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Mostrando entradas de junio, 2013

Ay la Luna la Luna

Este fin de semana hemos tenido una “superluna”, que, además, ha coincidido con la noche de San Juán, que se supone que es una noche mágica ancestral. Yo no creo en supersticiones y lo achaco a mis hormonas ovulatorias exaltadas, pero lo cierto es que O y yo hemos estado con más “ganas de tema” de lo normal. Y encima, cuando creía que mi pobre maridito estaba ya más exprimido que una naranja de zumo a granel del supermercado,   nos dio un brote   de esos que lo ves en las películas y aún así lo flipas. Pensándolo esta mañana, es que se le hace raro a la gente eso de que le digas que estás loquita/loquito por los huesos (bueno, más bien por las lorcitas) del pariente/parienta. No suele ser lo habitual. Incluso los matrimonios que se llevan bien y que suelen hacer gimnasia sexual habitualmente, no suelen tener arrebatos de este tipo. A ver si ha sido el Espíritu Santo que en vez de en forma de Paloma se me ha colado en los   botes de especias de la cocina, de tal modo en vez de

Veranito y con kilitos

Parece que al final llega el verano. Más que por el calor lo noto por los bichos que campan por doquier y porque tengo alergia tardía, y cuando llega el calorcito me pongo a estornudar como uno de esos chismes ambientadores que te escupen cuando pasas, o sea, a deshoras y de manera súbita y sin kleenex que llevarme a la nariz. Así las cosas y a pesar del malestar de montaña rusa hormonal de estas dos últimas semanas (me han hormonado más que a la vaca del anuncio de Milka para luego hurgarme el útero y despeñarme seguidamente por las cataratas del Niágara hormonal). Es decir: dosis de hormonas para matar a alguien, biopsia y luego quitarme toda la medicación sin piedad. Me río yo de los que habéis dejado alguna vez el tabaco (yo fui fumadora hace veinte años y lo dejé), porque si el mono del tabaco te pone de una mala hostia que matarías hasta al perrito de Scottex, el mono hormonal te hace ser una auténtica Hyde, con una jaqueca que estás pidiendo a gritos que te rematen… Yo qu

Expediente X o matrimonio en el limbo

Yo creo que Heissemberg no se inspiró en un gato para llegar a su principio de incertidumbre sino que fue gracias al Registro Civil de Alcorcón. Gracias a este registro ahora me encuentro en el limbo del estado civil, ya que al no terminar de realizar la inscripción ni informarnos sobre el tema, se puede decir que no estoy ni casada ni soltera, porque sólo tengo un papel con un sello de entrada, pero nada que justifique ciertamente que estoy casada ante los ojos del estado. ¿Cómo se llega a esta situación? Pues debido a que la burocracia del Ministerio de Justicia en este país sólo funciona rápida cuando se trata de detener manifestantes e intentar aplicarles la ley antiterrorista, pero funciona rematadamente mal cuando se trata de algo tan simple como inscribir en un registro un matrimonio celebrado por la iglesia. A esto se le suma que hay funcionarios que muestran un total desprecio por los humanos, como si ellos estuvieran por encima del bien y del mal. Me imagino que