Glutamato Yeyé

Umami es el nombre del quinto sentido del gusto junto con los conocidos: Dulce, salado, ácido y amargo.

Resulta que esto lo saben muchos productores de comida y utilizan una sarta de diversos glutamatos, para potenciar el sabor de los alimentos. Obviamente, con los frescos no suele ocurrir (creo). No veo a nadie espolvoreando polvitos de esos en las patatas, huevos, puerros y tomates (pero todo se andará). Aquí abajo pongo los más conocidos:

E-620 acido L-glutámico
E-621 Glutamato de sodio
E-622 Glutamato de potasio
E-623 Glutamato de calcio
E-624 Glutamato amónico
E-625 Glutamato de magnesio

Resulta que cuando uno se tira como yo media vida comiendo lo que puede y como puede, acaba ingiriendo más cantidad de glutamato de lo que su organismo es capaz de tolerar sin mostrar síntomas de alergia. Así que mis ataques de ligera ansiedad, hambre atroz y acné rebelde así como problemas intestinales se deben a mi afición al picoteo de comida basura en reemplazo de comidas sanas. Ojo, que me encanta cocinar, pero no suelo tener tiempo para ello.

Ahora me cuadra que, cuando como comida razonablemente sana no me salen granos en la cara... Ahá. Y cuando encima como en un chino (ojo, no los estoy criticando, que me encantan), entonces a los niveles ya altos de aditivos circulando por mi cuerpo se añade el famoso glutamato monosódico y me da de todo.

Esto lo he descubierto hablando con un dermatólogo y con una naturópata. Equiliquá. Ahora el problema está en contener el brote de acné ulceroso (ya estoy en ello) y, por otro lado, desengancharme de la comida adictiva y aditiva. De entrada he descubierto que comer comida no procesada me permite adelgazar más fácilmente y me sacia más. No creo que pueda bajar los cuatro kilos que todavía me sobran para entrar en el corpiño de encaje que tenía previsto para la boda de mi prima a finales de este mes, pero sí podré al menos asistir sin parecer una yonkie. Algo es algo.

Así que me decidí ir de compras de comida sana en un hueco entre examen, trabajo, examen y más trabajo. ¿Y qué ven mis ojos? Ya no quedaba mucha verdura en los estantes. Para una vez que Marte entra en conjunción con Urano y tengo media hora para ir al hiper... Así y todo conseguí hacerme con puerros, cebollas y una bandeja de albaricoques. Ah, y algunos yogures. Algo es algo. Hombre, y en casa me queda algo de patatas debajo de unos tallos verde que sobresalen por el mueble verdulero que tengo junto a la ventana. Yo creo que si saco el machete tengo verdura y patatas. Nunca he probado a cocer tallos de patata pero seguro que no seré la primera en hacerlo. Mientras no encuentre gorgojos...Claro que en Corea seguro que también se los comerían...Al fin y al cabo no llevan conservantes, que es lo importante...

Lo malo es que algo tengo que ingeniarme algo, porque ayer se me perdió la tarjeta del cajero y tuve que bloquearla y ahora estoy sin pasta líquida para ir de compras, que parece que la huelga ha sido reventada al final. Digo reventada que no terminada voluntariamente. En fin, no tengo ganas de entrar en polémica pero como un colega me sugerió esta mañana, esto se está convirtiendo en una “putocracia Orwelliana”. No lo dijo con estas palabras, pero esta es mi versión reducida...

Además, la tarjeta nueva tardará un montón por la dichosa huelga del transporte de mercancías. Que digo yo que mil tarjetas de esas no pesan ni dos kilos y con un furgón normal va qué chuta, ¿no? Porque, miedo me da pensar que se ponene en huelga los transportistas de pasta. ¿Cómo compraríamos? Ah, con tarjeta, vale. ¿Y la barra de pan y los chicles también?

Ahora va a resultar que si no te ponen un café en quince minutos no es porque el camarero esté absorto en el partido de la Eurocopa de turno, sino porque la cafetera exprés va lenta porque han tenido que usar café en grano en vez de molido y el molinillo se toma su tiempo... Excusas y más excusas.

El caso es que tengo que administrarme el dinero de bolsillo muy bien, sobre todo para no tirar de la de crédito que maldita la gracia que me hace tener que usarla teniendo dinero en la cuenta corriente. En fin, qué se le va a hacer. La próxima vez me colgaré la tarjeta del cuello para que no se me caiga...

Como os dije el otro día, estoy dándome un mesecito de impass mientras decido qué hacer con mi vida. Es como unas vacaciones de mí misma.

Para empezar me he puesto a dieta, me he depilado, me voy a hacer un plan anticelulítico y me voy a tratar el acné y otras cosillas. He ido al dermatólogo y me he comprado un kit de limpieza facial, tratamiento, etc. Me he dejado casi cien euros en todo esto pero bien merece la pena. Espero eso sí no resultar como la famosa Bea que la verdad no sé vosotros cómo la veis pero ha pasado de fea a lo Groucho a fea a lo Macu (la de la serie Aída). O sea, ahora sigue siendo fea pero ya no le puede echar la culpa a nada que es peor. Ojo que yo me incluyo en esta categoría.

El caso de esta chica es de novela porque me recuerda a una chica que pasó unos meses en mi cuchitril compartido allá por el pleistoceno inferior. La chica era bajita, fea no, muy fea. No se depilaba, no se lavaba el pelo en condiciones, llevaba la ropa llena de lamparones y tenía los dientes medio podridos. Eso sí, era una chica de sobresaliente en la carrera. Claro que duró de becaria un suspiro. Por eso digo que la serie esa de la Bea es una pura utopía porque viéndola así no la hubieran ni contratado por parecer salida de una película de terror.

Esperáos si no me da la vena y me hago la rinoplastia que mi tabique nasal necesita (no penséis mal, bellacos, que nunca me he dado a la coca).

El fnde pasado decidí salir con gente agradable. Primero fui a cenar y a un concierto de Jazz (gracias Juanjo por la iniciativa), el sábado estuve viendo un concurso de baile moderno donde participaba una amiga mía. Obviamente, también estuve estudiando francés y alemán, que a ver si saco algo este año. Por lo menos ya estoy contenta porque no me han echado de la escuela por cúmulo de faltas de asistencia y eso ya es todo un logro.

Lo del Jazz fue un descubrimiento porque no estaba en mi top ten de tipos de música, pero bueno, a mí me gusta la buena música del tipo que sea, y la cantante era muy buena, Susana Raya. Así que entre la música, la buena compañía y la caipirinha me pusieron de buen humor para el sábado, que decidí aprovechar el solecito y vestirme de corto para salir.

Os dejo chicos que tengo faena para aburrir, ya que he decidido que voy a mejorar la decoración de la casa. O sea, voy a a limpiar y a tirar porquerías y comprar algún mueble que necesite. Así si al final me decido a formar una familia en unos meses ya tendré la casita puestecita en condiciones, que luego con gente por medio no hay quien pare...

Buen finde.

Ah, por cierto, W y Puk, no os enfadéis si no os he subido los posts. El primero por ser muy largo y el segundo por ser de tipo personal y prefiero responder por sms, como ya he hecho pues conozco a la susodicha.

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