Otra batalla perdida, pero seguimos en la lucha

Esperé pacientemente y me hice el pipitest, más que nada para no llevarme mañana el palo y romper a llorar en el trabajo. ¿Por qué nos llaman al móvil las clinicas para darnos estas noticias? El trabajo no es un sitio como para coger el móvil y recibir un palo de este calibre con el jefe y los compañeros por medio pendientes del tema.

Deberían enviarnos un SMS con el resultado y un mail con las instrucciones y detalles y nosotras leerlo cuando nos sintamos a salvo de miradas ajenas. Sería más humano y menos histérico. Y decidiríamos cuándo y cómo leerlo. Por ejemplo, cuando se bajaran todos a comer, leerlo en la soledad del baño, etc.

Como os decía, me he hecho el pipitest y ha salido negativo. Me lo temía desde el miércoles, me lo temía desde hace ya nueve días cuando me dijeron que no había congelados porque no habían llegado.

Hay que aceptarlo: Estoy vieja. Vieja para tener hijos biológicos. No sé si vieja para gestar un hijo de un óvulo donado, eso se verá. Tampoco creo que muy vieja para adoptar un niño, pero con lo que se alargan los trámites, veremos a ver qué ocurre.

Me siento abofeteada por la vida.
Hay algo que me dice: ¿Ves, tú tan gilipollas estudiando, trabajando, ligando sin hacer a tus parejas un auténtico tercer grado para saber si querían tener hijos? ¿Pensando que tus amigas se precipitaban al dejar los estudios para ser madres con veintipico años? ¿Y ahora quién es la gilipollas?

Pero por desgracia la experiencia es un peine que te regala la vida cuando ya te has quedado calvo. No vale para arreglar errores.

Además, si bien este es mi gran error, hubiera cometido otro error, distinto, pero error igualmente, si me hubiera liado la manta a la cabeza y me hubiera casado con A con veintipocos y me hubiera ido a su país. Tendría hijos, seguro  que sí, pero sería un ama de casa en un país donde los derechos de las mujeres son pisoteados todos los días. O sea, me hubiera arrepentido.

Esto es como jugar a las cartas. Te reparten unas cartas, y tú intentas jugarlas lo mejor que puedes. Planeas una estrategia, pero no estás jugando sola, sino con otros jugadores y cada uno tiene unos objetivos.  Yo, con quince años, no quería ser como mi madre: Ama de casa con estudios primarios, cuatro hijos antes de los 35 y sometida a mi padre, un tremendo machista.

Pero cometí el error de irme al extremo contrario. De este modo, salí con hombres que no tenían intención de atarme a la pata de la cama y hacerme ocho niños. Pero lo cierto es que tampoco tenían intención de atarse a nada, ni siquiera a la relación que teníamos. Era libre como el viento, hacía y deshacía a mi antojo, vivía sola y de mi trabajo, había triunfado... Sí, pero... No tenía familia.

Lo empecé a entender a los treintaypocos, cuando las únicas amigas que me quedaban eran un tanto vivalavirgen. Y los hombres se me acercaban mucho, pero cada vez me gustaban menos lo que se me acercaban. No sé cómo explicarlo...

Luego seguí equivocándome, aún yendo por la dirección correcta: Z, S fueron dos grandes equivocaciones. Pero aún así fui dándome cuenta de que tenía un problema físico para tener hijos. No sé si es por mis problemas de ovarios, si porque ya tenía 38 años cuando dejé la píldora o qué pasaba, pero pasaba.

Me miraba en el espejo y no me veía mayor. Nadie me echaba 38 años, 30 a lo sumo. Pesaba 60 kilos, mido casi 1'70. Hacía mucho deporte, mi piel no tiene arrugas, aún ahora que tengo 44. No, ciertamente, no pensé que fuera muy mayor para tener hijos.

Había ginecólogos que me pintaban la invitro como la solución a todos los problemas. Hubo uno que vi que me dijo a los 38 años que con una invitro y unos 5.000 euros todo solucionado, porque tenía las hormonas muy bien. Me gustaría cruzármelo para romperle la cara de un puñetazo.

