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Mostrando entradas de noviembre, 2009

Parler de Tout et de Rien

Parler de tout et de rien – Que diría mi profesora de francés. O sea: Hablar de todo un poco. Estuve en Barcelona la semana pasada, metiéndome un poco más en los entresijos de la gran organización que es mi cliente de este año. También la situación de concentración tipo workshop de varios administradores de sistemas, comunicaciones, bases de datos, etc, hizo que congeniáramos todos un poco más, y dejaran de verme como la profesora repelente que siempre anda sacando punta a todo y fallos en la forma del puntito de la i…. Lo malo es que ahora empiecen a verme como la lunática hiperactiva que subyace por debajo. En fin, espero que hagan un promedio ponderado, como hago yo con sus controles de seguridad. De todas las charlas impartidas por mis compañeros y por mí por las tierras de Ramón Llull me queda sobre todo la imagen de la charla que impartió el director de comunicaciones. Este señor, al que me referiré con el seudónimo de “Quique Camorras”, por su gran parecido no sólo físico sino

EL GATO DE SCHRÖDINGER

Hoy voy a hablar un poco de uno de los temas que más me apasionan: La Física cuántica. No es cierto: Se trata de la filosofía de la vida y el absurdo existencial (ahí coincido algo con el nauseabundo Sartre). El otro día zapeando a eso de las 11 y pico de la noche tropecé con una serie rara de esas que se gasta la cadena cuatro, que bien podría llamarse la cadena “paranormal” porque nos fustigan con programas sobre fantasmas que se materializan a voluntad en mansiones enormes palaciegas (en mi casa sería difícil porque es muy pequeña), islas con agujero temporal, seres negros de humo y calvos mágicos vivos/muertos, adorables amas de casa capaces de marujear con finados, dependientas de tiendas de arte que enderezan la vida a los vivos y a los muertos, frikies a lo bacterio consiguiendo que bolitas de corcho hagan loops sobre embudos de mercurio, etc. La serie se llama Flashforward y una de las frases que pillé de un supuesto físico era sobre el famoso paradigma de la incertidumbre c

A todo cerdo le llega su San Martín

Ayer fue 11 de noviembre y Z me llamó exultante de emoción para contarme que aprobó por fin el carnet de conducir. Dicho así nadie caería en la cuenta de la relación causa/efecto implícita en la fecha y el hecho, y en principio yo no caí en la cuenta hasta que por la tarde, en una reunión de trabajo que tuve y en la que el convocante era un señor ya a punto de jubilarse y de nombre impronunciable. Este señor, de la vieja escuela del Paquito Chocolatero, de esos que te recitan de memoria los 33 Reyes Godos y se saben de memoria también el santoral, nos indicó que hacía calor porque estábamos pasando el veranillo de San Martín. Y entonces me acordé de la frase: “A cada cerdo le llega su San Martín”, que puede tomarse por el lado bueno o malo, el caso es obtener por fin la cosecha de lo que se ha sembrado o cargarse al cerdo después de haberlo engordado a base de bien con bellotas o patatas. En este caso supongo que después de haber engordado las arcas de la DGT y las de su autoescuela,

¿Qué les pasa a los hombres?

Hola, ya estoy otra vez por aquí. No he escrito nada porque he estado "totally overflown of work" o más o menos "missing in action". Para variar, voy a retomar lo de escribir sobre los hombres. Como S no me está dando motivos para ponerlo verde todavía, voy a escribir sobre los hombres en genérico, y en particular sobre la peli esa rara de : ¿Qué les pasa a los hombres? No,no voy a chafaros el argumento, sólo quiero hacer unas reflexiones: Esta mala traducción de la película y libro: “Simplemente, es que no te quiere” parece que viniera a decirnos que los hombres son una panda de lunáticos que no saben lo que quieren, o simplemente lo que quieren es lo que todas sospechamos: Sexo gratis sin ningún compromiso. Aunque en mis post a veces da la impresión de que tiendo a llegar a esta misma conclusión, sí que es cierto que a menudo, si estuviera todo tan claro como ese veredicto, la mayoría de las mujeres podríamos vivir muy tranquilamente, porque al menos las cartas es