Cómo está el Mundo...

EL TERRIBLE PLAN A

Hace ya casi 20 años echaban en televisión un culebrón del que casi nadie se acuerda. Yo vi algunos episodios y recuerdo que me tronchaba de risa, porque no era un culebrón al uso, sino una telecomedia bastante buena, tanto o más que la famosa ahora de la Bea la Fea.

Sin divagar mucho, recuerdo que había una pugna entre los protagonistas, un viejo hacendado llamado Epitafio del Cristo, y un gañán pendenciero llamado Reencarnación Vargas (sólo en los culebrones se pueden encontrar nombres así, bueno y en los listados de pacientes de algunos ambulatorios de la periferia de Madrid).

El caso es que el famoso Reencarnación Vargas, que vivía en un pueblecito llamado San Jerónimo de los Charcos era un tanto patétito, tanto que intenta suicidarse tirándose con una piedra al río del pueblo y lo único que consigue es abrirse la cabeza, porque claro, por algo el pueblo se llamaba … de los charcos.

Bueno, entrando al tema de hoy, lo buen de este individuo es que siempre estaba maquinando su “Terrible Plan A” para acabar con su rival. Pero cómica como era la serie, cuando este “Terrible Plan A” se frustraba, este hombre no perdía la combar y pasaba al “Terrible Plan B”. ¿Qué tiene que ver esto conmigo y con la charleta de ayer sobre la infelicidad y los libros sobre desarrollo personal?

La idea de estos libros es que uno tiene que elaborar en su vida “Terribles Planes A, B, C y lo que haga falta”. Esto es así porque la vida es un juego de estrategia, en el que si uno no tiene claro el plan que debe seguir y los “Planes de Contingencia”, probablemente se vea en algún momento de su vida desbordado por los acontecimientos, tal como les está ocurriendo a los norteamericanos en Irak, que sólo le pusieron un nombre a su terrible plan A (creo que se llamaba Libertad Duradera) pero deberían tener el terrible plan B que se llame “Huida en estampida”. Como el terrible plan B no lo habían puesto en marcha, ahora no saben cómo abordar la cuestión espinosa.

Pues sí, amigos, hay que tener terribles planes A, B y C y hasta donde haga falta. Esto es como cuando programaba en Java e intentaba manipular excepciones. Para los no pertenecientes a la secta de la vida digital, las excepciones son las cosas inesperadas que ocurren cuando la gente no está aborregada y pulsa la tecla que no debe o hace algo que la limitada mente del programador no había contemplado inicialmente. Por ejemplo, que si un programa te pide: Introducir nombre, en vez de inocuas letras, le inyectes números, comillas, o simplemente le des a algún botón raro, que tal y como están ahora los ordenadores se pueden hacer cosas muy raras, y si no probad en vuestro teclado a darle a ctrl.+Alt + à y os llevaréis una sorpresa. Tranqui, tranqui, se arregla con Crl+Alt+î .

Yo, por mi parte, estoy elaborando un algoritmo más o menos elaborado según el Michael este del libro que estoy leyendo. ¿Qué, todavía no habéis averiguado quién es? Y estoy empezando a elaborar un programa para manipular sucesos… Ay, si la vida fuera tan fácil como eso… El problema es que el número de excepciones es ilimitado y tal y como decía John Lennon, gran filósofo porrero, además de músico: “La vida es lo que te ocurre mientras tú te empeñas en hacer otras cosas”. Mejor hago como con la dieta, tirar el libro a la basura e ir por libre.

Por cierto, no sé cómo pero peso ya dos kilos menos que hace tres semanas. ¿Cuál es el secreto? No sé, lo estoy indagando, igual es que se me han abierto algunos chacras atorados por ahí o, simplemente, que he decidido no volver a comer más Fast Food. Igual es por eso…

Que tengáis todos buen finde.

Comentarios

María Hernández ha dicho que…
Jejeje, a veces he llegado a pensar o que soy "demasiado" vieja y nadie más recuerda esa telenovela o que solo la echaban en la Tv de mi casa, jajaja.
Nunca me aclaré sobre si era tan mala (pero muy divertida) por casualidad o si la hicieron así adrede. Lo cierto es que con Epifanio del Cristo, "Misia Cena", Valditrudis "el literato", Reencarnación Vargas, Yadira "la ardiente", Nora Marquez, etc, etc, la diversión estaba servida. Una locura de culebrón, donde a la viejita la paseaban con su propia cama por la calle.
"Caballo viejo" me gustó mucho y sus "terribles planes A o B" forman parte cotidiana de mi forma de hablar actual.
Me alegra saber que hay "alguien", de carne y hueso, que también recuerda este culebrón.
Por cierto, ¡Felicidades!, creo que hoy cumples 41 (según leí). No te aflijas mucho, yo los tengo desde enero y tampoco es que haya cambiado mucho ¿o tal vez sí? ¿esa arruga estaba ayer?, jeje, es broma. Lo dicho, Felicidades.

P.D. Encontré tu blog a través de un comentario en una noticia de periódico online, algo sobre un rollete de verano. Encantada de conocerte.

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