Rompecorazones y candados de amor


Mañana me toca pasar la evaluación anual en el trabajo. Vaya, pensaba ya que este año iban a suprimirla, pues encima con la nueva reforma laboral, la evaluación es continua y despiadada. Pero no, se ve que mi empresa intenta mantener las formas de consultora al uso a pesar de que estamos todos un poco con la mosca detrás de la oreja.
Lo peor de la nueva reforma laboral no es que te echen a la calle, porque hasta ahora el despido seguía existiendo, la diferencia eran los motivos y la indemnización a cobrar.
Lo malo es que ahora nadie puede sentirse tranquilo. Ya piensas cuando te llaman al despacho para comentarte algo en privado, que te están esperando para darte la cartita y un “gracias por participar, salga por la puerta de la derecha para no volver a la sala y no hacerse notar”.
Dicen que España tiene el mayor índice de paro juvenil. Bueno, es matizable, porque hay mucho “nini” y jóvenes estudiando, sin buscar en serio un trabajo, ni necesidad para ello.
Pero los que tenemos ciertos años, hipoteca y una familia ya producida o en la búsqueda como yo, irte al paro puede suponer un desastre de magnitudes inconcebibles. Nada que ver con el rechazo de un chico de veintipocos que va a una entrevista y vuelve de vacío. El joven tiene toda la vida por delante. Un despido de alguien de más de cuarenta puede acabar en suicidio o lanzándote a la senda de la marginalidad.
Sigo insistiendo que no hay crisis, lo que hay es mucha mala hostia. Además, el capitalismo globalizado no puede funcionar, porque no es más que un timo piramidal mejorado.
Cambiando de tema en parte, mi ex (o sea S) me llamó el otro día para darme una noticia muy buena (eso ponía en su SMS). Yo pensé que había encontrado curro, pero no, se había liado con una chica más joven que yo con trabajo y casa propia.
No voy a entrar en valoraciones, la chica la conocí ayer, iba disfrazada de guerrera Sheena con una minifalda que dejaba poco lugar a la imaginación, pero en conjunto hay que reconocer que la chica es guapa y agradable al trato. Mi ex tiene un don para encontrar chicas de éxito. Lo bueno es que ya me deja más tranquila porque ya hay alguien que se ocupa de él y no me refiero a su madre.
En fin, veremos a ver qué tal le va. Yo también anduve ayer disfrazada, esta vez de algo más discreto, de Celestina, toda medieval.
En lo que llevo de año, ya me han consultado dos amigos míos y una amiga por problemas sentimentales serios. En el caso de los chicos, a uno lo conozco desde hace años y no voy a decir de qué porque rompería la privacidad. Sólo decir que por un lado me halaga que confíe en mí pero por otra parte, pienso que me ve como a una hermana mayor y, hombre, cuando hemos tenido encuentros sexuales subiditos de tono en el pasado, pues que me cuente sus problemas de pareja me halaga por un lado, pero por otro me hace sentir menos deseable que el fuet de oferta del supermercado de mi barrio. Y ojo, que si me tirase de nuevo los tejos no volvería con él, pero una tiene su corazoncito…
En el caso del otro chico es alguien a quien conozco de menos tiempo, en plan formal, y tiene más sentido que me pida consejo, porque le llevo bastantes años y debo ser la única con la que puede hablar de esto ya que no hay confusión posible. También yo accedo a ayudarle por el mismo motivo, porque no hay malentendidos de ningún tipo y puedo darle además la experiencia que no le pueden dar sus colegas, y además, de la parte femenina. Vamos, que soy como una hermana mayor para él sin que me incomode como pasa con el otro chico.
Debo confesar que me hace sentir un poco vieja. Me está entrando complejo de “vaca sagrada de la India”. Sin embargo la sensación dura poco, porque me acuerdo que este verano, un yogurín mucho más joven que él me entró en una discoteca. Y no sólo este yogurín, sino otro que conocí estudiando inglés y al que llevaba la tana de años me invitó a su fiesta “Orgasmus” (Es Erasmus pero ya sabemos de qué van algunos de estos), y después de unas copas me dijo muy clarito que después de la fiesta quería que me quedase a dormir en su cama y no para contarme sus problemas sentimentales…
Debo ser una mujer muy afortunada porque la mayor parte de los hombres sienten admiración o deseo hacia mí, pero a ninguno dejo indiferente en cualquier caso. También tengo una mente muy masculina y eso hace que tenga más amigos que amigas. Y es que no soporto los marujeos, ni hablar de trapitos, ni de eventos familares, el supermercado nuevo de las esquina o los niños de las vecinas, temas todos ellos habituales en las mujeres que conozco, incluso chicas con máster y puestos importantes.
Claro que tampoco soporto hablar de fútbol, de coches, de bricolaje o de si las tetas de silicona son más bonitas que las naturales o no, conversaciones que oigo a muchos chicos.
Pero he aquí que hay chicos que no se pirran por el fútbol demasiado, que hablan poco de coches, que no me cuentan sus planes para arreglar un armario el domingo ni son tan groseros como para preguntarme si llevo silicona. Esos son los hombres que me atraen. Los temas de los que solemos hablar son de trabajo, política, filosofía, ciencias, cosas curiosas … Y cómo no, de relaciones de pareja también , porque a veces se olvidan de que soy una mujer o piensan que soy como un agente doble, y les daré información privilegiada, lo cual es cierto, pero matizable porque yo sé cómo me comporto yo, cómo se comportan muchas mujeres que conozco, pero por qué sus chicas son como son, de verdad que si fuera yo hombre las mandaría a todas a la mierda, porque hay mucho bicho suelto. Pero por desgracia a los hombre les gusta las hijas de perra. Hay un libro que habla de eso: “Men love bitches”
En este libro te explica que las zorras esta consiguen siempre todo lo que se proponen porque manipulan hábilmente a los hombres, cosa que yo no sé ni ganas tengo de hacerlo. Siempre he vivido pensando que si un hombre no me aprecia, él se lo pierde. Lo malo es que hasta ahora se lo han perdido muchos hombres que a mí me gustaban.
Mi querido O me dijo que, cuando me conoció, le eclipsé por mi forma de ser. Obviamente también y aunque diga que no, contaba que llevaba un generoso escote. Porque si no, sería como mi colega, el que me contó ayer lo mal que le trataba la novia.
Creo que toda mujer, y todo hombre, debería tener un grupo de personas del sexo opuesto apetecibles como pareja, a las que jamás deberá contarles información privilegiada sobre su vida y relaciones y otras amistades del sexo opuesto con la que compartir información privilegiada a fin de tener la ventaja que no se puede tener con los colegas/amigas.
Claro que si me oye mi coacher, me va a decir que le voy a quitar trabajo a los psicólogos y confesores. Pero es que a mí no me mola contarle lo mal que follaba fulanito y lo bien que cocinaba sin embargo y lo bien que folla menganito pero es incapaz de levantar la tapa del WC, a una tía con un diván morado y un cuadro de Munch.
Por cierto, O me regaló un juego que se llama HeartBreaker, y es un rompecabezas de esos de alambres y esas cosas, se trata de sacar una anilla retorcida de un corazón, lo cual parece imposible, pero lo conseguí al rato de trastear con el invento.
Por otra parte, me compró los candaditos para que hagamos el ritual de la novela de Federico Moccia. Estos no tienen truco, como el juego de magia. ¿Me debería dedica al ilusionismo en vez de la informática? Esto me recuerda a mi admirado Tesla y su famosa máquina que sale en la peli “El truco final”.

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