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Mostrando entradas de julio, 2010

41 VERANITOS YA....

41 años, ahí es nada. Hoy me siento extraña, como si cosas mágicas ocurriesen a mi alrededor. Me han publicado un relato en un periódico digital, yo ni me lo esperaba, lo escribí pensando en mi historia con A de hace ya dieciocho años. ¿Por qué A y no X;Y,Z o S? Quizás porque la historia de A era la más exótica, la más emotiva y la que más puede atrapar el morbo y la sensibilidad de los lectores, aunque viendo algunos comentarios, comparándome a Corín Tellado o la revista Vale, me dan que pensar que el “Chicklit” no está hecho para la miel del asno, como se suele decir. Hay mucha gente que en lugar de un relato de un rollete de verano lo que piensan leer es el guión de una peli porno y, la verdad, si me pagaran muy bien por ello, lo haría… En fin, no me doy por vencida, algún día triunfaré en esto de la literatura, y si no que se lo digan a J.K. Rowling o a Bécquer, que triunfaron la primera ya mayorcita (y se ha forrado) y el segundo después de muerto. Cambiando de tema, he vuelto a l

BETADESESPERADA

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Hoy me siento como la niña del “Laberinto del Fauno”, esperando que un Hada Madrina venga a salvarme y haga un milagro como que me llame una enfermera de la clínica y me diga: “Oh, perdón, me equivoqué y lo suyo es un positivo…”. Pero la prima de Rusia, después de torturarme durante cinco días con la peor jaqueca desde hace cinco años, con subida de tensión incluida me ha visitado tímidamente el sábado y domingo (spotting nada más) pero hoy ya sin progesterona de suplemento me ha golpeado duramente. Pero no me he tomado ni un mísero paracetamol, ya me da igual todo, hasta el dolor físico, lo que más me duelen son las esperanzas rotas, que yo creía que asegurándose de que ovulase bien y los bichines concentrados de mi pobre S, el milagro se obraría. Pero no. Ni siquiera con una gráfica de temperatura basal que hubiera obtenido un diez entre las gráficas más estables. Yo, si esta gráfica no fuera mía hubiera jurado que la chica era afortunada y estaba embarazadísima, toda coqueta y trifá

BETAESPERA

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Se llama Betaespera al período de tiempo entre que te practican una inseminación o una tranferencia de embriones y el día en el que vas a la clínica a hacerte un análisis de sangre para saber si estás embarazada ono. Normalmente son unos 14 días, tiempo suficiente para que el embrión haya implantado y produzca cantidad suficiente de hormona del embarazo como para ser detectada y cuantificada en sangre. Si bien antes de la betaespera andamos todas las pacientes de fertilidad atareadas yendo y viniendo a controles ecográficos, análisis, consultas y pinchazos variados, la betaespera es una espera muy pasiva. Por de pronto, ya no tienes que andar pinchándote a la misma hora, con todo ese circo de montar la jeringa, calcular si tendrás dosis suficientes o no, si te habrás olvidado de pedir más agujas, etc. Eso significa que puedes hacer vida normal, más o menos. En la betaespera sólo tienes que ponerte dos óvulos vaginales al día de progesterona y no olvidarte de tomarte las vitaminas prena