RECOGIMIENTO DE VIERNES SANTO

Cuando era pequeñita, vamos , en la época preconstitucional y de transición, en Semana Santa todavía se vivía bastante del “Fervor religioso institucional”.
Esto significaba que: Los bares de copas y discotecas (las famosas disco boites) cerraban porque no era plan de tomarse copas y ponerse de jarana cuando se supone que todo el mundo tenía que estar en misa. A lo más que había abierto era la bodeguilla de la esquina y con la excusa de vender moscatel para emborrachar la torrijas caseras.
En la tele, que era en blanco y negro y sólo tenía dos canales: el VHF y el intelectual y rojeras UHF liderado por Balbín y su famosa “La Clave” tenían por narices esos días que echar películas de romanos, de Jesus de Nazaret y, por supuestísimo, conectar con el ViaCrucis en directo. Yo tenía seis o siete años y me conocía la mayoría de las estaciones del ViaCrucis a fuerza de machacarnos todo el día con el tema. Ni que decir que cerraban todas las tiendas a cal y canto y la gente no se iba de vacaciones en Semana Santa, no. Se iban al pueblo a recogerse y juntarse para la Misa y las procesiones, porque había gente de hermandades, etc. etc.
A día de hoy, la Semana Santa se ha convertido en una especie de “Springbreak” donde todo el mundo sale disparado a ponerse al solecito en el destino más exótico conseguido al mejor precio posible en el pack LowCostAllIncluded.
La televisión, cómo no, todo el rato dándonos el parte meteorológico, no sea que haya algún despistado que acabe siendo tragado por una ola gigantesca mientras se unta desprevenido de factor 30 tendido sobre la toalla de playa.
Los bares del barrio y sitios de tapas a los que suelo ir normalmente , la mayoría todos igualmente cerrados al igual que las tiendas locales porque claro, se han ido de vacaciones de Semana Santa que, para cuatro pringados como yo que nos quedamos en Madrid en el barrio, no van a quedarse porque no hacen negocio.
Vale, no importa porque los parques, el sol y el aire puro son gratuitos y están abiertos al público siempre….Ya, pero, no se sabe por qué, caiga la Semana Santa a comienzos de marzo, a finales, en abril o si les diera por cambiarla al mes de agosto… SIEMPRE LLUEVE A CÁNTAROS ¡!!!
Estoy intentando hacer memoria de algunas Pascuas soleadas pero de verdad que me cuesta un montón. Sin embargo recuerdo memorables lluvias torrenciales como la que me pilló en Alicante hace cinco años donde iba con mi actual ex, Z, y era aquello que daba miedo. Recuerdo que por la calle nos encontramos a unos chicos que venían del cuartel (eran un chico y una chica, militares y novios) que buscaban el mismo apartahotel donde nos alojábamos nosotros. Creo que éramos los únicos 4 seres humanos capaces de soportar tanta agua sobre el cuerpo. (Bueno, creo que los indígenas del Amazonas están también bastante acostumbrados).
Al final desistimos de buscar un sitio para cenar y pedimos una pizza familiar para los cuatro que nos habíamos juntado bajo la lluvia.
Pero el problema es que el pizzero no se atrevía a salir por la lluvia y las inundaciones y al final nos acabamos montando un picnic en el hall del hotel con las sobras que llevábamos en las mochilas.
Ahora que se me estaba pasando la lumbalgia, aunque tengo un dolor de garganta que no se me quita pero intento ignorarlo, total no hay nada que me pueda tomar que me alivie, pensaba salir de tapas, único vicio que no está en la lista de cosas prohibidas del informe que me han dado en la clínica de recomendaciones para la betaespera.
Teniendo en cuenta que en diez días me van a quitar el jamón, el queso brie, los pastelitos de nata y cualquier cosa que no esté en la dieta de una embarazada, y considerando que me he tirado más de tres meses con una dieta tipo Auschwitz , pensaba que era lo único a lo que me podía dar estos días. Ya sabéis, me han prohibido el deporte, el sexo, la bebida, las emociones fuertes, tomar el sol y bañarme en la piscina, en la playa y hasta en la bañera (me dejan ducharme, tranquilos que no huelo mal).
Bueno, pues pensaba darme a las tapas de brie, de anchoas y de serrano. Pero claro, entre que llueve a cántaros y me han prohibido coger frío y que para el bar de tapas abierto más cercano hay que coger coche, y la progesterona me deja baldada, al final tengo que convencer a S o algún amigo para que se animen a salir… Total, que me siento enjaulada. Pensaba hacer los deberes de francés, pero nadie me contesta del foro de la escuela de idiomas, porque mandé el mensaje tarde y todo el mundo estará fuera, practicando el idioma de Moliére o cualquier otro.
Total, que creo que iré a visitar a mis padres. Creo recordar que mi madre iba a preparar torrijas hoy. No, si no hay como estas fiestas para el recogimiento familiar… (Es broma)

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