Carta a los Reyes Magos
Queridos Reyes Magos:
Lo primero quiero decir que este año que terminó, el 2006 me he portado muy bien. Lo primero es que no le he abierto la cabeza con un hacha a mi asqueroso compañero de trabajo apodado “Ivan el Terrible” y ya sólo por aguantarle no sólo merezco todos los regalos que os voy a pedir sino que incluso tengo aprobados ya los dos primeros exámenes para ganarme el cielo eterno.
En segundo lugar quiero decir que he estudiado mucho y he hecho los deberes de alemán, bueno no siempre, pero es que es comprensible, por que, ¿a quién le apetece ponerse a escribir a la 1 a.m tras una larga jornada de trabajo-gimnasio-tareas domésticas, una redacción sobre los Wohngemeinschafte, es decir, la vida en los pisos de estudiantes? Además, yo nunca viví en un piso de estudiantes, ni Erasmus ni ninguna de esas vidas lúdicas en que la gente rica y algo inteligente se dedica a pegarse fiestones y ponerse hasta el culo de maría y de cerveza y magrear a cuanto invitado pase por ahí. No, yo era pobre y mi única experiencia en pisos compartidos fue después de salir de la universidad y las únicas reuniones que montábamos las inquilinas del piso era para cagarse en la madre que parió a la tacaña de la casera que no nos arreglaba la mierda del calentador del siglo pasado, o para tirarnos de los pelos porque alguna había dejado la pila llena de platos sucios o la lavadora con la ropa dentro sin tenderla…
También quiero decir que he sido muy buena y no he estrangulado a mi padre cuando me contó por enésima vez la historia de cuando se perdió por Toulouse con su amigo Pepe y lo detuvieron unos gendarmes por vagabundo, ni siquiera, y mira que ganas me daban, cuando me acusó de ser un zorrón lesbiano por querer adoptar una niña china teniendo novio en la actualidad.
También he sido muy buena, cocinando y limpiando la casita para todas las visitas que han venido a verme durante todo el año, y, aunque he tenido alguna que otra bronca con mi novio, han sido broncas justificables desde mi punto de vista, habida cuenta de tengo un temperamento muy vivo y el chavalín es más tranquilo que un mejicano borracho a las doce de la mañana al sol…
Es por todo ello, queridos magos, que os pido los siguientes regalos:
1.- Sacarme una buena oposición de esas de verdad, en las que ganas un pastón y no tienes que ir a Irak o a sitios raros, y desde luego tus jefes no llevan uniforme ni me llaman señorita, que queda rancio…
2.- Meter sensatez en la cabeza de mi novio y que por fin se deje de organizar actividades raras por la montaña de esas que acaban con un esguince de tobillo, un moratón en un brazo o una neumonía y en su lugar vaya pensando en comprarme un chalet en Pozuelo y un carrito de bebé.
3.- No engordar ni un gramo después de atracarme de canapés, langostinos, turrón y roscón de reyes, y sin necesidad de andarme veinte kilómetros al día o tirarme cuatro horas en el gimnasio.
4.- Encontrar una cuadrilla de obreros que me ponga las contraventanas, toldos y cortinas por menos de mil euros y que no me dejen las ventanas llenas de marcas de dedazos ni restos de latas de cerveza y colillas por los rincones…
5.- La paz en el mundo. Esto es porque como lo dicen todas las misses, a ver si de paso se me pega algo de la hermosura de ellas y se me quita la cara ojerosa que tengo últimamente. Ah, y de paso, que me toque en un sorteo una depilación láser integral y no tenga que preocuparme más de buscarme a la esteticista para que me dé hora ni me vuelvan a salir más venitas rojas en las piernas por las quemaduras con la cera caliente…
Bueno, queridos reyes, ya os he dejado un poquito de turrón junto al belén y, como no tengo anís, os sacaré un poco del Riga’s Black Balsam que, aunque huele y recuerda a un linimento, resulta que es un licor que tira de espaldas. Pero ya os digo que tengáis cuidado y no os paséis con las copas que os ponen los niños, no sea que os retiren el carnet de conducir camellos tal y como están las cosas últimamente…
Bueno, feliz finde a todos y que os traigan muchas cosas los Reyes. Si os traen carbón, tampoco le hagáis ascos, que seguro que en la Barranquilla os lo compran para las estufas que tienen.
