Faringitis (II)
AY QUE DOLOR
A veces pienso que no se inventa nada para acabar con las enfermedades más comunes porque no interesa, ya que perderían dinero todos los laboratorios del mundo. ¿Por qué tenemos que estar dos o tres veces al año moqueando como un troll o con la garganta tan dolorida como si nos hubiéramos tragado un cactus? Yo estoy encogidita en mi sillón después de haber regresado a casa sin ánimo ninguno de ir a sudar al gimnasio. Y esto es un asco. No estoy tan mal como para meterme en la cama cien años, pero tampoco estoy lo suficientemente bien como para hacer vida normal, y claro, me siento culpable encima por no estar ahora estirando mis músculos a ritmo de música disco enfundada en mi chándal super fashion…
Pensaba quedarme acurrucada en el sillón mágico de mi salón, un sillón que tiene más de 30 años, pero que debe haber sido encantado por el dios Morfeo, ya que, persona que se acurruca en él, persona que se queda frita en menos de treinta minutos…
Mi primera intención era hacer algunas tareas domésticas y luego cenar algo, para después meterme en la camita y dormir ocho horitas, pero lo de las tareas domésticas se me hacía muy cuesta arriba. Puse a cocer unos huevos y preparé una ensalada, y ya me sentía exhausta. Más que febril, la palabra es agotada. ¿Qué tipo de gripe te deja como un vampiro te hubiera chupado toda la sangre del cuerpo? En fin, al final, opté por comer una ensalada de esas que supuestamente no deben engordar mucho pero que acaban por inflarte del todo… A fin de cuenta, los elefantes comen hierba y están super pesados, y las vacas igual. ¿A ver si para adelgazar hay que evitar todo lo que lleve cosas de color verde? En fin, tonterías aparte, el otro problema de quedarse en casita a sudar una gripe es que todo el mundo sabe que estás en casa y te llama. Y no siempre se trata de un chico guapo o tu hermana pequeña, no, te llaman los pesados de Pollatel para intentar que te des de baja de tu conexión a Internet y les pongas los cuernos con ellos. Y son más insistentes que un moscón borracho en una discoteca un sábado noche. Al final, tienes que optar por cortar por lo sano: “Que no quiero cambiarme, ya está. Adiós, a tomar por culo”. Luego te llama un ex compañero de un curso del INEM que hiciste hace mil años y que ha dado con tu número en la guía (debo recordar de llamar a telefónica para que me borren de la guía del próximo año). El pesado, en vez de felicitarte el año y ya, te da la brasa con no sé qué compilador que necesita.. En resumen, igual que el caso anterior, dado que el plasta sólo quiere que le piratees unos CDs sin poner un euro y encima, quedar contigo e intentar magrearte, viendo lo parásito que es el sujeto y el mucho morro que tiene, acabas por despedirlo de manera igualmente desagradable. No me extraña que Fernando Fernán Gómez diga eso de : “A la mierda!!!!!” Dan ganas, de verdad, de decírselo a mucha gente pesada, pero claro, servidora no tiene la fama, el caché, y sobre todo, el dinero, para poder permitírselo…
Bien, al final consigo cerrar un ojito, qué maravilla…Mierda. Me he perdido mi serie favorita. Abro un ojo y …Oh, no, ha terminado ya!!! Para una vez que llego a casa pronto, ceno pronto y …Me quedo dormida!!! Lo malo es que me he dormido casi dos horas profundamente y ahora que he despertado, no me apetece irme a la cama a seguir durmiendo. Zapeo y zapeo, me trago el final de una película de la 2 en V.O. en afgano sobre una niña que se hace pasar por hombre, para escapar a las implacables normas de los talibanes y…Jolín, tanto pensar en esta miseria multicultural me acaba por desvelar del todo. Y ahora me duele encima el oído. Me caliento unas toallitas y me las acerco, mi aspecto con el pijama rosa de saldo, los patucos de algodón que pareen unas albarcas verdes y las toallitas con dibujitos de ositos, todo junto es de lo más patético, parezco más recargada que la foto de la infanta en la felicitación de Navidad...
Y digo yo: ¿No será que mi vida está muy recargada de cosas inútiles y por eso me pongo malita? Si fuera una maestra del Feng-Shui, desde luego que me pondría enferma sólo de ver la disposición de los muebles y las cosas por la casa. Pero, pero, ¿cómo consigo colocar todo en un piso pequeño y encima sin un duro para comprar estanterías o muebles que alberguen tanto libro y cachivache que anda por ahí suelto?
Bueno, mi conciencia zen me acaba de convencer: Si mañana me encuentro mejor, haré limpieza. Ahora que me acuerdo, el portero me ha dicho que el día 17 hay recogida de ropa usada en la urbanización. Creo que voy a regalar el 80% de mis pertenencias, incluyendo la chaqueta hortera de pseudo cuero de cuando era rockera-siniestra-punki-gótica, y los pantalones de plástico a juego de cuando trabajé de gogó un verano asfixiante…Vamos progresando. Me tomaré un jarabe con un sabor que engancha todo dulcecito y a dormir como un bebé…Cinco horas claro, como los bebés, dando por saco a todo el personal.
