Miserias de Domingo por la tarde
EL CUADERNO ROTO
Recuerdo que una vez, de muy pequeña, tenía un cuadernito donde pintaba, escribía mi diario y, bueno, era como mi tesoro. Yo tendría unos 8 ó 9 años, y para mí significaba mucho aquel cuadernito porque tenía ya 3 años conmigo, y había dibujado allí sitios donde había estado y había escrito mis impresiones sobre el primer día de colegio, sobre mi novio del recreo,… En fin, pensaréis que era demasiado frikie o sentimental pero… El caso es que un día me peleé con mi hermana pequeña y ella en venganza me rompió aquel cuaderno, lo hizo trizas. Lloré amargamente e incluso pensé en, no sé, asesinarla, liquidarla o algo así por lo que había hecho. Era tanto el dolor que sentía que no paraba de llorar, de berrear. Mi madre al principio me increpó para que dejara de llorar, total, por un cuaderno.. Al final después de cuatro horas de llanto, salió a la calle y me compró uno nuevo y, cuando pensaba ya que iba a dejar de llorar, al verlo todo flamante y nuevo, empecé a llorar con más fuerza.
¿Pero qué es lo que quieres? Me dijo mi madre empezando ya a mosquearse Tienes ya un cuaderno nuevo, el otro estaba ya muy sucio y muy amarillo, ale, deja ya de llorar…
Ayer me sentí igual que cuando me rompieron el cuaderno viejo. Para algunas personas es fácil arreglarlo todo: Si discutes con el novio, pues te buscas otro. Si pierdes un trabajo, pues buscas otro, si te rompes una pierna, pues nada, que te la enyesen y, si está rota del todo, míralo por el lado bueno, que te darán la baja y no tendrás ya que ir a trabajar… A veces yo misma me comporto así, como si me diera lo mismo todo, y cuando algo va mal, no importa, se tira y se empieza de nuevo… Pero no es fácil. No es fácil, porque los recuerdos y las situaciones vividas no se pueden borrar como con el aparatito de los Men in Black. A veces me gustaría tener de nuevo 15 años, sin aguantar a mi padre, claro, y en otra familia con algo más de dinero y menos mala leche. A veces me gustaría recuperar el tiempo perdido pero, por desgracia, el tiempo es algo que no tiene marcha atrás. Por eso, cuando te rompen el cuaderno, o cuando lo rompes tú, no son vulgares hojas lo que se rompen, es tu vida y tus ilusiones, pero eso es una cosa que alguna gente no entiende.
Ahora tengo 37 años y vuelvo a estar sola y sin compromiso. Sola ya estaba, porque vivo sola y nunca he vivido en pareja. En cuanto a lo de compromiso, ahora que me fijo, nunca lo he tenido, pero bueno, quiero decir, no me malinterpretéis que ahora estoy más libre que antes, por lo menos para ligar, aunque maldita las ganas que tengo yo ahora de eso… Pero ahora y por voluntad propia estoy rompiendo el cuaderno de mi anterior relación a sabiendas de que no hay vuelta atrás, porque ya los trozos no podrían jamás quedar igual ni aunque los pegase con pegamento. Sí, he decidido romper con el chico con el que estaba saliendo. Yo soy de las que piensan que es mejor una buena amistad que un mal noviazgo, y cuando las cosas se tuercen demasiado, mejor una salida honrosa a acabar saliendo en los sucesos.
Porque la gente olvida que esas parejas que se apuñalan, queman en gasolina, insultan o se hacen infinidad de putadas, una vez fueron una pareja feliz, aunque ese tiempo durase 3 meses. Que las cosas, cuando se dejan pudrir y pudrir, y se pierde el cariño y el respeto por el otro, acaban mal, haciendo mucho más daño que saliendo honrosamente y por la puerta grande, aunque el dolor y ese poco de resentimiento, no se pueda evitar.
Por lo demás, tengo que estar contenta, los disgustos, cómo no, me hacen adelgazar y hoy peso, no me lo puedo creer, casi dos kilos menos que la semana pasada. Lo voy a patentar como método, pero no creo que tenga muchos adeptos, ¿no?
Por cierto, si váis a visitar a amigos o familiares cercanos, no cojáis el coche en días de vuelta o de ida de puentes, porque la caravana es tan monstruosa que se llega antes en metro o andando, palabrita. Además, la caravana te funde el depósito y te pone de muy mala leche.
