VAYA CHAPARRON

MARTES TORMENTOSO

Como de costumbre, el hombre del tiempo – o la máquina del tiempo – porque hombre, no es el culpable del todo el que sale gesticulando sobre un panel en blanco fingiendo que ve borrascas y líneas con numeritos llamadas isobaras, sino el maldito maquinón que, mal configurado, predice malamente el tiempo, no ya el que va a hacer mañana sino ni siquiera el que hizo ayer. De todos modos, desde que me enseñaron en Ecuaciones Diferenciales de tercero de carrera que los sistemas en tres dimensiones o más no son predecibles y que están sujetos al efecto mariposa, ya me creo que últimamente están alteando muchas mariposas sobre Madrid de tal modo que a las dos de la tarde cuando salí a comer hacía un sol espléndido y luego a las cinco cayó el chaparrón más negro y tormentoso desde hace por lo menos seis meses.

No hay mal que por bien no venga. Hoy como he ido a la revisión del ginecólogo por la mañana, me quedé recuperando por la tarde en el trabajo, así por lo menos no me pilló el primer chaparrón claro. Pero me ha pillado un chaparrón metafórico ya que mi jefe de proyecto me ha anunciado a mí y a mí compañero de desventuras, que va a dejar el tema porque le han asignado otro marrón, así que la cosa queda con que yo me voy a dedicar a más labores de gestión y mi compi el crack de la programación lógica, a la parte más técnica. Bien, la verdad es que antes de entrar al nuevo trabajo ya apuntaba a este tema pero no me imaginaba que llegaría tan pronto. En fin, valor y al toro que Mihuras más grandes he lidiado y todavía no me he llevado cornada gorda.

Lo que sí me he llevado este fin de semana no ha sido una cornada sino una buena picadura de mosquito bien alimentado. Me cogió a traición mientras iba leyendo en el autobús. Mira que este finde no pillé el coche porque según la “Pitonisa Lola” de mi hermana pequeña me iba a ocurrir un incidente al volante, y al volante no ha sido, pero en un medio de transporte sí. Ay. Me ha dejado el párpado inferior como un tomate y hasta hoy que se me está secando me daba apuro salir por ahí sin las gafas de sol porque temía que pensaran que alguien me maltrata, de lo hinchado que me dejó el ojo...Si es que no se puede ser tan alérgica hombre...


Bueno, el supermercado este friki ecológico estuvo muy bien. Me llevé un montón de cosas y no me llevé más porque no me apetecía irme a cenar a un asiático llena de bolsas con comida exótica o me iban a confundir con la cocinera.

Al día siguiente, para compensar un poco, mi madre me preparó un par de torrijas. Dice que esas cosas raras que como no son sanas, que tanta hierba no es buena más que para los conejos y que nada de tonterías. El problema es que cualquiera le niega a mi madre las torrijas. Me comí una pero no me libré, que me puso en el tupper la otra y me hizo cargar con ella. Al final me la comí a medianoche en un rapto de hambre después de que no me llenase nada el puré de verduras que tenía para cenar. El problema, la báscula, pero bueno, intentaré apretarme aún más el cinto entre semana o tendré que dejar a mi madre y a mi chico por inductores a la obesidad...

Los que no tienen perdón de Dios son los carpinteros de aluminio de mi barrio. No han aparecido ni cogen el teléfono de la tienda. No sé si es que les tocó el euromillón, han pasado a ser trágica estadística de Semana Santa o lo más probable, que son unos impresentables y además tontos de remate, porque yo no gano todos los días mil quinientos euros y eso es lo que han perdido no viniendo a medir y traer el presupuesto. En fin, me buscaré a otros. Al final lo dicho, que la Semana Santa debería ser para descansar y el de arriba me ha castigado por hacer tareas de gestión en tan sagrados días.

Bueno, os dejo que me vence ya el cansancio, voy a ver si puedo meterme algo más de Deustche pal cuerpo o ya no me entra más el Partizip II.