Lo primero quiero decir que este año que terminó, el 2006 me he portado muy bien. Lo primero es que no le he abierto la cabeza con un hacha a mi asqueroso compañero de trabajo apodado “Ivan el Terrible” y ya sólo por aguantarle no sólo merezco todos los regalos que os voy a pedir sino que incluso tengo aprobados ya los dos primeros exámenes para ganarme el cielo eterno.
En segundo lugar quiero decir que he estudiado mucho y he hecho los deberes de alemán, bueno no siempre, pero es que es comprensible, por que, ¿a quién le apetece ponerse a escribir a la 1 a.m tras una larga jornada de trabajo-gimnasio-tareas domésticas, una redacción sobre los Wohngemeinschafte, es decir, la vida en los pisos de estudiantes? Además, yo nunca viví en un piso de estudiantes, ni Erasmus ni ninguna de esas vidas lúdicas en que la gente rica y algo inteligente se dedica a pegarse fiestones y ponerse hasta el culo de maría y de cerveza y magrear a cuanto invitado pase por ahí. No, yo era pobre y mi única experiencia en pisos compartidos fue después de salir de la universidad y las únicas reuniones que montábamos las inquilinas del piso era para cagarse en la madre que parió a la tacaña de la casera que no nos arreglaba la mierda del calentador del siglo pasado, o para tirarnos de los pelos porque alguna había dejado la pila llena de platos sucios o la lavadora con la ropa dentro sin tenderla…
También quiero decir que he sido muy buena y no he estrangulado a mi padre cuando me contó por enésima vez la historia de cuando se perdió por Toulouse con su amigo Pepe y lo detuvieron unos gendarmes por vagabundo, ni siquiera, y mira que ganas me daban, cuando me acusó de ser un zorrón lesbiano por querer adoptar una niña china teniendo novio en la actualidad.
También he sido muy buena, cocinando y limpiando la casita para todas las visitas que han venido a verme durante todo el año, y, aunque he tenido alguna que otra bronca con mi novio, han sido broncas justificables desde mi punto de vista, habida cuenta de tengo un temperamento muy vivo y el chavalín es más tranquilo que un mejicano borracho a las doce de la mañana al sol…
Es por todo ello, queridos magos, que os pido los siguientes regalos:
1.- Sacarme una buena oposición de esas de verdad, en las que ganas un pastón y no tienes que ir a Irak o a sitios raros, y desde luego tus jefes no llevan uniforme ni me llaman señorita, que queda rancio…
2.- Meter sensatez en la cabeza de mi novio y que por fin se deje de organizar actividades raras por la montaña de esas que acaban con un esguince de tobillo, un moratón en un brazo o una neumonía y en su lugar vaya pensando en comprarme un chalet en Pozuelo y un carrito de bebé.
3.- No engordar ni un gramo después de atracarme de canapés, langostinos, turrón y roscón de reyes, y sin necesidad de andarme veinte kilómetros al día o tirarme cuatro horas en el gimnasio.
4.- Encontrar una cuadrilla de obreros que me ponga las contraventanas, toldos y cortinas por menos de mil euros y que no me dejen las ventanas llenas de marcas de dedazos ni restos de latas de cerveza y colillas por los rincones…
5.- La paz en el mundo. Esto es porque como lo dicen todas las misses, a ver si de paso se me pega algo de la hermosura de ellas y se me quita la cara ojerosa que tengo últimamente. Ah, y de paso, que me toque en un sorteo una depilación láser integral y no tenga que preocuparme más de buscarme a la esteticista para que me dé hora ni me vuelvan a salir más venitas rojas en las piernas por las quemaduras con la cera caliente…
Bueno, queridos reyes, ya os he dejado un poquito de turrón junto al belén y, como no tengo anís, os sacaré un poco del Riga’s Black Balsam que, aunque huele y recuerda a un linimento, resulta que es un licor que tira de espaldas. Pero ya os digo que tengáis cuidado y no os paséis con las copas que os ponen los niños, no sea que os retiren el carnet de conducir camellos tal y como están las cosas últimamente…
Bueno, feliz finde a todos y que os traigan muchas cosas los Reyes. Si os traen carbón, tampoco le hagáis ascos, que seguro que en la Barranquilla os lo compran para las estufas que tienen.
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