi habitual tonillo cómico es pedir un minuto de silencio por el alma – Si es que existe eso del alma, que espero que sí – de una persona que ha fallecido hoy a la que no conocía personalmente pero sí por las mil y una referencias de mi chico.

Se trata de su ahora ya ex compañera de trabajo y jefecilla. Pilar, que así se llamaba la finada, apenas tenía cincuenta y pico años y tras cuidar durante muchos años de su padre enfermo, quería empezar a disfrutar de la vida. Pero sólo ha podido disfrutar unos poco meses.

La pobrecilla empezó a sentirse mal en mayo cuando estaba de excursión en Londres y le detectaron allí un tumor cerebral voraz que ha acabado con ella en menos de tres meses. En fin, descanse en paz Doña Pilar, funcionaria del ayuntamiento de Madrid.

Lo segundo, retomando un poco el hilo de mis historias, es que esta mañana leí un reportaje sobre la subjetividad en la percepción del tiempo. Algo de Perogrullo decir que cuando estamos de vacaciones se nos hacen muy cortas pero cuando andamos en mil historias y mil actividades, parece que el tiempo nos cunde mucho más.

También voy a contar un chiste, que espero que no os parezca muy macabro, habido como ha empezado hoy mi historia: Un enfermo acude a la consulta del doctor y éste le dice: Lo siento, señor Peláez, pero sólo le queda un año de vida. El tal Peláez asustado responde: - ¿Y se puede hacer algo para retrasar el fatal desenlace? A lo que el galeno responde: -Bueno, algo sí. Puede dejar de beber, de fumar, de tener relaciones sexuales, de comer dulces, de comer hamburguesas y embutidos, de ver la tele....

- Oiga, doctor, ¿Y con esos tremendos sacrificios voy a vivir más tiempo?
- No, Peláez, pero le aseguro que el año que le queda le va a parecer un siglo....

El articulillo que ha aparecido refrito del BBC News habla sobre la subjetividad del tiempo y cómo a través de diversas artes de concentración y de aumento de la capacidad de percepción y de relajación se puede “saborear mejor”. Así, los niños, que tienen pocas experiencias vividas, se asombran por todo y les parece que el tiempo pasa más despacio y los ancianos, que lo han visto ya todo, les parece que el tiempo pasa muy deprisa... La clave estaría en hacer actividades nuevas y experimentar nuevas cosas, alejándonos de la monotonía. El asunto está muy bien si eres Pocholo y te pagan por irte a la aventura con tu mochila inseparable, o si eres asesino en serie y no sabes dónde vas a dormir a la siguente noche, pero si eres archivero de biblioteca pocos cambios puedes introducir en tu rutina diaria, como no sea cambiar de color los separadores de las carpetas...

Digamos que la vida diara deja poco a la imaginación y a la novedad, e incluso nos echamos a temblar cuando el horóscopo nos augura cambios importantes en nuestra vida, porque como ya dije en su momento, cuando te dice el horóscopo: “Harás cambios importantes en tu casa”, no quiere decir que vas a disponer de 40.000 euros para cambiar los muebles de tu casa y ponerlos “Estilo Santa Fé”, sino que se te va a romper el frigo y vas a tener que gastarte el dinero de las vacaciones en uno nuevo. Lo mismo en relación con el trabajo, amigos, etc, de modo que la mayoría, hipotecados hasta las cejas y navegando en un mundo de perenne inestabilidad laboral y sentimental, pone una vela diara para que los días venideros sean igual de aburridos que los anteriores. Sí, ya sé que es de cobardes y poco idealistas, creativos y geniales, pero es que, a fuerza de disgustos, sinsabores, traiciones y penurias, la gente se vuelve perezosa y temerosa, y sólo innova en el gusto del helado del domingo o en la marca de cerveza. Más allá de estas variaciones es tentar la suerte...En alguna parte pequeñita del cerebro hay algo así como un chip reminiscente de “Sodoma y Gomorra” que nos advierte que explotar al máximo el libre albedrío puede ofender al Altísimo y traer consecuencias peligrosas. Y ya no estamos hablando de prácticas sexuales consideradas perversas sino tan sólo de desviarnos del camino habitual.

Que levante la mano el que no haya dicho un día: “Hoy voy a coger la M-50 en vez de la M-40 para ir al trabajo a ver qué tal se me da”. Y resulta que ese mismo día un accidente colapsa la M-50 y te hace llegar tres horas tarde al trabajo. Total, si te hubieras ido por donde todos los días...

Hay casos extremos, como el desdichado nigeriano víctima del 11-M que todos los días cogía el coche pero ese día había quedado con su hermano en el centro de Madrid y decidió coger la RENFE....

También puede alegarse situaciones todo lo contrario, de romper la rutina, quedarse dormido ese día, ir más tarde, hacer pellas y ...Salvarse. ¿Explicación? Ninguna, salvo que cuando la Dama de Negro te cita un día a una hora en un sitio se busca las vueltas para que acudas a la cita. Da igual que sean las 3 a.m en Australia o las 15h en el Parque del Retiro. Hay espacio-tiempos nefastos. A veces, lo nefasto está dentro de uno mismo, en forma de enfermedad, como una maldita bomba de relojería que uno porta encima sin conocerlo y sin saber cuándo estallará.

En fin, consejo que ya os lo esperáis: Carpe Diem amigos, Carpe Diem.

Os dejo con un fragmento de las Coplas a la Muerte de mi Padre de Jorge Manrique:

Ved de cuán poco valor

son las cosas tras que andamos y corremos,

que, en este mundo traidor,

aun primero que muramos las perdemos.

Dellas deshaze la edad,

dellas casos desastrados que acaeçen,

dellas, por su calidad,

en los más altos estados desfallescen.


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