Agosto en Madrid
Por fin llegó el mes de agosto, el mes de la calma chicha.
Si te toca trabajar en este mes, es posible que tengas menos volumen de trabajo
pero te desesperarás igualmente porque no habrá nadie para que atiendan tus
peticiones y te llevará el mismo esfuerzo que si estuvieras a tope como en
febrero.
Hay gente además que no configura su correo como sería de
ley y no te enteras de que están de vacaciones o no te dejan un contacto válido
para solucionarte el problema. Por no hablar de los cuellos de botella, gente
que normalmente no realiza ninguna gestión más que la de autorizar el trabajo
que ya han hecho los curritos que se quedan en agosto trabajando, pero que hace
que no puedas terminar tu tarea y el procedimiento se quede en el limbo
esperando a septiembre.
Igualmente, no hay casi tráfico en Madrid, pero te costará
lo mismo o más llegar a tu puesto de trabajo porque el servicio público de
transporte está bajo mínimos, con frecuencias de aburrirte hasta la saciedad
esperando, y encima, con cortes en líneas de metro porque aprovechan para hacer
las reparaciones. Si pretendes llevarte el coche aprovechando el poco tráfico y
para suplir el problema del transporte, tu gozo en un pozo, porque hay que
seguir poniendo ticket en agosto por la mañana, penalizando a los que necesitarían más el
coche en este mes para suplir la escasez de autobuses y metro.
Si eres de los afortunados que puedes llegar a casa pronto y
echarte una siesta, no te las prometas muy felices porque te fustigarán con
obras en la calle, que te harán desear haberte ido a la playa. Además, los
vecinos que están de vacaciones o se van fuera o aprovechan para hacer obras en
su casa. Este año me ha tocado lo segundo.
Por eso, cuando te dicen en el telediario que disfrutes del
mes de agosto me monto en cólera. Si te toca trabajar, no obtienes ninguna
ventaja. Es más, es posible que tengas varias desventajas colaterales tales
como: La máquina de café se avería y no la arreglan porque el técnico está de
vacaciones o sólo hay uno para una zona extensa de la ciudad. La cafetería a la
que vas a comer ha cerrado por vacaciones. En tu oficina están haciendo obras y
tienes que soportarlas con el ruido y polvo o bien reubicarte cual okupa en el
despacho de los compañeros que están de vacaciones.
Si estás de vacaciones y te quedas en Madrid, francamente es
que no tienes ni un duro. Y no teniendo dinero, ¿qué más te da que puedas
aparcar a las siete de la tarde gratis en la calle Serrano si no vas a poder
comprar nada? Si aprovechas para hacerte chequeos médicos, están todos de
vacaciones o abren sólo por la mañana, con lo cual jorobado vas. Lo mismo
ocurre con las tiendas de barrio, si están abiertas en agosto (muchas cierran)
sólo lo hacen por la mañana, cuando tú trabajas.
Si quieres hacer deporte, está bien, pero con el calor que
hace mejor que vayas a la piscina, aunque no es una opción muy barata, las
municipales salen ya por más de cinco euros. Y si vas al gimnasio en invierno, ahora
en agosto es verdad que hay menos gente pero también menos oferta de clases.
Conclusión, lo mejor que puedes hacer en agosto es coger
vacaciones y acoplarte a algún plan barato en alguna zona donde tengas todos
los servicios necesarios. Por eso yo suelo veranear en Benidorm. Así que voy a
aprovechar que me han dado unos días en el curro para hacer una nueva
escapadita de unos días dentro de una semana, aunque sea esta vez sin mi costillito, que se tiene que quedar cual
Rodríguez. Eso sí, lo lleva muy bien porque es muy solitario y quedarse sólo en
casa no le da pánico como al Macauley. Y sabe lo que tiene que hacer para no
morirse de hambre, aunque estando a dieta un poco sí que va a pasar gazuza.
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