BENDITO ABURRIMIENTO
Tal cual, bendito aburrimiento. Por fin pasó todo y estoy en casa, haciendo cositas, teletrabajando y recuperándome física, pero sobre todo, mentalmente. He hecho hasta punto crochet, he ordenado mis cosas, he hecho meditación, he terminado dos libros, he imputado por fin todos los créditos profesionales de las certificaciones que tengo, he asistido virtualmente a dos sesiones de formación… Pero aun así siento que estoy vagueando, no tengo remedio… Me operaron del útero, ya sabéis, esas cosas que pasan cuando tienes endometriosis, muchos años y muchos antecedentes malos. Ya ni recuerdo cuántas veces he pasado por operaciones similares. Creo que llevo ya como ocho o nueve, perdí la cuenta ya… Normalmente cuando me empiezan a meter el chute de anestesia no suelo pensar en nada, pero tras lo ocurrido que ahora os contaré me resistí un poco a dejarme llevar y pensé en qué sería si yo ya no fuera… Mi hija, mis hermanas… ¿Quién cuidaría de ellas? Como decía mi padre, que en paz desca