Confinada y muy cansada


Dos meses y pico después y mis pronósticos se hicieron ciertos. El virus de moda nos ha traído muertos pero sobre todo, el que los gobiernos se atribuyan el derecho de encerrarnos y de acallarnos, modelo Orwelliano, como ya me temía con previo deterioro de la economía para que vivamos a base de “migajas”.
Llevo casi mes y medio metida en un zulo (sótano con poca luz y pequeño), salvo alguna vez esporádica para hacer la compra en el súper o ir al médico (porque me contagié). No tengo perro ni ganas de ir a tirar todo el día la basura sin necesidad.
También al ser madre me toca quedarme en casa con la peque e intentando teletrabajar. Utopía esto de concentrarse en el trabajo con una niña de tres años literalmente enjaulada y alrededor tuyo, pegándome balonazos en el respaldo de la silla y chillando como loca para que le hagas caso.
A ver, el virus, como me temía, no era una gripe. Lo he pasado (creo, porque a mí como por suerte no me tuvieron que ingresar en un hospital, ni una mísera prueba, ni siquiera de esas baratas que no sabes si te miden el coronavirus o si estás embarazada, nada de nada) y desde luego no este virus no es un gripecita con fiebre y mocos.
De hecho, no llegué a tener ni mocos y tos poca, pero sí la sensación de que te ha atropellado un cambión de 8 toneladas te hace sospechar que lo has pillado.
Estás peor que la vez que mezclaste pacharán casero que te trajo un amigo de su abuelo  Patxi con cava de marca blanca, batido de chocolate y mejillones en escabeche y para rematar te bebiste una jarra de una  cosa que creías era ginebra y parece ser que es lo que usaban para fregar la encimera del bar coyote donde estuviste toda la noche haciendo literalmente el indio… Pues eso, así estuve varios días, fiebre alta, jaqueca brutal, vómitos monstruosos, diarrea digna de un todo incluido del caribe, deshidratación con sed intensa, dolores por todo el cuerpo, malestar, sensación en suma de estar muy pero que muy malita…
Ah, y ya lo que me mosqueó fue el dolor en el tórax como si me hubiesen puesto una losa encima y no pudiese respirar… Ahí ya me animé a reptar hasta el ambulatorio (pensé que ya daba igual si me contagiaba hasta del sarampión porque peor no me podría poner ya) y me enviaron al hospital, donde me hicieron una placa de rayos X, me auscultaron, el médico no sabía decir si era hombre, mujer o alienígena porque iba con un traje de astronauta literalmente y me tenía siempre a dos metros menos para auscultarme que me enchufó una mascarilla y guantes, y por suerte no era neumonía, pero me recetaron un cóctel de cosas que oye, a los cinco días parece que me devolvieron un poco la normalidad. Y puedo decir que he tenido suerte, y mucha porque mi sistema inmune está muy loco y temía no contarlo por eso, suerte porque el verano pasado tenía marcadores tumorales disparados y pensaba que si me pillaba el virus me dejarían morir sin respirador por ser del grupo de las “patologías previas”, que esa es otra, tienes caspa y ya te ponen la coletilla de “patologías previas” para que el resto de los conciudadanos vayan mansamente a trabajar pensando que el virus sólo mata a ancianos y gente muy pocha.
Bien, pero parece ser que esto no me alivia del todo porque no sé seguro si era el coronavirus, no me hicieron pruebas, han pasado ya casi tres semanas y sigo esperando que me llamen para hacérmela, tampoco me llamaron para saber si había mejorado, dieron por supuesto que si no llamaba mi marido para que me recogieran en un fardo de plástico con cremallera es que estaba mejor ya… Así funciona lo del virus este, nada glamouroso, están los médicos tan saturados que mi caso lo deben haber etiquetado como caso leve y todo…
En mi familia mis hermanas también lo han pasado, y tres cuartos de lo mismo.  Y por aquí donde vivo ha fallecido un vecino, el padre de una amiga… Vamos que he contabilizado ya como 6 muertos en al menos contactos de segundo nivel, por suerte ninguno directo.
El caso es que ha sido indignante esto de confinarnos. Primero nos recomiendan que salgamos de jolgorios a primeros de marzo, que si fútbol, que si conciertos, que si mítines, que si manifestaciones, ale, venga a llenar sitios de gente que podría muy bien estar contagiada y luego, cuando pasaron las dos cosas que tenía el gobierno en “su agenda de cosas muy importantes” que era reunirse con Torrá y salir gritando lo del “sola y borracha…” (hago paréntesis para decir que soy muy feminista, lo sabéis porque siempre predico con el ejemplo, pero la imagen que dieron ese día los colectivos convocantes fue muy más que lamentable), entonces, como digo, sólo después que cerraron las “dos cosas importantes” y sólo entonces el gobierno se acordó de que teníamos una pandemia en curso donde ya había muertos… Y se les ocurre nada menos que encerrarnos. Pero nada de encerrarnos con veinte garrafas de agua, un kilo de lentejas y un litro de aceite, no. Encerrarnos para lo bueno pero no para seguirles produciendo.
