Desarrollo Personal 1

VAMOS A DEPRIMIRNOS MÁS MIDIENDO NUESTRA INFELICIDAD

Se me ocurrió sacar de una biblioteca pública un libro sobre desarrollo personal y liderazgo. Ya me tragué entero el famoso de “La Buena Suerte” que se viene a resumir en que las desgracias nos las creamos nosotros. Supongo que se referían a las desgracias calculables, del tipo: Si cruzo mal por aquí en la Avenida de los Poblados a las 2 a.m un sábado noche en estado etílico y sin mirar lo más probable es que un bólido a 110km/h te deje en dos dimensiones antes de espicharla… Ahí sí me creo que, sinceramente, uno puede hacer bastante por evitar las desgracias. Es más, si estudio en vez de tirarme mirando la tele toda la juventud, tendré más probabilidades de encontrar un buen trabajo. Ahí también le doy la razón al libro. Pero prefiero atenerme al proverbio japonés que reza: “detrás de toda adversidad hay una bendición escondida”. Así pues, más que intentar a toda costa salirnos con la nuestra en nuestros objetivos, habría que pararse a pensar que, si poniendo todo empeño en hacer algo, nos sale mal, es porque probablemente, es un conflicto del karma (ya os fustigaré otro día con este concepto).

Dejando aparte el tema de las cuestiones sobre la suerte y el destino personal de cada uno según los registros afásicos (esos en los que se registra el karma de todas las almas, según los budistas), el libro que escogí esta vez para leer e inyectarme un poco de moral para centrarme en qué quiero hacer con mi vida, aparte obviamente de poder pagar la hipoteca y que me quede encima para poder pagar otros gastos, lo cual no es fácil para el 80% de las personas de este país…

Héte aquí que me engancho a un libro, que se basa en que, no, no basta con ser bueno en lo que hacemos habitualmente, hay que ser excepcionalmente brillantes…. No, si desde luego competitividad al límite… Este sujeto que escribe este libro le quiere enmendar la plana a Dios, porque, si fuéramos todos perfectos…¿Qué trabajo tendría este ser supremo? Como digo yo, si no hubiera hackers, mi trabajo de seguridad informática no tendría sentido. Pues, si no hubiera pecadores, el Diablo tendría que jubilarse y Dios se aburriría también mucho.. ¿No? Es el tira y afloja por un alma lo que le da morbo al juego y, nosotros, personalmente, si fuéramos perfectos, seríamos aburridísimos y, lo que es peor, nadie nos querría por bichos raros, ¿no os parece?

No obstante, y ya que empecé a leer el libro, siempre conviene tocar las parte práctica de la lectura y acomodarla al caos personal en la medida de lo posible. En primer lugar, me divertí mucho haciendo una medición (le llama la rueda de la vida o algo así) del estado de satisfacción en varias áreas de mi vida. Me llevé un chasco tremendo al comprobar que lo mejor que tengo es el área financiera… (Y yo que pensaba que era más pobre que las ratas…) Pero no, no se trata de tener mucho dinero, sino de tener la economía razonablemente saneada, y ser capaz de elaborar inteligentemente el presupuesto, tener la contabilidad bien llevada y, lo que es más aún: Saber invertir el dinero convenientemente. Pues en todo esto tengo unos 9 puntos. Ulalá. Chapeau. Si no me dedico a elaborar la gráfica esta del demonio ni me entero que no tengo buena salud, ya que, está bien, no estoy en silla de ruedas ni moqueando todo el día como un troll, pero parece ser que no me levanto por las mañanas con la energía desbordante, ni duermo las 8 horas preceptivas (a veces casi ni la mitad de la dosis diaria recomendada de vitamina S de sueño…) Por lo cual, parece que, aunque mi salud física no se vea considerablemente mermada, acabaré en una camisa de fuerza viendo apariciones a mi alrededor todo el día o hablando con aliens… Claro que el buen señor que escribe esto seguro que tenía unos padres acomodados y no se ha tirado 20 años currando como un esclavo como servidora…

En resumidas cuentas: No está mal esto de medir el grado de carencias que uno tiene según el baremo de otra persona. Probablemente este tipo esté tan equivocado como yo, pero existe un vicio personal a medir el propio éxito en determinadas áreas con criterios igualmente subjetivos. Así pues, imagináos que fuera Angelina Jolie y dijera: Horror, estoy hecha un asco porque he engordado 200 gramos y me ha salido un pelito en la barbilla, qué horror, mi imagen ha bajado -200 en el Dow Jones personal… Pero no, quizás otro individuo, de Móstoles por ejemplo, diría que la Angelina está tan estupenda como siempre y que los 200 gramos le dan más morbo si cabe y que el pelito…Se lo quita muy gustosamente a bocados. Sin embargo, igual la susodicha se cree un cerebro preclaro y llega la fea de la tele y la deja en ridículo resolviendo ecuaciones en derivadas parciales… O sea: Que no está mal de vez en cuando, chequearse con un manual ajeno. El resto de resultados no os lo voy a contar hoy, que os aburro, ale, a pensar un poquito. Como no voy a hacer publicidad de este señor, no os doy la web donde viene el test famoso, aunque sí os doy una pista: El libro lo saqué de una biblioteca de la Comunidad de Madrid. Suficiente, que diría mi elogiado Dirichlet, el que decía cosas tan obvias como que si 23 palomas entran por 22 agujeros, al menos 2 han entrado por el mismo. Lo difícil fue la demostración.

Ale, a hacer la sobremesa un ratito…

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