Recuerdo que una vez, de muy pequeña, tenía un cuadernito donde pintaba, escribía mi diario y, bueno, era como mi tesoro. Yo tendría unos 8 ó 9 años, y para mí significaba mucho aquel cuadernito porque tenía ya 3 años conmigo, y había dibujado allí sitios donde había estado y había escrito mis impresiones sobre el primer día de colegio, sobre mi novio del recreo,… En fin, pensaréis que era demasiado frikie o sentimental pero… El caso es que un día me peleé con mi hermana pequeña y ella en venganza me rompió aquel cuaderno, lo hizo trizas. Lloré amargamente e incluso pensé en, no sé, asesinarla, liquidarla o algo así por lo que había hecho. Era tanto el dolor que sentía que no paraba de llorar, de berrear. Mi madre al principio me increpó para que dejara de llorar, total, por un cuaderno.. Al final después de cuatro horas de llanto, salió a la calle y me compró uno nuevo y, cuando pensaba ya que iba a dejar de llorar, al verlo todo flamante y nuevo, empecé a llorar con más fuerza.
¿Pero qué es lo que quieres? Me dijo mi madre empezando ya a mosquearse Tienes ya un cuaderno nuevo, el otro estaba ya muy sucio y muy amarillo, ale, deja ya de llorar…
Ayer me sentí igual que cuando me rompieron el cuaderno viejo. Para algunas personas es fácil arreglarlo todo: Si discutes con el novio, pues te buscas otro. Si pierdes un trabajo, pues buscas otro, si te rompes una pierna, pues nada, que te la enyesen y, si está rota del todo, míralo por el lado bueno, que te darán la baja y no tendrás ya que ir a trabajar… A veces yo misma me comporto así, como si me diera lo mismo todo, y cuando algo va mal, no importa, se tira y se empieza de nuevo… Pero no es fácil. No es fácil, porque los recuerdos y las situaciones vividas no se pueden borrar como con el aparatito de los Men in Black. A veces me gustaría tener de nuevo 15 años, sin aguantar a mi padre, claro, y en otra familia con algo más de dinero y menos mala leche. A veces me gustaría recuperar el tiempo perdido pero, por desgracia, el tiempo es algo que no tiene marcha atrás. Por eso, cuando te rompen el cuaderno, o cuando lo rompes tú, no son vulgares hojas lo que se rompen, es tu vida y tus ilusiones, pero eso es una cosa que alguna gente no entiende.
Ahora tengo 37 años y vuelvo a estar sola y sin compromiso. Sola ya estaba, porque vivo sola y nunca he vivido en pareja. En cuanto a lo de compromiso, ahora que me fijo, nunca lo he tenido, pero bueno, quiero decir, no me malinterpretéis que ahora estoy más libre que antes, por lo menos para ligar, aunque maldita las ganas que tengo yo ahora de eso… Pero ahora y por voluntad propia estoy rompiendo el cuaderno de mi anterior relación a sabiendas de que no hay vuelta atrás, porque ya los trozos no podrían jamás quedar igual ni aunque los pegase con pegamento. Sí, he decidido romper con el chico con el que estaba saliendo. Yo soy de las que piensan que es mejor una buena amistad que un mal noviazgo, y cuando las cosas se tuercen demasiado, mejor una salida honrosa a acabar saliendo en los sucesos.
Porque la gente olvida que esas parejas que se apuñalan, queman en gasolina, insultan o se hacen infinidad de putadas, una vez fueron una pareja feliz, aunque ese tiempo durase 3 meses. Que las cosas, cuando se dejan pudrir y pudrir, y se pierde el cariño y el respeto por el otro, acaban mal, haciendo mucho más daño que saliendo honrosamente y por la puerta grande, aunque el dolor y ese poco de resentimiento, no se pueda evitar.
Por lo demás, tengo que estar contenta, los disgustos, cómo no, me hacen adelgazar y hoy peso, no me lo puedo creer, casi dos kilos menos que la semana pasada. Lo voy a patentar como método, pero no creo que tenga muchos adeptos, ¿no?
Por cierto, si váis a visitar a amigos o familiares cercanos, no cojáis el coche en días de vuelta o de ida de puentes, porque la caravana es tan monstruosa que se llega antes en metro o andando, palabrita. Además, la caravana te funde el depósito y te pone de muy mala leche.
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