A veces pienso que no se inventa nada para acabar con las enfermedades más comunes porque no interesa, ya que perderían dinero todos los laboratorios del mundo. ¿Por qué tenemos que estar dos o tres veces al año moqueando como un troll o con la garganta tan dolorida como si nos hubiéramos tragado un cactus? Yo estoy encogidita en mi sillón después de haber regresado a casa sin ánimo ninguno de ir a sudar al gimnasio. Y esto es un asco. No estoy tan mal como para meterme en la cama cien años, pero tampoco estoy lo suficientemente bien como para hacer vida normal, y claro, me siento culpable encima por no estar ahora estirando mis músculos a ritmo de música disco enfundada en mi chándal super fashion…
Pensaba quedarme acurrucada en el sillón mágico de mi salón, un sillón que tiene más de 30 años, pero que debe haber sido encantado por el dios Morfeo, ya que, persona que se acurruca en él, persona que se queda frita en menos de treinta minutos…
Mi primera intención era hacer algunas tareas domésticas y luego cenar algo, para después meterme en la camita y dormir ocho horitas, pero lo de las tareas domésticas se me hacía muy cuesta arriba. Puse a cocer unos huevos y preparé una ensalada, y ya me sentía exhausta. Más que febril, la palabra es agotada. ¿Qué tipo de gripe te deja como un vampiro te hubiera chupado toda la sangre del cuerpo? En fin, al final, opté por comer una ensalada de esas que supuestamente no deben engordar mucho pero que acaban por inflarte del todo… A fin de cuenta, los elefantes comen hierba y están super pesados, y las vacas igual. ¿A ver si para adelgazar hay que evitar todo lo que lleve cosas de color verde? En fin, tonterías aparte, el otro problema de quedarse en casita a sudar una gripe es que todo el mundo sabe que estás en casa y te llama. Y no siempre se trata de un chico guapo o tu hermana pequeña, no, te llaman los pesados de Pollatel para intentar que te des de baja de tu conexión a Internet y les pongas los cuernos con ellos. Y son más insistentes que un moscón borracho en una discoteca un sábado noche. Al final, tienes que optar por cortar por lo sano: “Que no quiero cambiarme, ya está. Adiós, a tomar por culo”. Luego te llama un ex compañero de un curso del INEM que hiciste hace mil años y que ha dado con tu número en la guía (debo recordar de llamar a telefónica para que me borren de la guía del próximo año). El pesado, en vez de felicitarte el año y ya, te da la brasa con no sé qué compilador que necesita.. En resumen, igual que el caso anterior, dado que el plasta sólo quiere que le piratees unos CDs sin poner un euro y encima, quedar contigo e intentar magrearte, viendo lo parásito que es el sujeto y el mucho morro que tiene, acabas por despedirlo de manera igualmente desagradable. No me extraña que Fernando Fernán Gómez diga eso de : “A la mierda!!!!!” Dan ganas, de verdad, de decírselo a mucha gente pesada, pero claro, servidora no tiene la fama, el caché, y sobre todo, el dinero, para poder permitírselo…
Bien, al final consigo cerrar un ojito, qué maravilla…Mierda. Me he perdido mi serie favorita. Abro un ojo y …Oh, no, ha terminado ya!!! Para una vez que llego a casa pronto, ceno pronto y …Me quedo dormida!!! Lo malo es que me he dormido casi dos horas profundamente y ahora que he despertado, no me apetece irme a la cama a seguir durmiendo. Zapeo y zapeo, me trago el final de una película de la 2 en V.O. en afgano sobre una niña que se hace pasar por hombre, para escapar a las implacables normas de los talibanes y…Jolín, tanto pensar en esta miseria multicultural me acaba por desvelar del todo. Y ahora me duele encima el oído. Me caliento unas toallitas y me las acerco, mi aspecto con el pijama rosa de saldo, los patucos de algodón que pareen unas albarcas verdes y las toallitas con dibujitos de ositos, todo junto es de lo más patético, parezco más recargada que la foto de la infanta en la felicitación de Navidad...
Y digo yo: ¿No será que mi vida está muy recargada de cosas inútiles y por eso me pongo malita? Si fuera una maestra del Feng-Shui, desde luego que me pondría enferma sólo de ver la disposición de los muebles y las cosas por la casa. Pero, pero, ¿cómo consigo colocar todo en un piso pequeño y encima sin un duro para comprar estanterías o muebles que alberguen tanto libro y cachivache que anda por ahí suelto?
Bueno, mi conciencia zen me acaba de convencer: Si mañana me encuentro mejor, haré limpieza. Ahora que me acuerdo, el portero me ha dicho que el día 17 hay recogida de ropa usada en la urbanización. Creo que voy a regalar el 80% de mis pertenencias, incluyendo la chaqueta hortera de pseudo cuero de cuando era rockera-siniestra-punki-gótica, y los pantalones de plástico a juego de cuando trabajé de gogó un verano asfixiante…Vamos progresando. Me tomaré un jarabe con un sabor que engancha todo dulcecito y a dormir como un bebé…Cinco horas claro, como los bebés, dando por saco a todo el personal.
Comentarios