Cuentos tradicionales europeos

LA CAMISA DE LA FELICIDAD

Os voy a contar otro de los cuentos a los que me refería el otro día, los de la clase de alemán de los viernes por la tarde.

Este cuento es muy simple y se resume así: Un rey que tenía todo cuanto se puede ambicionar, riquezas, tierras, súbditos, etc, va y se pone gravemente enfermo de tristeza.

En aquella época no había psicoanalistas ya que a Freud todavía le faltaban 800 años para nacer, pero para las enfermedades del ánimo estaban los hechiceros como Merlín, Morgana o la Bruja Avería en su defecto. Así que este rey fue a visitar a su hechicero personal para preguntarle cómo podría ser feliz.

El hechicero va y le responde: Lograréis ser feliz majestad, cuando consigáis la camisa del hombre más feliz del reino.

Así allá que se fue el rey ordenando despojar de su camisa a cuanto incauto sonriente aparecía por su vasto reino. Al final, como no surtía efecto, fue de nuevo a su hechicero a preguntarle (podría haber empezado por ahí), dónde vivía el hombre más feliz del reino. El hechicero le respondía que tal hombre era un pastor que vivía en un refugio de la montaña más alta del reino. Como montañas más altas no era un concepto ambiguo, no fue difícil a sus criados (ya que el rey este no iba a menear sus reales piernas hasta ahí), llegar a la dichosa montaña y localizar el refugio. Al caer la tarde, vieron aparecer a un joven pegando botes y cantando cual consumidor habitual de drogas psicotrópicas.

¿Eres muy feliz? Le preguntaron los criados. – Sí, respondió el incauto. - Pues nos tienes que dar tu camisa para que el rey se cure.

- Pos...Va a ser imposible – Respondió el chaval. –Ei!!!!, las espadas quietas, que cortan, eh?. No es que no quiera es... Porque no tengo camisa. En verano voy a pecho descubierto porque hace calor y en invierno tengo sólo una mantita de lana de mis ovejas. Si al rey no le da asco el olor a sudor de pastor... Ahí dejo la mantita.

Así que el rey no consiguió ser feliz nunca. El hechicero no había mentido claro, pero ya le vale…

Moraleja: Que lo importante no es lo que uno tiene, sino lo que uno es.

Ahí queda eso, y no está mal para ser martes ya.

Mañana hablaremos de otros temas más triviales o mundanos como por ejemplo, si, en lugar de un río, acabaremos teniendo un lago del tamaño del Michigan o del Ontario debido a las interminables lluvias y a las también interminables y espantosas obras de Madrid.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LOS AMIGOS DE MIS AMIGAS SON MIS AMIGOS...

Aniversario del Divorcio

BENIDORM TOUJOURS MON AMOUR