Parler de Tout et de Rien

Parler de tout et de rien – Que diría mi profesora de francés. O sea: Hablar de todo un poco.

Estuve en Barcelona la semana pasada, metiéndome un poco más en los entresijos de la gran organización que es mi cliente de este año. También la situación de concentración tipo workshop de varios administradores de sistemas, comunicaciones, bases de datos, etc, hizo que congeniáramos todos un poco más, y dejaran de verme como la profesora repelente que siempre anda sacando punta a todo y fallos en la forma del puntito de la i….

Lo malo es que ahora empiecen a verme como la lunática hiperactiva que subyace por debajo. En fin, espero que hagan un promedio ponderado, como hago yo con sus controles de seguridad.

De todas las charlas impartidas por mis compañeros y por mí por las tierras de Ramón Llull me queda sobre todo la imagen de la charla que impartió el director de comunicaciones.
Este señor, al que me referiré con el seudónimo de “Quique Camorras”, por su gran parecido no sólo físico sino de humor verborreico, impartió una charla sobre la evolución de las comunicaciones en la organización, que bien podrían habérsela robado los guionistas del “Cuéntame” para su cuarta temporada. ¿Por qué en vez de hablar de la transición política no hacen una serie contando la transición informática?

Esta charla, al igual que la impartida en la asociación de auditores por uno de mis ex profesores de la universidad, estaban cortadas por el mismo patrón que las del famoso Steve Jobs de Apple.

Este señor, además de ser famoso por sus problemas hepáticos y por inventar la versión galáctica del walkman de toda la vida, es famoso sobre todo por su estilo de conferencias.

En primer lugar, Jobs huye totalmente del powerpoint, esa maldita herramienta sin la que ninguna reunión, presentación o simposio tendría sentido en la actualidad. Desde luego, no sé cómo en el Congreso de los Disputados o en la Casa Blanca no tienen un proyector de Powerpoints y están siempre con los malditos folios que dan una imagen de anacronismo analógico que tira de espaldas. Bueno, a lo más que he llegado a conocer, es que Obama y la Desesperanza Aburre usan un teleprompter como los locutores de los telediarios (¿Alguien hay entre los lectores que se crea que los locutores de televisión se aprenden las noticias de memoria? ¿Cree alguien que era mirada cuasi estrábica es casual?).

El caso es que Jobs usa los mismos métodos que el mago Copperfield o Juan Tamaritz, o sea :”Viva el espectáculo” Da igual que lo que se promocione sea el NeXT Computer, el ipod, el milagroso Silik Bang (un limpiador de metales cuyo anuncio me avisa afortunadamente de que me he quedado dormida viendo la tele), o el bizcocho de su abuela.

Jobs congrega a las masas y las cautiva. En el año 84 hizo una presentación del Machintosch basándose en el famoso libro de Orwell (1984, que si no lo habéis leído os lo recomiendo encarecidamente para que sepáis quién es de verdad el GH). El famoso video está en Youtube y pone la carne de gallina.

El caso es que hay gente así, capaz de cautivar a las masas. Hasta ahora lo único que consigo yo con mi público es instruirlo y amenizarlo, pero jamás he llegado a cautivarlo.

Sin embargo, mi jefe, el que ya dije que se parece a Obama, sí que cautiva a las masas, y para eso no se corta en emplear hasta trucos de magia, que maneja divinamente. En serio que estoy pensando en comprarme la máquina de la peli de magos del otro día y se quedaría más que epatado.

Cambiando de tema – Esto del trabajo ya cansa para los no iniciados – Me gustaría retomar mis disertaciones a lo barrio sésamo sobre la física cuántica (Sí, me va a venir ya la prima de Rusia, lo habéis adivinado, sobre todo porque me pongo de un humor raro y me da el insomnio paranoide).

Esta tarde me he enterado que han encendido el otro día el Acelerador de Hadrones del CERN (ahora entiendo el por qué de mi migraña del otro día)

El caso es que tal y como lo explicaba mi compañero esta tarde en un coffe break, el Bosón de Higgs es como llegar a casa con 30 euros menos, recordar haber comprado un libro por 15 euros, la compra por 12 y que te falte el ticket de los otros 3 euros y no recuerdes en qué te lo has gastado. Sabes lo que te has gastado en total, tienes algunos tickets y sabes que te faltan tres euros pero no tienes ni puñetera idea sobre en qué se te han ido. Pues eso sería el Bosón de Bridget, según mi compi. Si no encuentras el ticket que te falta corres el riesgo de haber sido un pringao y que te lo hayan guindado o lo hayas perdido.

Normalmente nadie pierde o le roban partículas, o eso creemos, por eso piensan algunos frikólogos como el del milenio ese que todos conocéis, oyendo campanas donde no sabía dónde le dedicó hace tiempo un capítulo, que afortunadamente me perdí por estar tomando el aire en vez de escuchar disparates sobre la similitud entre dicho bosón y la existencia de Dios. Es como si yo pensara que por encontrar el ticket de la compra ya existiera Dios…Un poco desesperados veo ya estos pseudocientíficos,¿no? Pero lo peor es lo de la serie “Flashforward” en la que acusan a los científicos de producir una catástrofe mundial a consecuencia de las anomalías espacio-temporales ocasionadas por el este Acelerador de partículas. Madre mía que chorrada más gorda, pero si el mundo ya ha aguantado anomalías como la Thatcher, el Reagan, la familia Bush, los talibanes y demás fachas con turbante y sobre todo, al cejas, no sé que anomalía puede ocurrir ya en el mundo más que no seamos capaces de asumir.

Os dejo que tengo que acelerar unos fideos a la cazuela en mi estómago….

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