Después fui a una clínica muy famosa. Me dijero que bueno, con ya casi los 40 (fui un mes antes de cumplirlo), lo tenía difícil, pero que bueno, iríamos viendo qué tal iba. Y realmente dos años después con casi 42 la cosa iba fatal. En junio, un mes antes de cumplirlo, el médico me insinuó que una vez más como mucho y a OVO de cabeza.

Entonces me parecía el coco eso. Algo horrible, tener un hijo del óvulo de una chica que nunca conocería. Buff, se me hacía cuesta arriba.

Como rompí con S, y estaba liada con otro proyecto personal muy importante, dejé pasar el tiempo para ahorrar, estaba pelada de dinero, quizás antes de cumplir los 43 volvería a intentarlo yo sola.

Pero entonces se cruzó O en mi camino. La primera vez que lo hicimos, ni siquiera sabía si él quería tener hijos y tan pronto, y le insinué lo de tomar precauciones. El acababa de hacerse las pruebas y estaba bien y yo lo mismo. Así que me dijo que no hacía falta si yo no quería. La doctora me había dicho que era imposible quedarme sin invitro, así que corrimos el riesgo, ninguno de los dos pensaba que ocurriría que al mes siguiente me quedase embarazada.

Floté como en una nube, pensé que era el resultado a tanto sufrimiento, pero lo perdí enseguida. Al menos había conseguido algo y animados, en septiembre volvimos a la carga, en otro sitio nuevo, borrón y cuenta nueva.

Y fue mucho mejor que otras veces: Más óvulos, más fecundados, más transferidos, todo mejor pero...Negativo igualmente.

Me investigaron el útero, dieron con algo que no estaba bien, me lo operaron, me lo revisaron hasta que dieron el visto bueno, y nuevamente a la carga. El ciclo similar al anterior, bastantes óvulos, fecundación bien, dos embriones buenos transferidos... Pero el mismo resultado.

Conclusión: Probablemente mis óvulos no valgan para nada, tengan ya problemas y se hayan acabado los óvulos buenos, aunque de malos tenga para hacerme tener la regla hasta los 60 años, a ver, casi dieciséis años tomando la píldora vienen a ser más de 100 óvulos disponibles, o sea que tengo todavía la reserva ovárica bien.

Pero como las lentejas en un bote, sigue habiendo mil lentejas, pero al cabo de veinte años, abres el bote y están todas las mil igualmente, pero secas.

¿Y ahora qué? ¿Alguien sabe cómo reparar unas lentejas secas? ¿Poniéndolas en remojo mucho tiempo quizás? ¿Plantándolas con mucho mimo y buena tierra fertilizada?

A mí se me ocurre nada más que pasarme ya a OVO. No es un fracaso. Es dejar de ser cabezota y obstinada ante lo inevitable y tener claro el objetivo primordial: Ser madre, ser padres O y yo. No se trata de probar a nadie que soy una superhembra, una hembra alfaplusplus que es capaz de tener hijos biológicos a los cincuenta años. No, se trata de conseguir que un niño viva conmigo y con O y que podamos educarlo y criarlo para que sea un adulto feliz y realizado.

Pero debo reconocer que mi ego me puede. Os confieso que he pensado que para mí quedarme embarazada podría no ser algo tan limpio e idílico como yo creo que es. Me explico:

Hace veinte años, salía con mi amigas a ligar, y a veces más que ligarme a un tío porque me gustara mucho, era como un pulso con mis amigas, a ver quién se llevaba a ese tío bueno que estaba en la barra mirando hacia nosotras.

Era algo competitivo. Obviamente, no salía con un tío por una competición, pero sí me lo ligaba a veces por llevarme el premio moral de haberlo conseguido. El resto de las chicas de la pandilla decían: "Caray con Bridge, mírala, parecía tonta y se ha ligado a este buenorro. Joder, cómo lo habrá hecho, qué tremenda".

Pues lo de quedarme embarazada viene a ser como una competición conmigo misma, algo así que me diga: Eres fértil, no eres una pasa vieja, puedes tener hijos.

