Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2016

Orange is the new Black

Antes de entrar al tema de hoy quiero responder a una persona que me ha enviado comentarios muy negativos recientemente, pero que no me ha dado el pésame por el fallecimiento de mi madre por ejemplo. Lo primero, es que soy muy feliz por el nacimiento de mi hija, y me enfada que esta persona que ya me ha enviado tres comentarios negativos no sepa que un blog personal es para desahogarse y no es un diario detallado y pormenorizado de mi estado anímico a cada minuto. Igual que no detallé y pormenoricé cuando falleció mi madre en marzo o un amigo muy quierido hace dos años, porque no es mi interés con este blog dar pena o hablar de lo que todo el mundo supone que son las cosas. Se supone que un embarazo tan deseado y dar a luz a un hijo muy querido te llenan de felicidad, y no quiero que se malinterprete y se piense alguien que no soy feliz ni me siento dichosa por ello. La primera vez que vi a mi hija, que por desgracia al ser cesárea sólo fueron unos segundos, se me llenaron los ojo

Lo que no te cuentan del Posparto

Mañana harán seis semanas desde que di a luz a mi Bridget junior por cesárea.  Fue la opción acertada dado lo complicado y los riesgos que podría tener un parto vaginal, y realmente he tenido pocas complicaciones físicas, aunque debo decir que lo que peor me sentó fue la anestesia, la epiraquial puesta además en una zona lumbar más alta de lo normal debido a problemas en esa zona por hernias discales. Habiendo pasado innumerables operaciones, he de decir que esta vez ha sido la que más tiempo he estado en reanimación y hubo un momento en el que me entró miedo a que me hubiesen dejado parapléjica, porque pasaban las horas y no recuperaba la sensibilidad en las piernas, viendo además como pasaban a planta a otras chicas que habían operado más tarde que a mí. Finalmente subí a planta y pude estar con mi nena. La había recibido mi marido a media mañana y le había dado ya un biberón y estaba aprendiendo a cambiarle los pañales y esos cuidados mínimos. El problema de la cesár