O sea que de 8 a 20 h podemos salir a producir, y ahí les da igual que nos contagiemos. Ahora dan en el metro papeles de fumar que les llaman mascarillas. Pero luego, todos a casa a no salir ni para hacer cosas sanas como hacer media hora de caminata o de running. No, nada de deporte, nada de tomar el sol, nada de tomar el aire, nada de nada, ni siquiera los niños que son como tomatitos que necesitan aire y sol o se encanijan. A quedarse en casa muertos de asco viendo la telebasura de televisiones censuradas y noticias en internet también censuradas,  que para eso sí que han copiado el modelo chino y no para cerrar ciudades en condiciones.
Y me da igual de qué gobierno hablemos.  De hecho, la oposición ha hecho cosas nefastas. Por ejemplo, en Madrid, deciden de pronto cerrar los colegios, así a lo loco, dado que les dicen que los niños son vectores de contagios ya que muchos son asintomáticos (bueno, sospecho que el hecho de que el colegio de la princesa y le infantita algo tuvo que ver en la decisión...Por aquello de que fuera salomónico y no se notara lo del privilegio de la “royalty”). Y no, no es cierto que los niños sean asintomáticos.  Lo que es asintomática es la observación de los niños que hacen padres y profesores. Mi hija estuvo muy malita en febrero con fiebre y mocos que le caían hasta por el sobaquillo y estuvo en una clase de una actividad extraescolar con otros 40 niños. El profesor me la sacó luego como si tal cosa, sólo dijo que la veía un poco pasiva en la clase. Tenía 39 de fiebre, mira tú si no era para estar pasiva en una clase de educación física. Cuando vi a mi hija me di cuenta enseguida de que estaba malita, pero todavía había gente que me decía que era jueves e igual estaba cansada. Yo no dudé en ir a por el termómetro, ya sé que me llaman madre mariangustias, pero oye, sólo ya por lo que me he gastado en tratamientos de fertilidad tengo que cuidar a mi hija como si fuera el tesoro de Moctezuma, lo siento.
Pero otros padres también tenían a los niños malos y como no tenían con quién dejarlos (hay una crisis pero de gestión familiar, o cómo conseguir dinero para pagar gastos y cuidar a los hijos a la vez que se lleva con pinzas gracias a coles, guarderías y extraescolares pero quiebra en cuanto te dejan sin estas muletas) van y los dejan con quién, pues lógicamente con los abuelos, que resulta que son los más vulnerables frente al virus. Genial, en vez de contagiar a profes y otros padres de repente llevan los niños, que posiblemente estaban ya contagiados, a contagiar a sus abuelos. Consecuencia, muchos muertos en edades por encima de los 70 años.
Luego los gobiernos se escudan siempre en dos cosas que son engañabobos: 1.- Estamos siguiendo los protocolos. 2.- Estamos siguiendo a nuestros comités de expertos.
Dos zascas bien gordos porque: 1.- Los protocolos, ¿qué son los protocolos? Son procedimientos que han escrito gente por salir del paso cuando les han pedido que lo hicieran los políticos (también por salir del paso) y que posiblemente, quienes los escribieran no tuvieran ni puñetera idea sobre lo que estaban escribiendo.  Pero los políticos, en vez de responder que no tienen sentido común ni idea ni conocimiento ni sensatez para discernir las consecuencias de sus actos (básicamente que su capacidad de análisis es nula), dicen esto siempre, y se quedan tan panchos. En Nürember juzgaron a mucho nazis por aludir lo mismo, que obedecían órdenes, pero a estos no les dejaron escudarse en “que siguieron los protocolos”.
O lo otro: 2.- Comité de expertos. A ver, sobre esto dos cosas: Los comités son siempre sospechosos de ser creados por los políticos. Es como el forocoches o el grupo de “cuñaos” de turno pero con otro nombre. No conozco a científicos de renombre que formen parte de ningún comité de expertos, sencillamente porque no le doran la píldora al gobierno, como sí que hizo el “malospelos” con lo del ochoeme (qué poca sensación de pulcritud da este hombre aunque seguro que se duchará a diario y se lavará las manos compulsivamente) del coordinador de emergencias diciendo que fuera a manifestarse quién quisiera porque habría si acaso, pocos casos y controlados… Eso no lo hubiera dicho yo aunque me pusieran por delante un maletín atiborrado de billetes de 500…
Pero oye, hay gente que vota, y sigue votando a los mismos o a los peores, le cuenten lo que le cuenten, haya muertos, contagiados o te encierren con llave hasta el año 2022… Dios, qué mal estamos, Orwell, qué buen ojo tenías desde luego. Lo peor es que la novela encima acaba mal, lo cual es todavía más deprimente. A mí parece que no me ha matado el virus, pero este mundo de encierro, la propaganda del Ministerio de la Verdad y sobre todo, estar todo el día currando con mi hija enredando, va a acabar con mi salud mental. Pero oye tú, hay gente que vive de fábula y le da tiempo a hacer magdalenas, pan casero y mascarillas de ganchillo… Luego se quejarán de que no tienen un duro para comer, pero en tiempo libre son muy ricos, ya podrían compartir un poco conmigo que con la lengua fuera todo el día, teletrabajo de verdad cuando la niña duerme, estudio el máster de madrugada, de primera hora tareas domésticas para que pueda barrer y fregar con tranquilidad, cocina de batalla todo el día con el pelo oliendo a fritanga y en zapatillas… Parezco la Cenicienta totalmente. Y lo peor es que vamos a estar confinados hasta los Juegos Olímpicos que no, no serán en el 2021 sino en el 2041 a este paso…

Comentarios

Entradas populares de este blog

LOS AMIGOS DE MIS AMIGAS SON MIS AMIGOS...

Aniversario del Divorcio

BENIDORM TOUJOURS MON AMOUR