Muchas veces me he interrogado interiormente sobre si realmente quería una familia o sólo dar a luz a un hijo, como triunfo personal.

Ahora la pregunta vuelve a mi mente. Porque con OVO se acabó lo de ser "machita". Podré decirlo o no a la gente, pero yo sabré que no pude quedarme embaraza con mis óvulos, sino que usé los de una chica joven, y que seré madre gracias a ella. Una especie de Katherine Deneuve en "El Ansia" robando la sangre de jóvenes para mantenerme lozana. Una especie de trampa.

Me fastidia por eso que actrices mayores que seguramente han recurrido a OVO, no lo digan. Me da rabia porque la gente les atribuye un éxito que no es mérito suyo sino de la ciencia, y del hadita joven que les donó sus óvulos. Es una gran mentira, porque el bombo es real, parece un embarazo de verdad, pero ellas saben en su interior, que ese hijo no es suyo realmente. Y la gente piensa que sí.

Yo no voy a mentir a nadie, no me gustaría frustar a otras mujeres de mi edad y que piensen que una mujer de 45 puede quedarse embarazada sin recurrir a una donación. No, no quiero contribuir a esta gran mentira.

Se lo he dicho hoy a mis hermanas. Iré a OVO, y con la cabeza bien alta, sin esconderme. He hecho lo que he creído conveniente hasta ahora, pero no voy a dejar que me juzgue nadie por tirar la toalla con mis propios óvulos.

No es una derrota, si acaso a mi narcisismo, ese es el gran derrotado, mi ego narcisista. Creo que es cordura y valor, valor por no esconderme. Sé que la gente no lo acepta. Muchos aceptan malamente la FIV tradicional, pero no el uso de donantes de óvulos o esperma. Pero la vida es así, no es culpa de nadie, es la vida la que te pone contra las cuerdas y somos nosotros si queremos seguir luchando o dejarnos desplomarnos en el ring. Yo he perdido este asalto, pero la lucha sigue abierta.

O y yo hemos decidido ir en septiembre a las charlas de adopción internacional. Está la cosa difícil, pero hay que empezar por el principio, seguir el procedimiento. Aunque dependa de terceros nuevamente, al menos no me mirarán con lupa el útero.

Y por supuesto, a ahorrar toca, es mucho dinero OVO y es dinero adoptar. A la corta no, pero a la larga sí. Nos esperan años de apretarse el cinturón. Afortunadamente, los dos tenemos trabajo.

Pero creo que nos daremos algún caprichito, unas minivacaciones a finales de septiembre. No podremos ir a Bali o a Phuket, pero me montaré en el Bufalo Loco de Benidorm, y he convencido a O para que me acompañe... Y bueno ,el método divertido sigue en pie. Igual nos llevamos una sorpresa, quién sabe.

Como soy terca como una mula mis propósitos de salud en cuanto deje la medicación son:

-  Buscar un buen gimnasio y perder los doce kilos que me sobran, y ponerme un tipito escultural, lo necesito, necesito verme bien en el espejo.
- Buscar un naturópata, acupuntor, etc y probar la medicina no tradicional. Si alguien me puede recomendar alguno bueno en Madrid, postearme, no publico post pero los leo, creedme.
- Ir con O algunos fines de semana por ahí con los bonos que nos regalaron al casarnos.
- Comer mejor, y cultivar la paciencia, lo voy a necesitar. Miraré algún sitio de zen, reiki, yoga, etc. Sé que es un poco charlatanería pero como placebo es cojonudo, y me sacarán de mis rutinas.

Bueno, chicos, si no sabéis de mi mañana es que se confirma el negativo en sangre. Y como me bajará la indeseable al dejar la medicación voy a sufrir la madre de todas las jaquecas. Suerte que al no estar preñi me podré poner morada de ibuprofeno sin sentirme culpable. Eso y darle al temita, que es lo que peor he llevado estas semanas. Bueno vivir sin piscina, sin bailar, sin salir, sin tomar una cañita, pinchándome mierdas, pero ... Qué dificil es lo de la abstinencia sexual, os lo juro.

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